El Perú tiene dos grandes desafíos productivos en el país: la diversificación y la inclusión productiva, señaló hoy el ex ministro de la Producción, Piero Ghezzi, durante su presentación en CADE Ejecutivos 2021.
En el país, existen empresas modernas, altamente productivas y competitivas, utilizando las técnicas de la economía del conocimiento, que conviven con micro y pequeñas empresas (mypes) informales, que generan empleos precarios, con productos de baja calidad, etc., indicó.
En la medida que el segundo grupo es mayor, el país tiene un grupo grande de mypes, por lo que la economía peruana en su conjunto está caracterizada por mucho empleo informal y un nivel de productividad relativamente medio bajo y estancado, problema que se acentuó con la pandemia, comentó.
En ese contexto, se tienen dos grandes retos productivos en el Perú, siendo uno la diversificación productiva que es articular la mayor cantidad posible de cadenas de valor en distintos sectores y tratar de utilizarlo para sofisticar el ecosistema de innovación alrededor de estas cadenas productivas, manifestó.
El segundo reto es insertar a la mayor cantidad posible de pequeños productores en cadenas de valor domésticas, formales y modernas, lo que sería un reto de inclusión productiva, indicó el también, experto internacional en desarrollo económico e informalidad.
Esto requiere de un trabajo conjunto público y privado para lograrlo porque el Estado no tiene las capacidades para hacerlo por su cuenta y porque el sector privado no resuelve por sí solo muchos de estos problemas, explicó.
Un ejemplo de lo que se puede hacer y lo que aún no se ha efectuado es la agricultura, pues se tiene una agroexportación que es un caso de éxito a nivel regional y mundial, pues se pasó de exportar 400 millones a 7,000 millones de dólares en pocos años, y en 20 años se pasó de ser nada a ser el primer exportador de arándanos del mundo, duplicando la producción de Chile en siete años, destacó.
Esto fue resultado de buenas políticas públicas, pero lo que fue suficiente para Danper, por ejemplo, no lo fue para los pequeños productores, por lo que hay 2.3 millones de pequeños productores en la agricultura tradicional con niveles bajos de productividad y, de alguna manera, excluidos del boom agroexportador, refirió.
Entonces no fue suficiente lo que se efectuó para integrar a estos pequeños productores, sostuvo. “Se puede hacer un trabajo conjunto público y privado”, agregó.
En los últimos años se encontró que un pequeño productor con una hectárea en Ayacucho puede tener en paltas casi la misma productividad que tiene Agrokasa, de 18 a 20 toneladas, por ejemplo, comentó.
“Con un nivel muy alto y con 15 toneladas se le cambia la vida porque el ingreso es de unos 60,000 soles anuales para un pequeño productor en la sierra. Entonces, con una hectárea se puede lograr mucho en la sierra del Perú en lo referente a paltas”, mencionó.
A continuación, indicó que observan generalizar este modelo, siendo necesario entender que también hay problemas, como los requisitos ambientales, de manejo de agua, entre otros, así como la asistencia técnica, entre otros.
“Hay trabajo por hacer”, dijo.
Consideró que el Estado debe incentivar este modelo, pues estas empresas tienen valor compartido y necesitan negocio, para lo cual debe haber algún incentivo público que permita lograrlo.
En otro momento, el ex ministro de la Producción señaló que hay cadenas agroexportadoras en la trucha y otros productos con muchas posibilidades.
En el sector forestal se tiene el nivel de productividad más alto del mundo, pues se puede lograr 40 metros cúbicos de crecimiento por año por hectárea, no existiendo ningún país que tenga mayor productividad que la peruana, destacó.
Pero se requiere de un modelo de incentivos al rubro forestal porque se está en el lado incorrecto de la cordillera y si se quiere trasladar madera a los puertos para exportación es demasiado costoso y se tiene que industrializar localmente, puntualizó.
Más en Andina:
(FIN) MMG/JJN
JRA
Publicado: 17/11/2021