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El cardenal Pedro Barreto, un jesuita defensor de la Amazonía peruana

Cortesía

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11:19 | Lima, jun. 28.

El nuevo cardenal peruano Pedro Barreto, jesuita de 74 años, es un fervoroso defensor de los pueblos indígenas de la Amazonía y del medio ambiente, amenazado por actividades extractivas, así como crítico de los políticos que viven "de espaldas a la realidad" y sucumben a la corrupción.

Barreto nació en Lima en 1944 dentro de una familia de cinco hermanos y ya en sus años escolares sintió la vocación sacerdotal, que lo llevó a formarse en la Compañía de Jesús.

Estudió filosofía en España y Teología en el Seminario San Antonio Abad del Cusco y fue ordenado sacerdote en 1971.

Tras realizar labor pastoral en Cusco, Tacna, Ayacucho y Jaén, ubicada en la amazonía de la región Cajamarca, es nombrado arzobispo de la ciudad andina de Huancayo en 2004 por el papa Juan Pablo II.

A su paso por la selvática Jaén, Barreto conoció los problemas que aquejan a las comunidades indígenas como la tala indiscriminada de los bosques, la extracción ilegal de oro en la Cordillera del Cóndor, la pobreza y la contaminación del medio ambiente.

Desde 2003, Barreto es representante de los obispos de la selva, en el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Peruana, de la que es vicepresidente, y en la actualidad tiene a su cargo la preparación del próximo Sínodo para la Panamazonía en el 2019.

En su siguiente misión, al frente del arzobispado de Huancayo, en el centro de Perú, Barreto llamó la atención de las autoridades por los graves niveles de contaminación de la población asentada en el complejo metalúrgico de La Oroya, cerrado en 2009 por incumplir sus compromisos de protección ambiental.

El flamante cardenal logró la instalación de mesas de diálogo con las empresas infractoras y las autoridades para trabajar a favor de la salud de los pobladores, bajo la convicción de que "el Estado lucró con la salud de la población de La Oroya" y debía resarcirla.

Barreto se hizo acreedor al Premio Nacional de Derechos Humanos, tras pedir que la minería sea responsable y segura, y a pesar de las amenazas de sectores que resultaron afectados por su intervención.

Tras su nombramiento como cardenal, el obispo peruano ha enfilado sus críticas contra el Congreso y los políticos que han sucumbido a la corrupción en los últimos años en el país.

Sus palabras de que el Parlamento "vive a espaldas de la realidad del país" y que ese vivir de espaldas "significa corrupción" generó el rechazo, entre otros, de la mayoría opositora formada por el partido fujimorista Fuerza Popular.

Barreto contrasta así con el otro cardenal peruano, el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, líder del Opus Dei en Perú, y quien siempre ha sido muy cercano al gobierno, especialmente en los años en que gobernó el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).

La presencia de Barreto como consejero del Papa Francisco en el Colegio Cardenalicio es entendida como la apertura a otras problemáticas y sectores menos atendidos por la Iglesia católica en los últimos tiempos.

El propio mandatario peruano, Martín Vizcarra destacó el compromiso de Barreto con el cuidado del medio ambiente, al saludar su designación en mayo pasado, y agradecer al pontífice porque su nombramiento fortalecerá "la fe y esperanza" del pueblo católico en el país.

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(FIN) EFE/AND

Publicado: 28/6/2018