Se realizarán varias combinaciones con el fin de que el producto sea muy similar al que está en el mercado.
“No podemos tener un embutido que tenga un sabor, color o presentación diferente”, recalca la investigadora.
Experiencia previa
No es la primera vez que la doctora Daphne Ramos realiza este tipo de proyectos, antes elaboró hamburguesas fortificadas con leguminosas y harina de sangre para niños.
Esta vez reformularán, junto a su equipo, cinco embutidos de pasta fina, como la salchicha, hog dog, jamonada, mortadela y pastel de jamón.
“Primero vamos a muestrear los productos comerciales, determinar algunas características y trabajar en base a eso para hacer el diseño de mezclas. Finalmente hacer un análisis sensorial del producto para ver la aceptabilidad y ver cuál quedaría”, explica Ramos Delgado, quien también tiene un
doctorado en tecnología e higiene de los alimentos.
Este producto estará dirigido para toda la población, pero en particular para los niños que viven en situación de pobreza, uno de los sectores más afectados por esta pandemia.
“Por ellos (los niños) queremos tener un producto que les guste. Si les presentamos una salchipapa usando los hot dog fortificados les va gustar más que un plato de lentejas. Hay que buscar cosas que sea atrayentes para ellos”, señala.
A la larga, añade la docente, también se espera que este producto sea utilizado por los comedores populares, por la población con menor poder adquisitivo que se ha visto afectada por esta pandemia del coronavirus.
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Robot de exploración espacial diseñado por estudiantes de UNI llega a final de concursoEl proyecto sanmarquino se desarrollará íntegramente en la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNMSM y a fin de año se esperan tener los primeros productos.
“En 5 ó 6 meses estaríamos sacando los primeros embutidos enriquecidos, con las debidas pruebas, porque debemos llegar hasta última etapa que es la parte sensorial, donde se hará un muestreo de 100 personas", agrega Ramos.
Finalmente, la investigadora anima a más colegas a seguir desarrollando proyectos pensando en la etapa pospandemia del covid-19.
“Luego habrá que buscar alguna empresa interesada en la producción y comercialización de los embutidos, nosotros estamos haciendo la parte de investigación o la universidad lo decidirá, porque finalmente la patente es de San Marcos”, concluye Daphne Ramos.
En el equipo sanmarquino también participan investigadores de otras universidades del país como de la Universidad Nacional Agraria La Molina, y extranjeras como la Universidad de León (España), Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (México) y la Universidad Autónoma de Baja California Sur (México).
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