Reconocido por su gran valor histórico y simbólico, el tramo fluvial entre Shapaja y Chazuta ha sido uno de los recorridos más significativos en la historia amazónica del transporte en balsa. Este sábado 28 de junio, los denominados Balseros Ancestrales volverán a surcar el río Huallaga, reviviendo una travesía tradicional.
El colectivo Balseros Ancestrales está conformado por ciudadanos de la región San Martín que buscan rescatar y poner en valor una práctica que fue clave para el desarrollo económico, social y cultural de la Amazonía.
Desde tiempos remotos,
las balsas fueron el principal medio de transporte de carga y pasajeros a través de
los grandes ríos de la selva peruana: el Marañón, Ucayali, Morona, Pastaza, Napo, Putumayo, Yavarí, entre otros. En especial durante las migraciones y el proceso de colonización iniciado a mediados del siglo XIX, impulsado por políticas de Estado, especialmente bajo el gobierno de Ramón Castilla.
Esta iniciativa nació con un grupo de experimentados balseros chazutinos, y con el tiempo se sumaron otros provenientes de Cuñumbuqui, Lamas, Ponaza, Rioja, Tarapoto, Moyobamba y el valle del Caynarachi. Más allá de ser una hazaña deportiva, esta travesía es un acto simbólico para recordar el rol estratégico de las balsas en el desarrollo de la Amazonía, particularmente en la ruta fluvial que unía Tingo María con Iquitos, e incluso llegaba hasta la frontera con Brasil.
Durante siglos, los pueblos ribereños se beneficiaron de esta actividad fluvial. Las balsas y sus bogas —auténticos balseros ancestrales— fueron protagonistas silenciosos de un proceso histórico que se intensificó con el auge del caucho, el barbasco y otros productos naturales.
En ese tiempo, Iquitos se convirtió en el gran mercado de destino de la producción ganadera de los valles del Mayo, Sisa, Caynarachi, Biavo, Ponaza y el Huallaga Central. La llegada de balsas al puerto de Belén era todo un espectáculo, donde la dinámica comercial era tan intensa que muchas veces los productos eran vendidos antes de tocar tierra.
Este año, los balseros que participarán en la travesía son Herbert Hugo Arévalo Bartra, Jorge Luis Arévalo Bartra, Josué Villanueva García, Martha Amelia Arévalo Bartra, Hugo Orlando Arévalo Garazatúa, Ringo Coral Vela, Werner Bartra Padilla, Humberto Segundo Gallegos Arévalo, Anderson Germán Díaz, Juan Diego Linares Ríos, Rubén Darío Trigozo Paredes, Amancio Ruíz Saldaña, Ronald Trigozo Paredes, José Revilla Vuelot, Rivelinho Yalta Hernández, Keneth Reátegui del Águila, Jorge Luis Arévalo Sandoval, César Villanueva Ruiz, Tony Cenepo Yaicurima, Víctor Arévalo Rodríguez (director de la travesía), Willian Gallegos Arévalo, y dos bogas shapajinos.
Además de conmemorar esta valiosa tradición, los Balseros Ancestrales buscan también generar conciencia sobre la importancia de preservar los ríos y bosques amazónicos. Para ello, proponen que las autoridades adopten políticas que garanticen la sostenibilidad de los ecosistemas de la región. Un espacio clave para ello es el Comité de Gestión Regional Agrario (CGRA), presidido por la Dirección Regional de Agricultura e integrado por los tres niveles de gobierno. Este comité tiene el potencial de liderar una verdadera revolución agraria y ambiental en San Martín.
Uno de los pedidos centrales ya planteado en medios regionales, es declarar en emergencia e intangibles las cuencas hidrográficas de San Martín. Los Balseros Ancestrales han trazado el camino. Ahora, corresponde al CGRA y a los gobiernos locales —especialmente los alcaldes— tomar la posta y convertir esta causa en una política pública activa.
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