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Cómo perdonar para liberarnos, empoderarnos y encontrar la paz en nuestras vidas

El perdón radical es una estrategia para restablecer el equilibrio y vivir en el presente

Padres  o madres hablando con sus hijos.
Foto: ANDINA/Eddy Ramos

Padres o madres hablando con sus hijos. Foto: ANDINA/Eddy Ramos

11:51 | Lima, may. 8.

Karina Garay Rojas

El acto del perdón implica soltar ataduras pasadas y colocarse en una situación activa frente a nuestras experiencias, como adultos capaces de hacernos cargo de nuestros errores, enmendarlos de ser posible o dejarlos atrás definitivamente, con el único propósito de avanzar en la vida.

Desde una visión tradicional, el perdón es necesario cuando alguien hizo algo malo, manifestó Muss Hernández, coach y directora de Lumina. Sin embargo, agrega, desde una nueva visión el perdón puede verse también como una forma de encontrar el equilibrio perdido en nuestras vidas. 

En entrevista con el programa Saludable Mente de Andina Canal on line, refirió que existe una herramienta de trabajo personal denominada “perdón radical”, que se asienta, justamente en dicha perspectiva, creada a principios de los años 90 por el inglés Colin Tipping. 


Tipping, terapeuta y pedagogo de la Universidad de Londres, trabajó en retiros con personas afectadas por el cáncer. Al cabo del tiempo se dio cuenta que todos tenían un denominador común: historias sin resolver, las que afectaban tremendamente su salud. Es así como decidió incluir el perdón como vía para disolver esa energía atrapada en dichas historias.  

“Se llama perdón radical porque viene de raíz. En este momento que vive el país, a nivel de pandemia, hay una sensación de incertidumbre que ha subido el volumen a todo lo que no estaba resuelto en nuestras vidas, generando conflictos con quienes más queremos, en el trabajo y hasta con uno mismo”, sostiene.  

Esta incomodidad personal surge de manera nítida cuando se busca cambiar a alguien o algo y no se logra, cuando hay intensión de controlar lo que ocurre y no es posible. 


“El perdón de raíz tiene que ver más con reconciliarse y unir dos polaridades: reconocerte en el otro, ver qué estas proyectando de ti en la relación con esa otra persona. Hay que entender que en ocasiones esa persona solo activa lo que traes del pasado”. 

El perdón radical te enseña a separar los hechos de las interpretaciones que, por lo general, nos hacen sufrir y van minándonos progresivamente. 

¿Resolver el pasado?

Para que el perdón radical funcione, explica la experta, necesitamos reconciliarnos con nuestro pasado. Por ejemplo, si no tuviste unos padres atentos, cuidadosos, amorosos ni cercanos es esencial darse cuenta de que aquello vivido -aunque malo o insuficiente- te ha permitido ser quién eres hoy.

Afirma que es preciso preguntarse ¿qué recursos tengo a partir de esa historia vivida? ¿qué es aquello que recibí y ya no quiero seguir repitiendo? ¿Qué es aquello que ya no se sostiene en el tiempo?

Así, tal vez la historia de víctima que pudimos padecer o experimentar en el pasado, ya no nos es útil en la actualidad, porque en este momento tengo otras capacidades a las que debo dar mayor atención. 

“Es así como ese pasado, que me ha causado tanto dolor, decido ya no traerlo a mi relación de pareja, a mi rol actual de madre o padre. Entonces, trabajamos desde el presente, cómo lo vivo, dejando atrás las interpretaciones de lo que ocurre”. 

El perdón radical te permite vivir en el presente, dejando de lado interpretaciones que pueden dañar tus relaciones 


El efecto secundario de este proceso será, en ciertos casos, perdonar a algunas personas y mantener el vínculo; y en otros casos provocará el alejamiento total de otras. 

