El Ministerio del Ambiente (Minam) identificó que en nuestro país al menos 1 millón 200,000 hectáreas de ecosistemas degradados en las zonas altas de las cuencas requieren ser recuperadas porque han perdido su capacidad de producir, almacenar y distribuir agua, así como regular inundaciones, estabilizar laderas y proteger a la población y sus medios de vida.
Miles de familias en condiciones de vulnerabilidad son afectadas de manera recurrente por las intensas lluvias, huaicos e inundaciones que causan pérdidas humanas y económicas, arrasando incluso poblados enteros asentados en el curso de ríos y quebradas secas que son zonas de alto riesgo.
La inadecuada ocupación en el territorio y las actividades humanas, sumados a la planificación de las ciudades sin considerar escenarios extremos del clima, generan e incrementan las condiciones de vulnerabilidad que ponen en riesgo a la vida de las personas, así como la inversión pública y privada.
Acción urgente
Frente a este panorama, el Minam apoya técnicamente a las municipalidades de todo el país para implementar acciones conjuntas con un enfoque territorial integral que tome en cuenta la inversión en infraestructura natural en las zonas donde se originan los desastres, para que se implementen medidas de prevención ante la ocurrencia de inundaciones, deslizamientos y huaicos.
Tales medidas de prevención y reducción del riesgo de desastres incluyen soluciones basadas en la naturaleza como la revegetación, control de cárcavas (hendiduras en suelo), terrazas de formación lenta y andenerías, barreras vivas, amunas, zanjas de infiltración, sistema de diques con materiales de la zona, entre otras, ubicándolas en las partes altas de las cuencas y laderas, para regular los efectos de lluvias extremas, reduciendo así la fuerza destructiva con la que se desliza el agua.
Estas soluciones aportan a la infraestructura física (muros de contención y defensas ribereñas), complementada con vegetación nativa (bosque ribereño), para regular eficientemente el agua y proteger el cauce del río y a las poblaciones.
“Esta visión de largo plazo permitirá el buen uso de los recursos públicos y privados y, sobre todo, contribuirá a establecer comunidades más seguras, sostenibles y resilientes”, dijo la directora de Monitoreo y Evaluación de los Recursos Naturales del Territorio del Minam, Tatiana Pequeño.
El Minam ha elaborado propuestas específicas para cuencas y quebradas; entre ellas están las del Rímac, Lurín y Chillón. En esa línea, los gobiernos regionales y locales deben trabajar con urgencia en la implementación de los procesos de ordenamiento territorial, sobre la base de las fortalezas y limitaciones del territorio, a fin de garantizar una ocupación poblacional segura y sostenible.
(FIN) NDP/LZD