La Semana Santa es la festividad religiosa y cultural más importante del calendario cristiano, porque recuerda la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo. Y en el Perú reviste una singular demostración de fe y sincretismo religioso en la que se evidencia las tradiciones y costumbres que identifican a cada región.
A continuación, repasemos algunas de las celebraciones de Semana Santa más emblemáticas en las regiones del país.
Ayacucho
La
Semana Santa en Ayacucho ha ganado un sitial importante entre las celebraciones que se realizan en Perú e incluso en Latinoamérica. De origen español y realizada con variaciones desde la época virreinal, la Semana Santa constituye una versión que mezcla la tradición católica y andina en escenarios como la ciudad de Ayacucho, capital de la provincia de Huamanga, que ostenta 33 iglesias y con ello una de las feligresías más devotas del Perú.
Aunque oficialmente la
Semana Santa inicia el
Domingo de Ramos, en Ayacucho la celebración comienza el Jueves anterior con la víspera del denominado Viernes de Dolores. Ese día sale en procesión la Virgen Dolorosa y el Señor de la Agonía, desde la iglesia de la Magdalena, a las 7 de la noche. Por la noche hay quema de chamizo (retama seca) y ninatoros (adorno en forma de cabeza de toro manipulado por un varón que lanza fuegos artificiales a su paso).
En esta procesión participan hasta cuatro andas: la Virgen Dolorosa, el Señor de la Agonía, la Verónica y San Juan.
También se celebra el Sábado de Pasión. Ese día llegan desde la provincia selvática de La Mar gran cantidad de palmas de color amarillo y verde, las cuales son distribuidas gratuitamente en la prefectura o vendidas en el mercado local. En la noche, desde la Iglesia de Pampa San Agustín, sale la procesión del Señor de la Parra, llamado así debido a que el Señor lleva en la mano un racimo de uvas.
El
Domingo de Ramos la población se congrega en la Basílica Catedral de las siete de la mañana para la bendición de los ramos de flores y palmas que llevarán luego unos niños durante la procesión de Cristo sentado en un asno.
Por la tarde se escenifica la entrada triunfal de Jesús y sus apóstoles a Jerusalén. Desde el Monasterio de Santa Teresa sale una escultura del Señor de Ramos montado en un asno blanco, acompañado por doce fieles con vestuario judío.
Detrás avanza otro asno que carga canastas de frutas. Acompañan al Señor las principales autoridades de la ciudad portando palmas y estandartes, quienes recorren varias cuadras en línea recta y luego ingresan a la Plaza de Armas para dirigirse a la Catedral. Allí la escultura será desmontada e ingresada al templo. Durante su recorrido, los acompañantes entonan cánticos y vivas, batiendo las palmas.
El Lunes Santo sale una procesión encabezada por la imagen de Jesús del Huerto, desde el Templo de La Buena Muerte (entre los jirones Arequipa y Tres Máscaras), a las 7 u 8 de la noche. El anda es adornada con choclos, frutas, ramas de olivo y gran cantidad de cirios. La procesión simboliza la Oración de Jesús en el Huerto de los Olivos y está a cargo de estudiantes, docentes y personal administrativo de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga.
Al día siguiente, Martes Santo, se traslada por la mañana la imagen de El Nazareno desde el Convento de Santa Teresa hasta el templo de Santa Clara, donde será preparada para el Miércoles de Encuentro. En la noche, sale en procesión el Señor de la Sentencia, desde la Iglesia de la Amargura. Este día se conmemora la detención y sentencia de Cristo por parte de los judíos. La imagen tiene las manos atadas y con signos de haber sido torturado. En su recorrido, se detiene en catorce estaciones para rezar el Vía Crucis, entonando cánticos sacros en quechua y castellano. Por tradición, la procesión está a cargo del Poder Judicial de Ayacucho.
El Miércoles de Encuentro se venera la imagen de Jesús Nazareno, patrón de Huamanga. Miles de personas se congregan alrededor del anda y portan grandes cirios encendidos, que luego se apagan.
Transcurridos unos minutos se ilumina la escena con miles de cirios para el encuentro entre Jesús con las imágenes de la Virgen Dolorosa, San Juan, La Verónica y María Magdalena, que también salen en procesión. Esta es la procesión que suscita mayor emotividad en la población ayacuchana. La imagen del Cristo Nazareno y de la Virgen Dolorosa, por separado, salen del Templo del Convento de Santa Clara.
