Nadie está preparado para enfrentar la violación sexual de un ser querido y mucho menos si se trata de un niño o adolescente; sin embargo, hay pautas que pueden ser de gran ayuda emocional para el menor ante una situación tan dramática como esta.
Así lo sostuvo el doctor José Ronald Villafane, del Centro de Salud Mental Comunitario San Gabriel Alto, del Ministerio de Salud, para quien es fundamental que los padres brinden contención emocional al menor antes de lanzar amenazas o dar espacio al descontrol.
“El primer aspecto que debe primar entre los padres es creer en sus hijos. Eso tiene gran valor y mucho más cuando van creciendo”.
Entrevistado en el programa Saludable Mente de Andina On Line, el experto recomendó a los padres mantener la calma y destinar todas las energías a escuchar a la víctima y con especial esmero si se trata de un niño o niña.
Nada de gritos ni llantos
“Si los padres expresan las mismas emociones que el menor -como ira, angustia, vergüenza, miedo- no serán de mucha ayuda para sus hijos. Todas las emociones que los padres tienen en ese momento deben transformase en unas acciones de ayuda y para poder lograrlo necesitan estar calmados”.
De ninguna manera -aclaró- el estar calmado es reflejo de falta de cariño con la víctima o que no importa lo ocurrido. Se trata de la primera y más dura parte del proceso emocional y legal hasta lograr justicia para el caso.
El tono que se usa en esa primera conversación (cuando se entera de la violación) debe ser cálido, nada de gritos y menos amenazas con matar
al violador o agresor. Eso podría atemorizar al menor y en algunos casos impedirá que ofrezca información valiosa a sus padres o tutores.
“El hecho de contar algo muy doloroso a una persona en confianza ya de por sí ayuda mucho. Esa es justamente la base de una psicoterapia. Si perdemos la ecuanimidad, el niño puede quedarse tan consternado que decide dejar de contar y eso no es bueno”.
Frases claves
El especialista comentó que hay frases que pueden ayudar mucho a los menores abusados cuando intentan contar a sus padres lo que han vivido.
"Pase lo que pase, yo voy a estar a tu lado" o "pase lo que pase, yo te voy a seguir queriendo, porque tú eres mi hijo o hija" son algunas palabras que podrían hacerles sentir en mayor confianza para comentar lo que les ha pasado.
“Para eso casos debe quedar muy claro que si bien hubo una serie de normas que se incumplieron, eso no disminuye lo malo que fue la agresión, porque se dio en contra de su voluntad. El chico tal vez no debió ir a la fiesta, pero eso no lo hace inmediatamente merecedor de una violación”.
José Villafane indicó que cada miembro de la familia pasará por un proceso de duelo, que va a velocidades distintas, de acuerdo con la edad de las personas o su madurez emocional y probablemente sea más largo, porque nadie espera que esto ocurra y mucho más si la violación termina en la muerte de la víctima.
“Hay una parte del proceso del duelo donde hay una tristeza muy honda, donde aparece la depresión. El riesgo es que las personas se queden en esa etapa. Allí los servicios de salud entran en acción, porque esa persona tiene derecho a seguir con su vida sin que eso implique que han olvidado todo”.
Para el experto del
Ministerio de Salud, es importante que las personas cuenten con una red de soporte emocional que las apoye en casos como este, que podría estar integrada por el resto de la familia, por amigos de la parroquia o por vecinos. Si esto no es suficiente, sugiere acudir a los
centros de salud mental comunitarios que ahora existen en todo el país.
“Hay asociaciones de familias que después de un terremoto, un incendio o actos violentos empiezan a ayudar a otras. Así es el ser humano. Un mensaje final para los padres de familias es que hay esperanza después de la violación y que con apoyo emocional uno puede salir adelante”, finalizó.
Más información en:
(FIN) KGR/RRC
Publicado: 9/2/2018