Los vientos con ráfagas de hasta 43 kilómetros por hora (km/h) —casi el doble del promedio registrado habitualmente— que azotaron la costa peruana el último jueves podrían convertirse en parte de nuestra nueva normalidad climática, por lo que es necesario prepararnos, sostuvo hoy el responsable de la estación meteorológica de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Víctor Yzocupe Curahua.
“Lo que ocurrió el jueves debe ser una advertencia. Debemos empezar a prepararnos, reforzar estructuras y monitorear constantemente estos cambios, porque lo que ayer nos sorprendió podría convertirse en parte de nuestra nueva normalidad climática”, señaló.
Señaló que “normalmente, en la estación de San Marcos los vientos llegan a un máximo de 3 a 4 metros por segundo, es decir, entre 11 y 15 km/h, con ráfagas ocasionales de 25 km/h. Pero ayer registramos un promedio de 25 km/h, con picos de 43 km/h. Para el Perú, eso ya es un evento extremo”.
Este aumento se debería a una combinación poco común entre el viento alisio —impulsado por el anticiclón del Pacífico sur— y condiciones de cielo despejado, lo que favoreció una brisa marina más intensa.
Situación atípica
Respecto a la tormenta de arena registrada en la región Ica, a la que consideró un fenómeno poco usual por su densidad y violencia.
“Lo que se vio fue una nube densa, pero en realidad era polvo y arena en suspensión. En zonas como Paracas, Pisco o Nasca, donde el suelo es arenoso; un viento fuerte como el de ayer puede levantar muchas partículas. Visualmente parece una nube, pero es arena suspendida por la fuerza del viento”, afirmó.
Consultado sobre la posibilidad de prever este tipo de eventos, Yzocupe indicó que el “Senamhi [Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología] ya había advertido sobre [la ocurrencia de] vientos fuertes, pero a veces la naturaleza nos sorprende más. La combinación del anticiclón con un día soleado generó una situación atípica”.
Dijo que en el contexto del cambio climático, estos fenómenos podrían volverse más frecuentes: “El cambio climático está generando eventos extremos en todo el mundo. Donde antes no llovía, ahora llueve con fuerza. Y en zonas donde los vientos eran suaves, como en el Perú, pueden volverse más intensos”.
Llamó la atención sobre la vulnerabilidad de nuestras infraestructuras. “En el Perú, nuestras construcciones no están preparadas para soportar vientos fuertes. Las edificaciones no consideran la fuerza del viento porque tradicionalmente ha sido baja, pero con lo que vimos ayer volaron techos y letreros; cayeron árboles. Si esto se repite con mayor intensidad podría tener consecuencias más graves”, advirtió.
Por último, el especialista indicó que, gracias a la presencia del mar, el Perú aún experimenta estos fenómenos de forma atenuada. Sin embargo, insistió en la necesidad de tomar previsiones.
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