Lima, nov. 05 (ANDINA).-Con el puño derecho en alto, desafiante, gritando arengas y flanqueado por un hombre y tres mujeres, se mostró hoy el sanguinario cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán Reinoso, durante el primer juicio oral en su contra, en el fuero civil.
Lima, nov. 05 (ANDINA).-Con el puño derecho en alto, desafiante, gritando arengas y flanqueado por un hombre y tres mujeres, se mostró hoy el sanguinario cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán Reinoso, durante el primer juicio oral en su contra, en el fuero civil.
Este proceso, a cargo del Colegiado "C" de la Sala Penal Antiterrorista, fue suspendido hasta el próximo viernes 12 a las 9:30 de la mañana debido a la desobediencia y desórdenes protagonizados por Guzmán y varios de los acusados.
Guzmán gritó sus consignas acompañado por los también cabecillas terroristas Elena Iparraguirre, Margie Clavo Peralta, Martha Huatay, Víctor Zavala Cataño y Angélica Salas de la Cruz.
En abierta desobediencia, ellos se pusieron de pie y dieron la espalda a los magistrados Dante Terrel Crispín, José De Vinatea Vara Cadillo y Carlos Manrique Suárez para mostrarse ante la prensa nacional y extranjera que seguía atentamente el juicio desde otra sala, separada por grandes vidrios.
Sonriente, mucho más delgado y visiblemente envejecido, Guzmán no sólo aprovechó el juicio para dar sus arengas, sino para conversar con sus secuaces e incluso para saludarse con efusividad y abrazarse fuertemente con la mayoría de ellos.
El desorden se inició luego que el presidente del tribunal dispusiera el retiro de los camarógrafos y reporteros gráficos, acogiéndose al Decreto Legislativo 922 que restringe el acceso de la prensa a los juicios por terrorismo.
Frente a esta decisión, los reporteros aprovecharon para captar tomas de Guzmán, quien se puso de pie, se volteó hacia ellos y levantó el puño, como lo hizo hace 12 años cuando fue mostrado por primera vez a la prensa luego de su captura.
Minutos después y pese a la llamada de atención del magistrado Terrel, el máximo cabecilla terrorista volvió a hacer lo mismo, pero gritando arengas y secundado por varios de los senderistas.
En esos momentos, la situación salió fuera de control, los periodistas pugnaban por las mejores vistas tras el vidrio, los gritos de los acusados se hacían más fuertes y no se escuchaba lo que decían los vocales. Entonces, se levantó la audiencia y los procesados fueron sacados de la sala.
La diligencia programada, para las 9:30 horas, fue accidentada desde su inicio. El retraso de 40 minutos por parte de todos los procesados fue la señal de aviso de lo que sucedería después.
Contrario a lo que se esperaba, el cabecilla senderista fue el último en ingresar a la sala, después de su compañera sentimental, Elena Iparraguirre. Llevaba lentes y vestía pantalón negro, casaca del mismo color y camisa crema a cuadros.
Lo primero que hizo antes de sentarse fue saludar con un fuerte y prolongado abrazo a Víctor Zavala Cataño, a quien no veía desde hace muchos años y quien se encuentra recluido en el penal Miguel Castro Castro.
Instalados ya todos los encausados, el presidente del tribunal inició la diligencia, llamando la atención por la demora y exhortando a la Marina a cumplir los horarios y las disposiciones judiciales.
Luego, preguntó a cada uno de los acusados si contaban con defensa legal. Oscar Ramírez Durand (a) "Camarada Feliciano" afirmó que no tener medios económicos para contratar un abogado, argumentando que no se le permite trabajar en la Base Naval.
Pidió al Colegio de Abogados de Lima un representante ad honorem o un abogado de oficio y señaló que no tuvo tiempo, ni los recursos para preparar su defensa.
Mientras tanto, Martha Huatay Ruiz solicitó ejercer su propia defensa en calidad de abogada, amparándose en la Convención Interamericana de Derechos Humanos.
Durante este primer juicio, 17 personas son juzgadas por haber utilizado la academia preuniversitaria "César Vallejo" como fachada para recolectar fondos y captar adeptos a su accionar subversivo.
Estuvieron presentes también los procesados y ex directivos de la academia Luis Alberto Manrique Lumba y Antonio Vargas Mas, así como los ex empleados de dicho centro Luis Alberto Aguirre Gómez, Oscar Mario Arias Salcedo, Manuel Gustavo Franco Soriano, Carlos de la Cruz Gonzales, Alfonso Joel Ascencio Borja y Jorge Luis Quispe Roque.
Estuvieron ausentes, los cabecillas Oscar Morote Barrionuevo y Juana Teresa Durand Araujo.
(FIN) CMA / RES - 05/11/04 16:23
JRA
Publicado: 5/11/2004