El Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan) trabajará para lograr una visión concertada del país, cuya imagen con miras al 2030 debe ser de una sociedad desarrollada, pacífica y capaz, sostuvo su titular, Javier Abugattás, en entrevista con el Diario Oficial El Peruano.
¿Cuál es la importancia del planeamiento en el desarrollo de las diversas instancias del Estado ?
–La importancia más grande es que como sociedad y Estado sepamos a dónde vamos. El Perú debe construir una mirada bastante más larga. Felizmente, ahora tenemos como país mandatos que nos permiten decir a dónde vamos a 2030. Es decir, qué imagen podemos tener del país a ese año, y de ahí regresar a 2021, y de ahí retornar a la situación actual para determinar cuál es el esfuerzo que tenemos que hacer desde ahora, cada día.
El planeamiento ayuda a establecer a dónde quiero llegar y evaluar también si estoy en ese camino. Tal vez quiero ir a un lugar y estoy yendo a otro. Entonces, tengo que estar continuamente vigilando, no solo es hacer el plan una vez. Es saber a dónde queremos ir y continuamente, día a día, vigilar si estamos caminando hacia nuestra meta, caso contrario dar una alerta y corregir. Sería el planeamiento en pleno funcionamiento. Y eso se tiene que dar en los ámbitos nacional, regional, distrital y de la comunidad.
El centro es el bienestar en la vida diaria de toda nuestra población, de manera sostenible, y que toda persona en el país se desarrolle plenamente.
–¿A lo largo de nuestra historia cómo se transitó por este camino de trabajar sobre la base del planeamiento?
–En los años de 1960 se creó el Instituto Nacional de Planificación, aunque no miraba tan largo como debería. En algún momento se trató de mirar más largo, pero desde esa década hemos tenido planificación de un cierto tipo o de otro. Se desactivó en los 90, después, en 2001-2002, empezó a aparecer una necesidad.
Cuando se creó el Acuerdo Nacional surgió además como política de Estado y eso fijó un punto de recuperación. En 2005 apareció una nueva ley de planeamiento que no se aplicó y recién en 2008 se aprobó la norma actual nacional y es la que nos rige ahora.
La ley crea un gran Sistema Nacional de Planeamiento y al Ceplan como ente rector. El mandato lo primero que establece es cuál es el objetivo del sistema: contar con un espacio para la decisión concertada de una visión, un acuerdo a profundidad de la sociedad y el Estado sobre a dónde queremos ir. Para nuestro caso, hoy día, significa qué imagen tenemos a 2030 de una sociedad desarrollada, pacífica, capaz. Si no tenemos eso, cada institución pública irá por su lado y ese es un problema que ha existido en el país a lo largo de los años.
–¿Existe conciencia de la necesidad de trabajar sobre la base de una planificación en el aparato estatal?
–Existe el mandato, pero nos hemos desacostumbrado. Esos años sin planificación nos quitaron la buena costumbre de mirar más lejos. Además, tuvimos inflación, terrorismo, todas esas cosas nos acortan la mirada e hizo que no veamos más lejos.
Nuestro mandato es mirar lo más lejos posible y con visión de sociedad y Estado. No es fácil, no va con el interés particular ni el de corto plazo. Entonces, a veces es difícil, aun en las instituciones. Cada entidad tiene su propio mandato, quiere cumplir con su parte, no importa cómo y eso es otra vez mirada de corto plazo. Resulta muy difícil salirse del día a día, que además es muy demandante.
Nos falta crear espacios institucionalizados. El mismo Ceplan tiene como mandato ejecutar procesos de formulación y difusión de una visión compartida y concertada de futuro del país en los distintos sectores. Si es concertado tienen que participar todos y no debería quedarse nadie fuera. Esto sería una visión compartida de futuro que aún no la tenemos, creo que hemos fallado como país persistentemente en lograr esta visión concertada. Este es un trabajo para los próximos años.
–Tal vez se puede impulsar la difusión de la importancia de la planificación...
–Es importante fijar, entre todos, como sociedad y Estado, objetivos compartidos para alcanzarlos juntos y que todos nos esforcemos en este camino. Por ejemplo, lograr cosas como que toda persona desarrolle sus capacidades plenas desde la primera infancia, que todo el que busque empleo adecuado lo encuentre, o que vivamos en un ambiente saludable o que contemos con un sistema de gobierno que lleve a la paz y la concordia. Todos esos son temas que están tanto en nuestra Constitución como en esta imagen de la Agenda 2030.
Simplificación
–Usted anunció que se iba a optimizar los planes operativos de las entidades públicas, ¿cómo marcha este proceso?
–Ya se está haciendo. Tenemos una obligación como institución pública de simplificar las cosas. Antes se llenaban formatos y punto. Ahora, les decimos analiza un rato cuál es tu misión, piensa después en los grandes objetivos, en la persona, tu ambiente, el empleo, la paz, la organización necesaria para esto y vuelve a preguntarte: mi plan operativo, mis acciones 2017, cuáles son las que más ayudan a estos logros y esas costéalas. Deben tener claro las prioridades.
–¿Qué deficiencias y qué potencialidades está encontrando en estos planes operativos?
–La primera deficiencia es del propio órgano rector. Hubo deficiencias de parte del Ceplan de brindar orientaciones para que las entienda todo el mundo. Se forzaba también a los municipios pequeños a ejecutar un trabajo enorme que no pueden. Debemos dar mejores y más simples orientaciones. Pedimos también a los ministerios que declaren más clara y simplemente la política sectorial. Así, un gobernador regional y su equipo podrán saber qué le dice la autoridad nacional sobre las políticas. Otra cosa es que como había la costumbre de ir de frente al presupuesto, lo único que se miraba era cuánta plata tengo del tesoro para ejecutar ahora. Lo que les decimos es piensa primero en tu plan operativo, en lo que necesitas para ejecutar ese plan y después compáralo con tu techo de presupuesto con el fin de que fijes prioridades.
(FIN) DOP
Publicado: 7/11/2016