Por último, el desenlace y momento cumbre se desarrolla en la esquina de la Municipalidad con la antigua Escuela de Bellas Artes. La imagen de la Virgen Dolorosa encuentra a su hijo y se inclina tres veces, antes de su camino al calvario. Durante unos minutos, los sacerdotes que acompañan la procesión ofrecen incienso a nombre del pueblo, con cánticos que entonan los feligreses. Luego, las andas abandonan lentamente la Plaza de Armas y retornan al Templo de Santa Clara.
En el
Jueves Santo, el clero renueva sus promesas ante los obispos y los fieles ayacuchanos visitan los monumentos eucarísticos que son preparados en todos los templos católicos de la ciudad. Entre las cinco y seis de la mañana se celebran misas, se arreglan iglesias y hay procesión interna del Santísimo en los templos. Los devotos hacen hervir en un brasero la cazoleta con un conjunto de hierbas aromáticas, luego se consagran los santos óleos. Este día el Obispo de Huamanga hace el lavado de pies a doce personas, conmemorando lo que hizo Cristo con sus apóstoles.
La población y los visitantes acuden a los templos que están adornados con panes, uvas, espigas y corderos de imaginería. Es un día sin procesiones, que son reemplazadas por el recorrido de iglesias.
El
Viernes Santo se realiza, al atardecer, la masiva procesión del Santo Sepulcro, que parte de la Iglesia de Santo Domingo. Un gran féretro de cristal con la imagen de Cristo, sobre un lecho de rosas blancas, recorre las calles, seguido de la Virgen Dolorosa y miles de mujeres ayacuchanas vestidas de riguroso luto. Al salir del templo, los fieles cantan la tradicional canción en quechua “Apuyaya Jesucristo”, que es interpretada posteriormente por la Tuna de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga a su llegada a La Higuera, en el Portal Municipal de la Plaza de Armas. Es, junto al Miércoles del Encuentro y el Domingo de Resurrección, uno de los principales momentos de toda la Semana Santa.
El
Sábado de Gloria se inicia con festejos populares, ferias de peleas de gallos y otras actividades recreativas en el cerro Acuchimay, fogatas de chamizo y salen a las calles los morochucos. En la zona oeste del parque se realiza el Pascua Toro. Se trata de toros que van a ser regalados al asilo de ancianos o a la cárcel de la ciudad, los cuales son paseados por las calles del centro de la urbe antes de ser entregados. El paseo taurino crea un gran alboroto entre la multitud que se ha congregado en la Plaza de Armas y las calles aledañas. Paralelamente, un fastuoso paseo de chalanes por la ciudad rememora los viejos tiempos y recuerda a los hacendados ayacuchanos del pasado.
El Pascua Toro desapareció de la Semana Santa en la década de 1960, cuando el Concilio Vaticano II trasladó la celebración litúrgica de la Resurrección –que la Iglesia exterioriza con la ceremonia de la Vigilia Pascual– de la mañana del Sábado de Gloria a la noche del mismo día. Por ello, el tradicional paseo de toros –con el que el pueblo anunciaba la resurrección– quedó desubicado y poco a poco perdió en importancia, hasta desaparecer del todo.
Se tuvo que esperar hasta la década de 1990 para que esta tradición sea restituida con el nombre de “Jala toro”, a semejanza de la suelta de vacunos de la fiesta de San Fermín, en Pamplona (España), como simple atractivo turístico dirigido especialmente para los jóvenes. Actualmente, el Obispado de Ayacucho seguía demandando su traslado al
Domingo de Pascua de Resurrección, por no guardar relación con el precepto de duelo general que la Iglesia exige para el Sábado de Gloria.
A las primeras horas del alba del Domingo de Pascua o de Resurrección sale la procesión, con la imagen del Señor Resucitado, desde la catedral. Su anda, cubierta por cenefas de cera, recorre la Plaza de Armas y es transportada por cientos de cargadores pertenecientes a todos los sectores sociales de la localidad, mientras suenan las campanas de los templos, truenan los cohetes y suena la música de las bandas.
