El Ministerio de Educación (Minedu) contratará a 1,000 profesionales de la salud mental más para desarrollar labores en diversos colegios públicos del Perú, anunció Carmen Concha, directora general de Educación Básica Regular del Minedu.
En diálogo con la agencia Andina explicó que, con un número mayor de especialistas, el ministerio podrá realizar mayores actividades de prevención en temas conductuales y psicológicos, lo cuales de no ser abordados a tiempo podrían afectar el desempeño académico del estudiante.
“Nuestra prioridad es aumentar 1,000 plazas de psicólogos. Es decir, de 3,000 a 4,000 para el 2025. Esto se enmarca dentro de la Ley 31902, la cual promueve la presencia de, por lo menos, un psicólogo por escuela. Sin embargo, esto se realizará de forma progresiva”, argumentó.
Esta medida, dijo, beneficiará a más de 2.6 millones de estudiantes de los 55,000 colegios públicos de primaria y secundaria a nivel nacional.
La funcionaria, destacó también la firma, en mayo de este año, de un convenio de cooperación interinstitucional entre el Ministerio de Salud (Minsa) y el Minedu que establece la incorporación progresiva de 350 psicólogos serumistas para beneficiar a 221,261 estudiantes.
"Tendrán la tarea de realizar acciones de prevención y atención en casos de violencia escolar", precisó.
Problemas socio emocionales en colegios
Comentó que los problemas socioemocionales más frecuentes en las instituciones educativas son la depresión, la ansiedad, los embarazos adolescentes, la interrupción de los estudios, especialmente en las zonas rurales, donde las familias le dan prioridad a otro tipo de actividades.
Explicó que la labor de los psicólogos está centrada en la promoción y prevención de la sana convivencia dentro del plantel escolar, tanto de los estudiantes como de los docentes, y en la atención personalizada, de ser necesario, en un centro de salud para seguir un tratamiento psicológico.
Dentro de estas labores de prevención, agregó, la figura del tutor es indispensable en los colegios porque es el encargado de identificar las señales de alerta en torno a casos de bulliying, violencia dentro de la escuela, entre otros problemas.
“Un tutor tiene que aprender a identificar señales de alerta, por ejemplo, cuando un estudiante ha venido deprimido, golpeado de casa, si tiene conflicto con sus compañeros, si falleció un familiar, si es víctima de bullying o violencia dentro de la escuela. Es importante darle herramientas para fortalecer las tutorías”.
Manifestó que se trabaja con diferentes especialistas a fin de generar un impacto positivo en la comunidad educativa y forjar escuelas de bienestar.
¿Qué son las Escuelas de Bienestar?
De acuerdo con Carmen Concha se trata de una iniciativa que fortalece la implementación de la Tutoría y Orientación Educativa (TOE) para el bienestar socioemocional en instituciones de nivel inicial, primaria y secundaria, con alto riesgo de vulnerabilidad.
Las Escuelas de Bienestar atienden a 23 especialistas de tutoría, tanto de las Direcciones Regionales de Educación (DRE) como de las Gerencias Regionales de Educación (GRE), así como a 162 especialistas de tutoría de las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL) a nivel nacional.
De esta forma se contribuye a generar un impacto positivo en el bienestar de 255,707 estudiantes de inicial, primaria y secundaria, y sus respectivas familias; además de 15,130 docentes, directores y coordinadores de tutoría de 1,013 instituciones educativas.
¿Cómo se implementa estas tutorías?
Se ejecutan cinco estrategias claves: tutoría grupal, tutoría individual, participación estudiantil, trabajo con familias y comunidad, y orientación educativa permanente.
¿En qué áreas se enfocan las escuelas de bienestar?
De acuerdo con la directora general de Educación Básica Regular del Minedu se priorizan tres ejes temáticos: el desarrollo de habilidades socioemocionales, que fomenta el conocimiento de sí mismo, la gestión emocional y convivencia saludable, la Educación Sexual Integral, que enseña conocimientos, habilidades y valores para la toma de decisiones responsables sobre el cuerpo y relaciones interpersonales; y la prevención de factores de riesgo, que se enfoca en anticipar y reducir conductas peligrosas como el embarazo adolescente, trata de personas, afectación a la salud mental, consumo de sustancias psicoactivas, violencia escolar, entre otros.