En el marco del Día Nacional de la Papa, es importante resaltar el uso de semilla certificada por parte de los agricultores peruanos, lo que les permite incrementar sustancialmente su producción por hectárea cultivada y mejorar la calidad de sus cosechas. Como consecuencia de ello pueden mejorar las condiciones de vida de sus familias.
En el centro poblado de Carampa, en Huancavelica, un grupo de 21 agricultores de la Asociación de Productores Agropecuarios “Las Orquídeas”, utiliza semilla certificada y gracias a ello han logrado incrementar la producción de sus cultivos de papa peruanita.
El Ejecutivo, a través del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), cofinanció un plan de negocio por 236,758.40 soles (80 % del total), que incluyó 45 toneladas de semilla certificada, herramientas agrícolas, abonos y fertilizantes. También el análisis de suelo para su plan de fertilización y asistencia técnica por 24 meses.
Uso de semilla certificada
De acuerdo a la información brindada por el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), la certificación de semillas es el proceso de verificación de la identidad, la producción, el acondicionamiento y la calidad de las semillas, de conformidad a lo establecido en la ley, con el propósito de asegurar a los usuarios la pureza e identidad genética, calidad fisiológica, sanitaria y física.
Antes del cofinanciamiento otorgado por el Programa de Compensaciones para la Competitividad (Agroideas) del Minagri, los agricultores de la Asociación de Productores Agropecuarios “Las Orquídeas” aplicaban el sistema de producción tradicional de la papa y esta generaba solo 6 o 7 toneladas por hectárea.
El uso de semilla certificada les permitió duplicar su producción pasando a generar hasta 16 toneladas. La campaña del 2017 generó una producción total de 672 toneladas en sus 40 hectáreas, lo que se tradujo en un ingreso aproximado de 700,000 soles.
Testimonios de éxito
El Minagri fomenta la asociatividad de pequeños y medianos productores agrarios con la finalidad de mejorar su articulación al mercado y fortalecer su capacidad de negociación. Es así como los 21 integrantes de la Asociación “Las Orquídeas” de Huancavelica empiezan a ver sus sueños y metas cumplidas.
Guillerma Núñez Jacobi, de 44 años de edad, es la presidenta y lideresa de la organización. Ella cuenta que solía vivir en un predio alquilado de la ciudad de Huancayo, pero después de tres años de arduo trabajo pudo comprar un terreno y construir una casa de dos pisos en donde sus dos hijos viven cómodamente. El mayor de ellos, se llama Jerson Quispe, de 19 años, quien estudia la carrera de Ingeniería Química en la Universidad del Centro de Huancayo, y Frand Quispe, de 17 años, quien estudia Ingeniería Electrónica en el mismo centro de estudios.
Por su parte, Víctor Quispe Flores, tiene 48 años de edad, y es el mayor impulsor de este proyecto que hoy ve sus primeros frutos. Él cuenta que gracias a los ingresos generados, su hija Yessenia, de 25 años, estudió la carrera de Industrias Alimentarias en el Instituto de Educación Superior Tecnológica Público Santiago Antúnez de Mayolo, en Huancayo, y en la actualidad está cursando en la misma sede su segunda carrera, Producción Agropecuaria.
Por otro lado, su hijo Roy, de 22 años, quien es un alumno destacado, pudo acceder a una beca para la carrera de Ingeniería de Minas en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en Lima. Gracias a los ingresos generados, Víctor puede costear la estadía y manutención de su hijo en la capital.
Andrés Jacobi Román, al igual que sus compañeros, cuenta con su propio almacén de semillas certificadas. Tiene 53 años de edad y destaca la importancia del uso de la semilla certificada dado que ha mejorado su situación económica y la de sus socios.
(FIN) NDP/LZD