La plaga del dragón amarillo, considerada la enfermedad más destructiva para los cítricos en el mundo, amenaza los cultivos de limón, naranja y mandarina de Tumbes y Piura, lo que afectaría la economía familiar y nos privaría de peruanísimos potajes. ¿Se imagina un cebiche sin limón? Es así que el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) y la Asociación de Productores de Cítricos del Perú (ProCitrus) impulsan la campaña #YoMeZumo.
La iniciativa tiene como objetivo concientizar a los productores y la población sobre el impacto negativo que podría generar la plaga, ocasionada por el insecto vector llamado Diaphorina citri, que ya ha generado millonarias pérdidas económicas en Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, México, Estados Unidos y otros países.
“De llegar a nuestros cultivos, aun contando con un programa fitosanitario, las pérdidas alcanzarían los 454 millones 572,952 soles, según estudio del IICA [Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura], ocasionando una crisis a nivel nacional, que afectaría también al sector gastronómico", afirmó el gerente general de ProCitrus, Sergio del Castillo.
En el país existen alrededor de 25,000 hectáreas destinadas a la producción de limones, de las cuales 18,000 se encuentran en Piura y 2,000 en Tumbes. La exportación del limón sutil y Tahití representó un ingreso en divisas para el Perú de 20 millones de dólares en el 2020.
El mayor riesgo de ingreso del vector portador de la enfermedad es a través del contrabando de plantas por la frontera de Ecuador. Por ello,
Senasa vigila las zonas críticas y, de manera conjunta con ProCitrus, ha efectuado prospecciones en búsqueda del insecto transmisor. Además, han brindado capacitaciones a los productores.
Más efectos negativos
La aparición de esta plaga también generaría un impacto negativo en los puestos de trabajo vinculados a las cadenas de servicios, transporte, acopio, empacado, distribución y comercio de los cítricos, y afectaría a las inversiones privadas y las economías regionales.
El limón es un insumo fundamental de platos emblemáticos del Perú como el cebiche o de nuestro cóctel de bandera, el pisco sour.