“El perdón radical te da autoestima, presente y te permite relacionarte con los demás de forma diferente. Gracias a esta mirada profunda dejas de preguntarte por qué me ocurre esto para preguntarte para qué estoy viviendo todo esto”.

Responsables de nuestras vidas


Muss Hernández indica que el perdón de raíz te permite soltar o resolver conflictos, pero sin evadir el presente y las decisiones que debes tomar para seguir viviendo. 

“En este momento, todo esto ayuda muchísimo, porque te calma y te permite relacionarte con otras personas, pero desde la realidad, no desde las interpretaciones que uno tiene de ella, de lo que piensa o cree que está pasando, sino desde la realidad”.

Sostiene que, gracias a este método, miras la vida no desde el papel de la víctima -a la que le ocurre de todo o le hacen de todo- para darte cuenta de que la rabia, molestia o fastidio que te despiertan otros, es en la mayoría de los casos un reflejo de historias no resueltas en ti. De esta manera, el acto de perdonar es parte de perdonarte a ti. 

“Tomas responsabilidad de tu vida, de tu presente. Te liberas de las decisiones que puedes haber tomado en otro momento. Por ejemplo, en la infancia, cuando no podías hacer nada. Pero, ahora te das cuenta de que eres un adulto que sí puede tomar otras decisiones, que ahora sí puedes hacerte cargo de tu vida, mientras la vas viviendo”. 

Adiós al papel de víctima 

Afirma que el perdón radical nos permite salir del estado niño con la pataleta o del padre que busca controlar todo. Te das cuenta de la realidad y eliges participar desde el presente, desde el hoy. 

El papel de víctima es muy cómodo, pero también cansa a los demás y así vuelves a caer. Te vuelven a abandonar, no te miran, te faltan de respeto y vuelves a caer en lo mismo. Entonces, lo que debemos es crecer, hacernos adultos y desde allí realizar nuestros sueños, todo lo que queremos lograr en la vida”. 

Cuando uno deja de lado el rol de víctima se hace dueño de su vida y oportunidades de ahora en adelante

Advirtió que mientras permanezcamos en el estado de víctima no hay manera de abrir nuestra cabeza para crear, para dar espacio a nuevas ideas, para abrir un nuevo negocio, porque la creatividad viene del presente y de un lugar en paz con lo que tenemos y somos. 

“Si el pasado no está resuelto, pero resuelto en tu corazón, no podrás estar en paz con lo que eres y con lo que hay. Todos tenemos un lado oscuro y de luz. Por eso es importante reconocer que nosotros también podemos haber sido victimarios, maltratado a otras personas cuando estamos molestos”. 

Perdonarse a uno mismo

Para la experta, es vital recordar que el perdón radical implica no solo mirar a los otros y resolver rencillas y asperezas pasadas con familiares, amigos o personas importantes en nuestra vida. Es también saldar cuentas con uno mismo.  

“¿Cómo perdonarse a uno mismo? Primero, mírate al espejo y date cuenta de que aquello que hiciste no pudiste hacerlo 
de otra manera, que hay una razón detrás de cualquier acto que hayas cometido y es importante que lo asumas. Hay que admitir soy responsable de lo que hice, pero también puedo cambiar en este presente, puedo aprender a ser mejor persona, puedo reparar si es necesario y, de ser posible, acercarme a las personas que hice daño”, afirma. 

Cuando uno toma las riendas de su vida, desde una mirada del presente, desde el perdón, uno puede cerrar ciclos con 
personas que incluso ya se fueron de nuestras vidas o fallecieron. Solo de esa manera dejan de ser fantasmas y nuestra vida sigue. 

“Si ha existido un problema grave que tiene que ver con padres o hijos, puedes tomar decisiones desde tu adultez y decidir acercarte o no, pero ya sin rencores. Ya no vas desde el lugar carente o acusador, sino desde un lugar donde se puede dar un nuevo tipo de relación o vínculo si lo deseas”, detalló. 

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(FIN) KGR/RRC

Publicado: 8/5/2021