Por su cabina pasaron Fernando de Szyslo, Mario Vargas Llosa, María Rostworoski, Julio Ramón Ribeyro, Alberto Flores Galindo, Susana Baca, y decenas, tal vez cientos, de escritores, artistas y académicos de todas las formas de cultura.
Radio Filarmonía, la casa que alberga al programa
, ha pasado por muchas sedes diferentes desde su fundación. A pesar de esos cambios, este 2018 el programa cumple 30 años ininterrumpidos de difusión cultural en formato entrevista.
La Agencia de Noticias Andina conversó con su conductor y productor de siempre, Carlos Fernández Loayza.
Nacimiento
En 1987, radio Sol Armonía —antecesora de Filarmonía— tenía un informativo cultural a mediodía. El crítico y escritor Hugo Salazar del Alcázar era su conductor cuando Carlos Fernández entró como como su asistente.
“Yo estudiaba Economía, pero me gustaba el periodismo, así que venía, porque me gustaba. Hugo se fue de la radio y ya no hubo programa. Al año hablé con la directora y le dije que por qué no volvían a sacar el informativo del mediodía”, recuerda Carlos. La radio funcionaba entonces en el séptimo piso de un edificio en el Cercado de Lima.
Aunque no había un sueldo para pagarle, Carlos produjo y condujo el programa de forma independiente. Desde entonces, busca a los entrevistados y a los auspiciadores.
La radio se mudó luego a Jesús María y a Barranco, antes de ocupar el espacio del Ministerio de Cultura que usa hoy gracias a un acuerdo.
Una visión completa
“Nosotros tenemos la mirada antropológica de la cultura. Cultura es todo lo que hace el ser humano. Cultura es conocimiento”, explica Carlos. “No solo las bellas artes son cultura. Una noticia de medicina o psicoanálisis difícilmente va a entrar en la página cultural de un medio o una revista. En cambio, nosotros tenemos una mirada global”.
Para Carlos, la cultura es la fuente del desarrollo. “El mejor antídoto contra la pobreza es la cultura. La ignorancia, el atraso, la discriminación, son básicamente falta de cultura. La economía no resuelve las cosas. Es algo demasiado principista o idealista, pero es la lucha en la que estamos”.
Tal vez por eso es importante que la asociación sea una entidad privada sin fines de lucro, señala Carlos. “De haber sido una empresa comercial habríamos quebrado hace tiempo [Risas]”