Por: Sonia DominguezEl uso de materia prima reciclada es más frecuente y ahora forma parte del modelo de sostenibilidad de una empresa. Esto abre paso al desarrollo de nuevos modelos de negocios, lo cual pasa por formalizar a los recicladores.
Una de las principales ventajas del reciclaje de deshechos, es decir un modelo de economía circular, es que alarga la vida de los productos, dándole un nuevo valor de uso en el proceso productivo. Por ello es un tema que siempre está en la agenda, tanto del sector público como del privado.
Si bien la pandemia por el coronavirus ralentizó los avances que se venían registrando en esta práctica, el presidente de la Comisión de Economía Circular de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), Jesús Salazar Nishi, considera que se presentarán oportunidades para recuperar el ritmo de trabajo que se venía registrando en los primeros meses del año.
“Por ejemplo, las empresas que trabajan con materia prima reciclada no tuvieron canales de abastecimiento. Sin embargo, cada día se generaba basura que por más que fuera segregada, no se sabía qué hacer con ella para su adecuado uso”, declaró al Diario Oficial El Peruano.
Explicó que esta situación hace necesaria la implementación de una política nacional de reciclaje que empiece con la segregación en fuente. “Cada vez nos queda más clara la importancia del papel del reciclador, por lo que es necesario trabajar en su formalización y su capacitación”.
Tecnologías
Salazar enfatiza que el reciclaje requiere de la implementación de nuevas tecnologías.
“Muchas veces fabricar con materias primas de primer uso resulta más barato que producir con materiales reciclados debido a que se requiere de nuevas tecnologías para hacerlas aptas para su uso industrial”, asevera.
Solo en la industria se deberían invertir 500 millones de dólares en la adquisición de esta nueva tecnología para impulsar la economía circular.
“Esos recursos se destinarían a la reconversión de equipos y maquinarias para asegurar la producción con material reciclado”, detalla.
Si bien estas inversiones se tienen que realizar, Salazar considera que se deberían establecer algunos incentivos tributarios por parte el Gobierno. “El objetivo es facilitar la reconversión de la industria en pro del reciclado”.
Informalidad
El 90% de las labores de reciclaje que se realizan en el Perú está en manos de informales lo cual no asegura un buen manejo de los desechos recogidos.
“Debemos hacer algo para cambiar esta situación. Esto parte de los gobiernos locales y de los empresarios, que en los últimos años están adoptando mejores prácticas sobre sus procesos productivos reutilizando materias primas recicladas”, refiere.
En este caso, figuran las botellas 100% recicladas, los envases descartables y las bolsas con materia prima reciclada, entre otros.
“Ya hay un cambio de conducta, sin embargo, la industria formal tiene el problema del abastecimiento constante y serio porque gran parte del reciclaje es informal. Para ello se requiere un trabajo más proactivo de los municipios”, comenta.
Dijo que son pocos los municipios que hacen un trabajo de reciclado en sus distritos. “Es necesario promover en la ciudadanía la segregación de sus deshechos”.
Modelos de negocio
Salazar explica que el concepto de sostenibilidad de las empresas cambió en los últimos años. “Evolucionó tanto que ahora se habla de tres tipos de rentabilidad: la financiera, social y la ambiental”.
Ahora, los nuevos productos que salen al mercado tienen que cumplir con esas tres condiciones. “Cada vez hay más empresas que están diseñando productos con elementos reciclados”.
Por esta finalidad, se han abierto más posibilidades para generar productos sostenibles, rentables, socialmente aceptables y elaborados con materiales reciclados. “Sobre todo, se observa en el sector plásticos”.
Subraya que esta condición abre espacio para captar inversiones en nuevos modelos de negocios que entiendan a la economía circular como principio de la fabricación.
Microempresas
El reciclaje en el Perú es una actividad masiva en la que participan directamente 100,000 familias. Pero, adicionalmente, están vinculadas de manera indirecta otros 100,000 núcleos familiares.
“Con un ordenamiento del sector, estás 200,000 familias podrían aportar a la reactivación industrial”, asevera Salazar.
Solo el 10% es formal, por lo que promover su formalización contribuiría con la creación de unas 180,000 microempresas con mejores prácticas de reciclaje. “El reciclaje es una actividad natural que va a continuar porque hay un mercado que demanda estos productos de desechos”.
En la industria del plástico hay productos por 100,000 toneladas que se reciclan cada año.
El reciclador sabe que cuando se formaliza tiene beneficios adicionales. “Se hace sujeto de crédito pues factura todos los días”.
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(FIN) DOP/WRR
Publicado: 23/7/2020