Médicos neurocirujanos del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja lograron que una niña de 2 años con diagnóstico de paraplejia camine y se desarrolle de manera normal, gracias a técnicas modernas de neurocirugía endovascular (cirugía mínimamente invasiva) que se aplica para casos múltiples como lesiones vasculares en el cerebro y columna.
La pequeña Ceyli P.Ch. (2) era tratada en diversos hospitales hasta que llegó al INSN San Borja con debilidad motora en ambas extremidades inferiores por una lesión en la médula espinal. Esta parálisis le afectaba parte del tronco y las piernas, y le provocaba intensos dolores de espalda, cuello y cabeza.
Tras rigurosos exámenes médicos, los especialistas decidieron que la niña sea sometida a un tratamiento de neurocirugía endovascular (embolización espinal), no siendo necesario hacerle una cirugía para abrir la médula espinal.
Mediante un equipo de última generación llamado cineangiógrafo se introduce un catéter por la ingle hasta llegar a la zona afectada por los vasos sanguíneos y cerrar la lesión con sustancias embolizantes. La cirugía mínimamente invasiva duró poco más de dos horas.
La pequeña ha ido evolucionando favorablemente con las sesiones de terapia física especializada hasta recuperar el movimiento de sus piernas y hoy ya puede caminar.
El neurocirujano Frank Solís dijo que el caso de Ceyli es emblemático toda vez que no había esperanzas de que la niña recupere la movilidad de sus miembros inferiores, lo que consolida al INSN San Borja como el centro pediátrico especializado de referencia que resuelve patologías vasculares cerebrales y espinales en niños y adolescentes del país.
Cecilia Paasaca Vilca, madre de la menor, agradeció al equipo de neurocirujanos, enfermeras, tecnólogos y técnicos por lo que hicieron por su hija y catalogó este hecho como un verdadero milagro, ya que había perdido la esperanza de que su niña recupere el movimiento de sus piernas.
Esta moderna técnica que se usa en el INSN San Borja, liderado por el director general, Ricardo Zopfi Rubio, permite a los neurocirujanos tratar a los pacientes pediátricos de múltiples lesiones vasculares en el cerebro y columna como malformaciones arteriovenosas cerebrales, aneurismas cerebrales, tumores cerebrales, infartos cerebrales, fístulas arteriovenosas cerebrales, malformaciones espinales, entre otras lesiones vasculares cerebrales.