La ocurrencia del Fenómeno El Niño en nuestro país provoca una serie de impactos negativos, que son los más percibidos porque pueden llegar a ser devastadores en la población y las ciudades, pero también registra cambios
positivos en los ámbitos pesquero, forestal y en la recarga de las fuentes de agua, entre otros.
A continuación, repasemos cuáles son los efectos negativos y positivos del Fenómeno El Niño en el Perú.
Efectos negativos
-Daños personales y materiales de diversa magnitud (heridos, fallecidos, pérdida parcial o total de viviendas y enseres, entre otros).
-Destrucción de vías de comunicación (carreteras, caminos y puentes colapsados).
-Afectación de diversa magnitud en colegios, locales comerciales, establecimientos de salud, sedes de instituciones públicas, iglesias, predios de todo tipo.
-Incremento de enfermedades como el dengue, malaria, leptospirosis, cólera, infecciones estomacales, conjuntivitis, entre otras.
-Daños en la infraestructura productiva (canales de irrigación, bocatomas, compuertas, etc.).
-Muerte o migración de algunas especies vegetales y animales.
-Altas probabilidades de que se produzcan incendios forestales, debido a las altas temperaturas.
-Pérdida de terrenos agrícolas y salinización de suelos.
-Las altas temperaturas generan impacto en la producción pecuaria (baja producción de carne y leche).
-Disminución de la producción de papa en la costa y sierra por altas temperaturas y exceso de humedad.
-En algunos cultivos el ciclo vegetativo se acorta y hay ausencia de inducción floral.
-Desplazamiento y profundización de cardúmenes de anchoveta, que no puede ser compensada con presencia de nuevas especies.
-Aceleración del retroceso glaciar.
-Colmatación de reservorios.
Efectos positivos
-Aparición de otras especies marinas pelágicas como bonito, caballa, perico y pejerrey.
-El incremento de lluvias y temperatura del aire favorece el desarrollo del cultivo de arroz en la costa.
-Las lluvias intensas, en eventos El Niño fuertes a extraordinarios, favorecen la regeneración natural de los bosques secos en la costa norte.
-La aparición de praderas temporales en la costa norte es importante para la ganadería.
-El exceso de lluvias favorece la recarga de acuíferos y reservorios de agua dulce.
-Las altas temperaturas del mar durante el otoño e invierno favorecen la disminución de la intensidad de las heladas en la sierra central y norte.
Regiones del Perú que serían más afectadas
Durante el desarrollo de un episodio de El Niño, dependiendo de su intensidad y temporalidad, el comportamiento de las condiciones meteorológicas en el territorio peruano se altera, provocando anomalías en el comportamiento de las lluvias y temperaturas del aire, principalmente en la vertiente occidental y el Altiplano.
Teniendo en cuenta los episodios extraordinarios y más devastadores de El Niño ocurridos en los años 1982-1983, 1997-1998 y 2017, las regiones que serían más afectadas por una manifestación extraordinaria de este evento climático y oceanográfico son aquellas ubicadas en la Costa norte y central: Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Áncash, Lima e Ica.
En cada uno de esos periodos El Niño provocó lluvias torrenciales prolongadas que generaron a su vez el incremento desmesurado y desbordes de los ríos, así como huaicos y deslizamientos que provocaron pérdida de muchas vidas y cuantiosos daños materiales expresadas en la destrucción de viviendas, colegios, establecimientos de salud y todo tipo de infraestructura vial; campos de cultivo inundados con pérdida completa de cosechas; enfermedades derivadas del desastre, entre otros efectos negativos.
El más reciente episodio de El Niño costero acontecido en 2017 dejó enormes secuelas negativas y, seis años después, continúan las intervenciones del Estado, gestionadas por la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) para atender a los damnificados y rehabilitar la infraestructura devastada por este fenómeno.
Si bien los efectos más dañinos de un evento El Niño se concentran en regiones de la Costa, ocurren también daños en las regiones de la Sierra, sobre todo en el sur, donde hay déficit de lluvias y ello afecta la producción agropecuaria y, en consecuencia, la economía de las familias productoras.
(FIN) LZD/MAO