En plena emergencia sanitaria, Andrés Vega Gutiérrez implementó una ventanilla de atención virtual que le ha permitido a la Sunedu registrar, hasta el 31 de julio, más de 8,000 grados y títulos de profesionales de medicina humana y ciencias de la salud para que se incorporen a los servicios de hospitales y clínicas que combaten la pandemia del covid-19.
Andrés es jefe de la Unidad de Registro de Grados y Títulos de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), y sostiene que es tan futbolista como gestor público.
En este momento no juega su “pichanguita” con los amigos por la emergencia sanitaria, pero su pasión por ese deporte lo define de cuerpo entero, sobre todo cuando su posición en la línea de juego es de arquero; y además, es hincha del Boys.
Asumir responsabilidades y ser leal a una camiseta quizá expliquen por qué en plena pandemia buscó que la institución en la que trabaja pusiera su granito de arena para hacer frente al estado de emergencia desde otra trinchera.
Su posición como jefe de esa oficina lo motivó a convocar a su equipo para ver qué podía hacer ante el aumento de pacientes por covid-19 en los servicios de emergencia de hospitales y clínicas del país.
“La Sunedu registra los grados y títulos que las universidades nos envían de su alumnado, pero también los certificamos para que obtengan la colegiatura y mejoren sus posiciones profesionales. Nos dimos cuenta de que somos un eslabón importante de la cadena”, comenta Vega Gutiérrez.
Gracias a la iniciativa, estas casas de estudio, públicas y privadas, fueron orientadas por expertos de la institución para hacer sus procesos de solicitud de manera virtual y cumpliendo la ley, explica el abogado, pues de todas maneras el estudiante debe exponer su tesis ante un jurado que lo calificará.
Desde que se declaró el estado de emergencia hasta el 31 de julio, la Sunedu registró 6,433 grados y títulos de personas formadas en carreras de ciencias de la salud y 1,753 en medicina humana. Un récord si además se suma la gestión que hizo ante el Ministerio de Salud, universidades y colegios profesionales para que las colegiaturas se dieran sin un registro previo, pero sujeto a regularización, precisa.
“Hubo un concierto de voluntades para que todo salga bien; ayudamos a que profesionales de la salud se incorporen, en cerca de 150 días, a servicios de emergencia, cuidados intensivos y áreas especializadas en covid-19. Ha sido todo un reto que superamos, en el marco de la legalidad”, menciona.
Intereses públicos
Para Andrés, que es chalaco y gerente público, a pesar de las resistencias iniciales de las universidades, que desconfiaban de la eficiencia de la plataforma virtual y les generaba miedo hacer cambios en plena crisis, es gratificante trabajar en esta coyuntura.
Sabe que laborar en la administración pública puede ser frustrante por los tiempos que toma hacer realidad una idea y porque, sin duda, los actos de corrupción que se hacen públicos mellan el ánimo muchas veces. Pero Andrés, cuyo nombre significa fuerte y valiente, se ha hecho a prueba de balas y para él aportar iniciativas y soluciones al Estado es su razón de ser.
“Siempre hay intereses públicos que defender, existe rentabilidad social cuando se hace. Me parece retador ser servidor público, pues permanentemente hay algo por hacer y mejorar en nuestro país”.
Más en Andina:
Publicado: 21/8/2020