"¿Saben lo que es la monja chismosa?, es terrorista, peor que los de Ayacucho hace años, peor, porque el chisme es como una bomba y, como el demonio, tira la bomba, destruye y se va tranquilo", dijo hoy el Papa Francisco en el templo de las Nazarenas.
Al dirigir un mensaje a las monjas de vida contemplativa reunidas hoy en el santuario del Cristo Moreno, en la avenida Tacna, en el Centro de Lima, Francisco sostuvo que la mejor manera de evitar caer en la tentación del chisme es morderse la lengua.
"Así la enfermera tendrá trabajo porque se le inflamó la lengua (a la monja chismosa), porque eso lo inspira el demonio. Acuérdense del terrorista de Ayacucho cuando tengan ganas de pasar un chisme", afirmó el
Santo Padre desatando los aplausos de los presentes.
Francisco afirmó que la vida de clausura no encierra ni encoge el corazón, sino que lo ensancha. "Ay, de la monja que tiene el corazón encogido, por favor busquen remedio. No se puede ser monja contemplativa con el corazón encogido, que vuelva a respirar, que sea grande", señaló.
Al inicio de su mensaje, el Santo Padre se tomó un tiempo para gastarles una broma a las monjas presentes, señalando que habían aprovechado la ocasión para salir del convento y dar un paseíto. "Al verlas a ustedes aquí, me da la impresión de que aprovecharon la visita para pasear un poco".
Resaltó también el hecho de estar en el
templo del Señor de los Milagros, tan visitado por los peruanos para pedirle su gracia, "y que es el faro que nos guía y nos ilumina", apuntó repasando una parte de la letra del Himno al Cristo Morado.
Rezar por quienes sufren y hacen daño
En otro momento, el
Sumo Pontífice pidió a las monjas rezar por la unidad de la Iglesia católica peruana al advertir que hay algunos intentos de desunión.
"A ustedes les encomiendo la unidad de la Iglesia, de los consagrados, de los obispos y del clero", anotó.
Asimismo, les pidió orar por los migrantes, por los refugiados, los pobres, los enfermos, las víctimas de dependencias; pero también por los que hacen daño y destruyen a sus hermanos.
También las instó a ayudar no solo con la oración, sino con servicios concretos. "A través de los locutorios, y sin faltar a la clausura en la que viven, ustedes pueden hacer tanto bien", afirmó.
Para resaltar la importancia del papel de las monjas en la fe católica, el Santo Padre señaló que la Iglesia "no las tolera, sino que las necesita", para que, con sus vidas, sean los faros que indiquen el camino de la verdad y la vida, que es la que nos da el Señor, que ofrece plenitud a nuestra existencia.
Las monjas respondieron a ese mensaje con aplausos y vivas y lanzando lemas como: "¡Que viva el
Papa Francisco!".
El Pontifice partió luego en el papamóvil hacia la Catedral de Lima y el Palacio Arzobispal, donde se reúne con los obispos del Perú.
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(FIN) ART/RRC
GRM
Publicado: 21/1/2018