El lavado de manos con agua y jabón es la forma más eficaz y segura de prevenir la contaminación por diversos microorganismos, entre ellos, los parásitos intestinales, que pueden causar serios problemas a la salud principalmente en niños y gestantes, indicó el Ministerio de Salud (Minsa).
"Para reducir el riesgo de infecciones por virus (como influenza), bacterias y parásitos, es necesario realizar con frecuencia el lavado doméstico de manos con abundante agua y jabón, porque en las manos pueden permanecer transitoriamente los huevos y quistes de los parásitos que no mueren con alcohol ni lejía", explica Manuel Espinoza Silva, médico infectólogo del Instituto Nacional de Salud (INS).
Esta acción preventiva debe realizarse con agua corriente o a chorro, anota el especialista, y añadió que el uso del alcohol en gel es una alternativa cuando no se tiene acceso al agua potable o cuando las manos no se ven aparentemente sucias.
Debemos tener en cuenta que la piel es una puerta de ingreso a los gérmenes, incluso nos vemos expuestos con hechos cotidianos como un beso en la mejilla o el uso de aparatos electrónicos.
"Se ha demostrado que, en promedio, un ser humano se toca la cara entre 15 a 23 veces cada hora, es decir, hace contacto con los ojos, los labios, la nariz o el mentón. Parásitos, virus y bacterias pueden pasar del rostro a los labios, las fosas nasales, los ojos, y de allí a otros sistemas como el digestivo", indica el experto.
Es así que el lavado de manos, por un lapso no menor de 20 segundos, previene más de una decena de enfermedades, ya que con esta práctica saludable se puede remover alrededor del 90% de microorganismos perjudiciales para la salud.
De esta forma la población tiene una mayor protección frente a la parasitosis (que puede provocar anemia), la influenza o gripe estacional, hepatitis A, tifoidea, diarrea, cólera, neumonía, infecciones en los ojos y a la piel.
Dato
Los momentos claves para el lavado de manos son después de ir al baño, antes y después de comer, cuando se manipulan los alimentos, después de realizar la limpieza del hogar, luego de cambiar los pañales del bebé, antes y después de atender a enfermos en casa.
Asimismo, cuando las manos estén visiblemente sucias y después de manipular animales y objetos personales como teléfonos celulares y teclados de computadoras.
Más en Andina:
(FIN) NDP/LIT
Publicado: 13/10/2018