La quinua orgánica es una palanca para el desarrollo de los campesinos de los Andes. La quinua avanza en los mercados internacionales y es la estrella de los platos gourmet, un ‘boom’ que disparó los precios de esta humilde semilla.
Desde entonces, el Perú se ha consolidado como el primer exportador de quinua, sin embargo, desde hace unos años la producción de este cereal se está alejando de su lugar de origen, la cordillera andina, y ha empezado a cultivarse en Europa, Estados Unidos e incluso en China, afectando a los ingresos de los campesinos que nunca lograron despegar económicamente.
Programa innovador de Naciones Unidas
Un programa innovador de Naciones Unidas puesto en marcha desde el 2015 en Puno y Ayacucho fomenta la producción de quinua orgánica mediante cooperativas para venderla en los mercados internacionales a un mejor precio y con sello de calidad.
El Programa Conjunto Granos Andinos, implementado por la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Unesco, ha logrado que 500 productores organizados implementen un programa orgánico para la quinua logrando comercializarse 42.3 toneladas métricas.
Luciano Añasco, presidente de la Cooperativa Central Cecagro, explica que los productores cuando no están organizados reciben 3 soles por kilo, un precio injusto que no amortiza el esfuerzo ni la inversión realizada.
Desde la puesta en marcha del programa, en 250 hectáreas han producido 800 toneladas de quinua por hectárea que han vendido a un precio de 4,50 soles.
“Tenemos la fortaleza ahora de estar vinculados a un mercado, el de Industrias Alimentarias del Cusco (Incasur)”, precisa Añasco.
Del campo al plato
El director de la OIT para los países andinos, Philippe Vanhuynegem, remarca que cuando aumenta la productividad de la quinua se necesita asegurar un acceso de mercado, por lo tanto, resulta fundamental fortalecer la asociatividad y cooperativismo.
La marca colectiva Aynoka es un ejemplo de ello, nació como una iniciativa de los productores de Puno para potenciar la comercialización de esta semilla.
“El beneficio de esta marca es que vamos a vender una quinua orgánica de Puno. La creamos por la elevada competencia en el mercado y las elevadas exigencias”, declara Gino Garré, gerente de la planta de Agroindustrias El Altiplano, una de las empresas que conforman esta iniciativa.
“En mi cooperativa estamos en un proceso de certificación orgánica gracias al proyecto. Nos han apoyado técnicamente para que el producto tenga la calidad que los mercados internacionales requieren mediante la capacitación a agricultores sobre el control de plagas y el cooperativismo”, explica Patricio Colca, vicepresidente central de Cooperativas Granos de Oro.
Incremento de la productividad
Uno de los mayores logros es el incremento de la productividad en un 57% respecto de la campaña 2014-2015, pasando de una producción de 504 kilogramos por hectárea a 790 kilogramos.
“La importancia de fortalecer la cadena de valor de la quinua y otros granos andinos se debe a que agrupa a muchos pequeños productores en situación de pobreza, por lo tanto, producir con mayor efectividad y eficiencia tiene un impacto en su calidad de vida.
Puno está en proceso de posicionarse como región productora de quinua orgánica, este es un paso muy positivo para diferenciarnos del resto de producciones”, afirma Miguel Maldonado, coordinador nacional del Programa Conjunto de Granos Andinos.
Este proyecto, financiado por el Fondo para el Logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), busca además revalorizar la riqueza cultural de la quinua, cultivada desde hace más de 7,000 años, y rescatar los saberes ancestrales mediante un estudio histórico y etnográfico sobre la crianza, cultivo, uso y formas de consumo de la quinua que se transmiten de generación a generación.
“Esperamos en dos semanas tener listo el expediente de declaratoria de patrimonio cultural de la nación de los saberes ancestrales sobre el cultivo de quinua”, declara Enrique López Hurtado, coordinador del sector cultura de Unesco.
Mujeres, motor de producción orgánica
Jacinta Mamani es productora de quinua orgánica en Acora y desde hace unos meses es miembro de la iniciativa Unica, Uniones de Crédito y Ahorro, que funciona con el dinero que aportan los propios agricultores.
Este programa, puesto en marcha por la OIT con el apoyo de Cofide, ha logrado crear un total de 10 Unicas en Puno, con más de 118 productores beneficiados que han logrado acumular un capital de más de 100,000 soles.
El 62% de los miembros de estas uniones de crédito son mujeres, las cuales desempeñan un papel fundamental en su funcionamiento.
“La Unica para nosotras es un banquito en el cual depositamos nuestro dinero. Cada mes las socias compramos nuestras acciones de 10 soles y a la compañera necesitada le prestamos el dinero con un interés de 3% que invierte en agricultura”, explica Mamani.
“La participación de la mujer en el sector económico es fundamental, está comprobado que cuando la mujer se involucra en este ámbito el retorno es mejor para cualquier industria e iniciativa. Por ello, hemos buscado en el programa que las mujeres no solo sean beneficiarias del mismo, sino agentes del cambio”, explica María del Carmen Sacasa, coordinadora residente del Sistema de Naciones Unidas.
Lourdes Soto, productora de quinua orgánica, fue capacitada en el marco del programa sobre la metodología SCORE desarrollada por la OIT para mejorar la productividad y condiciones laborales mediante la cooperación en el lugar de trabajo.
“Ha mejorado la comunicación y organización en nuestra cooperativa. Ahora, nuestra esperanza está puesta en poder exportar nuestra quinua y darle un valor agregado”, agregó finalmente.
(FIN) JJN/JJN
Publicado: 3/3/2017