Antes de que culmine la procesión, los nuevos mayordomos reciben simbólicamente las insignias del cargo y reafirman su compromiso mediante el Waytakuy, que en castellano significa “Echar la flor” y ocurre cuando los mayordomos salientes y entrantes bailan frente al atrio de la Catedral una vez culminada la procesión. En este instante son rociados con flores y comprometidos públicamente para organizar la fiesta del año siguiente. Culminada la procesión, todos participan del agasajo popular que ofrecen los mayordomos salientes. En la tarde se realiza la carrera de caballos conducido por los aguerridos morochucos.
La festividad popular continúa el miércoles siguiente con el desarme del anda o Trono Pascay y con la despedida pública de los mayordomos salientes.
El siguiente domingo, llamado Octava de Pascua, se celebra la Misa de Cuasimodo y se ofrece una comida masiva de agradecimiento a los organizadores y colaboradores de las festividades.
Cajamarca
La
Semana Santa tiene una serie de manifestaciones religiosas, artísticas y culturales que sorprenden y maravillan a los cientos de visitantes que aprovechan el feriado largo para llegar a Cajamarca, conocida también como “La Ciudad del Cumbe”.
La mayor atracción durante esta festividad es la Fiesta de las Cruces de Porcón, que se realiza el Domingo de Ramos. En este ceremonial religioso, la imagen del Señor de Ramos es colocada sobre un asno, el cual se encarga de pasearla por todo el pueblo. Dicha fiesta es una celebración sumamente grande y participa toda la comunidad de Porcón y la población cajamarquina en general.
En esta celebración, los mayordomos adornan las cruces con espejos, cuadros, flores y demás adornos que representan el alma de los devotos. Cada cruz llega a medir un poco más de dos metros de altura y llegan a pesar entre 70 y 80 kilos.
En el Barrio Lucmacucho, en la parte alta de la ciudad, se escenifican las doce estaciones del Vía Crucis y el recorrido es aproximadamente de dos kilómetros.
Otras provincias cajamarquinas donde también se celebra la Semana Santa de manera especial y gran participación de fieles son Bambamarca, Chota y Contumazá.
Chachapoyas
La
Semana Santa en Chachapoyas, capital de la región Amazonas, muestra la devoción religiosa expresada en la veneración de antiquísimas imágenes, pero lo más resaltante y peculiar de esta semana son las tradicionales “composturas” y “velaciones”, que se realizan en los templos desde el
Viernes de Dolores (es el viernes anterior al Domingo de Ramos) hasta el
Sábado de Gloria, donde salen a relucir las composiciones artísticas o alegorías de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, realizadas por personas llamadas “Compostores”, quienes son contratados por los mayordomos de esta celebración.
Las escenas alegóricas de la “composturas” son los siete dolores de la Virgen María (Viernes de Dolores); la oración en el huerto, la detención de Jesús y el beso de Judas (Lunes Santo); Jesús en el juicio frente a Pilatos y la flagelación (Martes Santo); escenas del Vía Crucis (Miércoles Santo); el monumento al Santísimo Sacramento (Jueves Santo); la crucifixión, la piedad o el entierro de Jesús (Viernes Santo); y la resurrección de Jesús (Sábado de Gloria).
Las procesiones también tienen un papel sumamente importante. Los recorridos procesionales están representados por la salida triunfal de Jesús Nazareno y del Señor del Huerto.
El Martes Santo sale el Señor de la Caña o Señor de la Humildad, desde el templo de Nuestra Señora de Belén. El Miércoles Santo ocurre el encuentro del Señor de las Siete Caídas y la Virgen de los Dolores, mientras que el Jueves Santo tiene lugar la adoración del Santísimo Sacramento en todas las iglesias de la ciudad; y el Viernes de Santo
Entierro en la Basílica Catedral.
El Sábado de Gloria, después de la Vigilia Pascual, se produce el encuentro del Cristo Resucitado y la Virgen de Belén. Esta es la máxima celebración y por ello el cielo se ilumina con los fuegos artificiales que celebran la victoria de Cristo sobre la muerte. La Semana Santa finaliza con el Domingo de Pascua de Resurrección, con una masiva misa en la Basílica Catedral y todas las iglesias de la ciudad y la región.
Cusco
La celebración de la
Semana Santa en Cusco se inicia con el Domingo de Ramos, donde los fieles asisten a las diferentes parroquias de la ciudad portando hojas de palma y cruces tejidas de la misma planta, las que se hacen bendecir en las celebraciones eucarísticas de los distintos templos de la ciudad para después llevarlas a las casas y colocarlas tras las puertas, como un símbolo de protección para el hogar.
