En el Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora hoy, cabe destacar que la agricultura familiar desempeña un papel crucial en la conservación de la agrobiodiversidad gracias a los conocimientos y tradiciones ancestrales que poseen y que permiten salvar de la extinción a variedades de papa nativa, mashua, olluco, maíz, camote, maca, cacao blanco, entre otros cultivos oriundos del Perú.
Y gracias a la dedicación indesmayable de las mujeres y hombres del campo para seguir cultivando muchos alimentos en diversas regiones de nuestro país, ha sido posible mantener el suministro de estos preciados bienes en los mercados durante la pandemia del covid-19. Y así se logró que las familias y restaurantes de las ciudades adquieran sin dificultad los insumos necesarios para preparar el menú diario.
Gracias a sus prácticas de conservación ancestrales, la agricultura familiar también constituye el soporte fundamental del mecanismo de adaptación de nuestro país frente al cambio climático que, al exacerbar el estrés hídrico de las sequías, así como las heladas y granizadas, entre otros eventos, amenaza con incrementar los daños a los cultivos y propiciar su extinción.
Retribuciones por conservar la agrobiodiversidad
Con el propósito de convertir a la agricultura familiar en socia estratégica para la conservación y uso sostenible de cultivos nativos peruanos, se creó un mecanismo de Retribución por Servicios de Conservación de la Agrobiodiversidad (ReSCA).
Este mecanismo forma parte del proyecto de agrobiodiversidad que impulsan el Ministerio del Ambiente (Minam) y el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), con el financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés).
ReSCA es un mecanismo de retribución para incentivar y revalorar la conservación de la agrobiodiversidad, en estado de vulnerabilidad (disminución o desaparición de variedades y razas de cultivos nativos), a través de acuerdos consensuados con comunidades campesinas.
Este mecanismo tiene como principales actores a la agricultura familiar, un modo de vida y de producción gestionado por familias, en donde sus miembros son la principal fuerza laboral.
Del total de las familias involucradas en el ReSCA, en el periodo 2020-2021, se estima que entre el 10 % y el 15 % son familias retornantes, cuyo apoyo en semillas para la campaña 2020- 2021 está adecuado al mecanismo ReSCA. Es decir, que adicional a las semillas que el proyecto GEF ABD aportará, deben cultivar otras variedades de cultivos asociados como oca, olluco, mashua, entre otros productos de la zona. Estas acciones se realizarán en coordinación con los gobiernos locales.
El proyecto de agrobiodiversidad beneficiará a 5,000 familias de 60 comunidades campesinas hasta el año 2022. Entre los objetivos de apoyo a la agricultura familiar busca incrementar la diversidad de cultivares de cultivos nativos, respetando los sistemas tradicionales agrícolas, en 1,500 hectáreas.
Rescate de la mashua en Cusco
En los alrededores de la montaña
Vinicunca, conocida como la montaña Arco Iris, a 3,800 metros sobre el nivel del mar en la región Cusco, una comunidad ha recuperado del olvido cinco variedades de
mashua, un superalimento con propiedades nutritivas y medicinales muy valoradas desde tiempos ancestrales.
Se trata de la comunidad de Chillihuani, en el distrito de Cusipata, uno de los doce distritos de la provincia de Quispicanchi, que está apostando por la agricultura sostenible, el uso de compostaje y biol orgánico, entre otras estrategias para recuperar este emblemático cultivo altoandino.
Preocupados por la pérdida de sus cultivos, decidieron conformar la Asociación Ccapac Ñac para recuperarlos. A partir del soporte técnico y financiero del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPD), que implementa el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con el respaldo del Ministerio del Ambiente (Minam), llevaron adelante una iniciativa con la cual recuperaron la mashua y crearon productos con valor agregado, como mermeladas, vinos y harinas.
Banco de germoplasma
Además, la asociación obtuvo el apoyo del Instituto de Innovación Agraria (INIA) para implementar un banco de germoplasma, una especie de almacén que atesora las semillas para evitar que desaparezcan. Por su parte, la Municipalidad Distrital de Cusipata está tomando este ejemplo para inspirar a las demás comunidades de la zona.
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