El ministro de Relaciones Exteriores, Manuel Rodríguez Cuadros, descartó hoy que la crisis política y social de Bolivia tenga alguna similitud o pueda compararse con la situación que vive el Perú.
Lima, mar. 11 (ANDINA).- El ministro de Relaciones Exteriores, Manuel Rodríguez Cuadros, descartó hoy que la crisis política y social de Bolivia tenga alguna similitud o pueda compararse con la situación que vive el Perú.
"El caso boliviano no es asimilable al caso peruano", expresó al referirse a las huelgas y paralizaciones registradas en los últimos días en Lima y el interior del país.
Señaló que paralizaciones como las de los médicos del sector público no son equiparables a la ola de protestas sociales de Bolivia, que llevaron al presidente Carlos Mesa a plantear su renuncia ante el Congreso, la cual fue rechazada.
"En la región andina hay una tendencia a cierta inestabilidad en la democracia. Pero también se ve factores y fuerzas institucionales que, cuando surgen estos desajustes, tiene éxito en la estabilización", comentó.
Rodríguez Cuadros declaró a CPN Radio que en Perú los trabajadores en conflicto deben estar dispuestos a concertar soluciones que sean "viables".
"Es indispensable que dentro de la perspectiva del pacto social, no sólo los trabajadores, sino también los empresarios y profesionales, estén dispuestos a concertar soluciones que sean viables", expresó.
Agregó que esas soluciones deben ser "nacionalmente aceptables" e implicar una renuncia entras las partes que se encuentran negociando la solución de los problemas sectoriales.
El jefe de la diplomacia peruana opinó, por ejemplo, que el Presupuesto General de la República no se puede alargar "como si fuera un chicle" ante el pedido de aumento de sueldos de gremios, como los médicos.
El canciller rechazó, de otro lado, que el programa gubernamental de ayuda económica condicionada a las familias en extrema pobreza tenga un carácter electoral.
Por el contrario, sostuvo que ese tipo de programas tiene una visión de largo plazo porque el próximo gobierno recibirá un país con líneas de trabajo que resten posibilidades de un conflicto social.
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