El Lunes Santo tiene lugar a uno de los momentos más conmovedores de la celebración. Con una procesión se consagra a la imagen del Señor de los Temblores, que se instauró después del devastador terremoto del 31 de marzo de 1650 que destruyó la Ciudad Imperial, razón por la cual esta imagen fue consagrada como “Patrón Jurado” de la ciudad.
La
Semana Santa continúa el Jueves Santo. En la Basílica Catedral, el arzobispo lava los pies de doce personas, que representan a los apóstoles, mientras las familias se reúnen para disfrutar de los “doce platos” que recuerdan la “última cena” de Cristo y sus apóstoles.
En la Plaza San Francisco y el Mercado Central se pueden adquirir dulces como los maicillos, bizcochuelos, suspiros, empanadas y otras delicias de la repostería tradicional cusqueña. Por la noche las familias recorren las calles y las plazas del Centro Histórico en la ruta de los Siete Templos que recuerdan las caídas de Jesús en su camino al calvario.
El Viernes Santo son conocidas “las flagelaciones de ayuda al Señor” como penitencia y sacrificio para obtener el perdón por los pecados cometidos. Desde el templo de San Francisco sale en procesión la cruz y termina al amanecer en Sacsayhuaman, a los pies del Cristo Blanco. Es el día de mayor recogimiento, donde miles de fieles conservan el ayuno y no consumen carne. En los templos en donde se llevan a cabo tiene lugar el Sermón de las Tres Horas y las Siete Palabras.
En los mercados y algunas plazas se lleva a cabo el Hanpi Rantikuy, feria popular a la que acuden muchos campesinos trayendo desde sus comunidades plantas medicinales, convirtiéndose en el escenario del conocimiento ancestral para el tratamiento natural de enfermedades.
Finalmente, durante la tarde y la noche, desde los diferentes templos de la ciudad salen las procesiones del Santo Sepulcro acompañados de la Virgen Dolorosa, en las cuales confraternidades y cuadrillas de fieles recorren los linderos de sus barrios convocando a los vecinos y llenando las calles de una atmósfera ritual particular.
La
Semana Santa culmina con el Sábado de Gloria, cuando las diferentes parroquias celebran “La ceremonia de la Luz” y la vigilia pascual, que son el preludio al Domingo de Resurrección en la que se celebra la victoria de Cristo sobre la muerte.
Loreto
La
Semana Santa en esta región y, sobre todo en su capital la ciudad de Iquitos, se celebra con actividades litúrgicas donde se rememora con sobrecogimiento la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Desde el Viernes de Dolores se realizan confesionarios y misas en todas las iglesias, así como se lleva a cabo la Misa Crismal (Miércoles Santo) y el Vía Crucis (Jueves Santo) que recorre las principales calles de la ciudad.
En estos días, la población degusta platos típicos a base de pescados y ensalada de chonta.
Tarma
En esta provincia de Junín, conocida como “La Perla de los Andes”, la
Semana Santa se celebra como una de las más vistosas y pintorescas de la religiosidad andina. Esta festividad se inicia el domingo de ramos con la bendición de los ramos de palma de olivo y la posterior salida de la procesión de Jesús montado sobre un asno.
El Lunes y Martes Santo se recuerda a los enfermos. Ellos reciben el sacramento de la unción de los enfermos. El Miércoles Santo se realiza la Misa Crismal, que se celebra con todos los sacerdotes de la Diócesis de Tarma, donde se bendice los santos óleos. En esta ocasión, los sacerdotes hacen la Renovación de las Promesas Sacerdotales.
El Jueves Santo se desarrolla la procesión de Cristo Crucificado y de la Virgen Dolorosa, que transitan por calles adornadas por hermosas alfombras y arcos de flores. El Viernes Santo se conmemora la Pasión del Señor y sale en procesión el Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa. En las iglesias se realiza la misa con la reflexión sobre "Las Siete Palabras".
El Sábado Santo tiene lugar la vigilia pascual y el Domingo de Pascua de Resurrección se celebra con gozo y alegría el triunfo de Cristo sobre la muerte. Después de la misa madrugadora se inicia la procesión del Señor Resucitado por las calles de la ciudad adornadas con alfombras de flores oriundas como arrayanes, geranios, alhelíes y otras especialmente escogidas para la ocasión.
(FIN) LZD/MAO