La Festividad de la Virgen de la Puerta de Otuzco, en la región La Libertad, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 24 de noviembre de 2012 por el Ministerio de Cultura.
Según la
Resolución Viceministerial N 065-2012 del Ministerio de Cultura, publicada en el boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano, el reconocimiento obedece a la gran devoción que suscita la
Virgen de la Puerta entre sus fieles y su antigüedad de casi 350 años, que constituye un referente de identidad local.
La festividad se conmemora anualmente desde el 15 de diciembre de 1664 en la provincia de Otuzco, a 75 kilómetros al noreste de Trujillo, y tiene su origen cuando, ante la alarma de una invasión de piratas europeos, se colocó la imagen de la virgen en las puertas de la ciudad para impedir el saqueo.
El retiro de los piratas fue considerado un milagro de la virgen y desde entonces surgió el nombre y el culto de la imagen “Virgen de la Puerta”.
La celebración comienza formalmente el 12 de diciembre, fecha en la que se arregla el altar de la virgen y se culmina la novena en su honor. En la noche, se lleva a cabo una verbena popular.
El 13 de diciembre es conocido como “El alba” y corresponde a los maestros de Otuzco hacerse cargo del desfile, de la retreta en la plaza de Armas y fuegos artificiales. Asimismo, el párroco inicia la celebración de una secuencia de misas.
Un día después, la
imagen de la llamada “Mamita de la Puerta” baja de la iglesia a los brazos de sus cargadores (miembros de la hermandad), a partir de un mecanismo que permite deslizar a la imagen por un madero inclinado provisto de un riel.
El desplazamiento, lento y lleno de solemnidad, se realiza en medio de la música de las bandas, canciones y la algarabía de los distintos grupos folclóricos y de la abrumadora presencia de peregrinos que han llegado a saludarla.
El
15 de diciembre es el día central y su mejor expresión es la procesión de la virgen a lo largo del pueblo. La multitud es compacta y tan enfervorizada que resulta imposible desplazarse en otra dirección que no sea el recorrido prefijado para la imagen.
Al día siguiente la virgen recibe la veneración de sus fieles en el atrio de la iglesia y por la tarde “sube a su trono” mediante el mismo mecanismo utilizado para su bajada. En la tarde, se lleva a cabo una corrida de toros y por la noche una misa de acción de gracias finaliza la festividad.
En Otuzco, la fecha es mucho más que una celebración local, pues no menos de 100,000 personas copan todos los espacios posibles de la ciudad y durante una semana (del 11 al 16 de diciembre) se vive el frenesí de lo que se considera como la fiesta tradicional más importante del norte del país.
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