Canadá y Estados Unidos han llegado a un acuerdo para mantener cerrada su frontera a todo tráfico considerado no esencial al menos hasta el próximo 21 de junio, según anunció este martes el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
A mediados de marzo, los dos países acordaron inicialmente limitar el tráfico transfronterizo al transporte de mercancías y de trabajadores considerados esenciales durante 30 días para contener la propagación de COVID-19. La medida fue posteriormente extendida un mes en abril.
Trudeau declaró hoy durante su rueda de prensa diaria que el cierre de la frontera es necesario porque es "una vulnerabilidad", ya que la llegada de personas procedentes de Estados Unidos puede provocar nuevos brotes de COVID-19.
En estos momentos, Estados Unidos es el país con más casos declarados de COVID-19, con 1,5 millones de personas infectadas y 90.432 muertes, mientras que Canadá suma 79.411 casos y 5.960 fallecidos. El primer ministro canadiense también señaló que las autoridades estadounidenses "están totalmente abiertas" a mantener la frontera cerrada durante otros 30 días.
Sobre el momento en que Canadá reabrirá sus fronteras, Trudeau afirmó que están tomando las decisiones "semana en semana". "La situación cambia rápidamente y estamos ajustando de forma constante las medidas que son apropiadas para los canadienses y mantener ese equilibrio entre mantener a los canadienses seguros y restaurar la normalidad y la actividad económica", afirmó.
A pesar del cierre de la frontera, el vital tráfico de mercancías entre los dos países se ha mantenido sin interrupciones, lo que está permitiendo la reactivación de sectores, como el automovilístico, que depende de productos fabricados a ambos lados de la frontera.
Para los dos países también es vital mantener la cadena de suministro alimentario, ya que ambos países dependen el uno del otro en este sector. Mientras, las provincias canadienses más afectadas por la pandemia, Ontario y Quebec, continúan reabriendo de forma paulatina sus economías tras casi dos meses de parón forzado.
Ontario, que tiene 23.384 casos de COVID-19 y 1.919 fallecidos, permite a partir de hoy que las tiendas con acceso directo a la calle puedan reabrir sus puertas. La provincia también anunció hoy que formará una comisión independiente para investigar el sistema de residencias de ancianos que han sufrido una elevada tasa de infección y mortalidad de la enfermedad.
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