En estos tiempos difíciles que le toca vivir al mundo, Fe y Alegría del Perú agradeció el ejercicio de responsabilidad ciudadana del país, asumiendo con mística y disciplina las medidas que el Gobierno viene disponiendo para frenar el avance de la pandemia originada por el nuevo coronavirus (Covid-19).
Reconoció también a los enfermeros, médicos, policías y miembros de las diversas instituciones del Estado por su altruismo, empatía y servicio. Del mismo modo, expresó su solidaridad con las personas afectadas por esta enfermedad, en especial a los familiares de los fallecidos.
En otro momento,
Fe y Alegría informó que continúa con la educación mediante estrategias diferentes, según realidades y territorios. Así, algunas de las comunidades educativas vienen desarrollando maneras creativas para seguir educando, sensibilizando, reflexionando y actuando como ciudadanos y ciudadanas responsables.
Tal es el caso de la Red Rural Fe y Alegría 48 (Malingas, Piura), que ha organizado el proyecto #EnKsaTambiénAprendo, clases preparadas para que sean emitidas por dos emisoras radiales de Tambogrande. La red también viene realizando talleres virtuales de capacitación docente, brindando soporte socio emocional vía telefónica y recolectando víveres para estudiantes más necesitados.
Asimismo, un grupo de exalumnas de Fe y Alegría 62 (Chiriaco, Amazonas) viene apoyando en las tareas y actividades escolares de 17 niñas y niños de las comunidades nativas de Wachapea, Cenepa, Chiriaco y San Rafael. En una primera etapa, se atiende a familiares de las ex alumnas, sin salir de sus casas -cumpliendo el decreto de inmovilización- y en otros casos, telefónicamente.
Del mismo modo, el
Ministerio de Educación ha solicitado a
Fe y Alegría la contribución de algunos de sus docentes para desarrollar clases que aporten al programa de educación “Aprendo en casa”, que se lanzó a nivel nacional el 6 de abril.
Un año de aprendizajes
Para
Fe y Alegría del Perú, estos días no son tiempo perdido para la educación. Por el contrario, pueden ser ganados para el crecimiento de una mayor conciencia ciudadana en el país. El movimiento educativo indicó que en la incertidumbre de lo que nos pueda ocurrir ante un mal aún incontrolado, nos hemos descubierto vulnerables y necesitados unos de otros.
En este tiempo de emergencia nacional y global, le parece importante recordar que toda situación es una ocasión de formación y que se puede educar también en tiempos de adversidad: aprender nuevos estilos de vivir; aprender a ser más solidarios, a pensar y hacer algo concreto por las personas; aprender a respetar normas y acatar las medidas que evitan perjudicar a otras personas.
Señaló que esta crisis ofrece también la ocasión de ampliar el concepto de familia. La familia ahora ha crecido: es la escuela, el barrio, los vecinos, la ciudad, la región, nuestro Perú. Por último, reflexionó que se necesita de todos para vencer la pandemia. La humanidad es una sola, y solo sana con una fuerte inyección de cuidado mutuo.