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Alexandra Grande: Su pelea empezó desde el vientre materno

Conoce la historia de nuestra bicampeona Panamericana

ANDINA/ Lima 2019

ANDINA/ Lima 2019

10:55 | Lima, ago. 19.

Por Luis Iparraguirre

Hace 29 años, la entonces karateca Mercedes Risco disputaba la final de un campeonato nacional. Durante la pelea, sus compañeros de equipo se dieron cuenta de que se defendía con la guardia baja, que se protegía el vientre con una técnica de defensa un tanto inusual.

Quizá fue por error o porque quería que la pelea se acabase de una buena vez. Lo cierto es que noqueó involuntariamente a su contrincante y perdió la medalla de oro. Fue una pelea atípica la de Mercedes a quien, luego de unos días, le confirmaron que tenía tres semanas de embarazo.

El más alto honor



Ocho meses después, el 5 de febrero de 1990, nacería Alexandra Grande Risco, campeona de karate de los Juegos Panamericanos Toronto 2015 y Lima 2019; campeona mundial en Breslavia 2017; poseedora de los Laureles Deportivos en el Grado de Gran Cruz, el más alto honor que recibe un deportista de manos del Estado peruano. Alexandra es una de las principales cartas de nuestro país.

La número 5 del ranking de la Federación Mundial de Karate se convirtió en bicampeona de los Juegos Panamericanos al vencer por 6-1 a la venezolana Claudymar Garcés en la final de la categoría hasta 61 kilos, en la modalidad de kumite, que se disputó en el Polideportivo de Villa El Salvador.

La karateca que sonríe


Desde la tribuna de prensa se pudo apreciar el carácter alegre y jovial de la campeona panamericana. Mientras los demás deportistas mostraban el rictus de la concentración o un rostro adusto, ella sonreía. Cuando la mayoría descargaba un grito al culminar un golpe, ella saltaba jugando con una pelota. No es que muestre desinterés, sino todo lo contrario: libera su verdadera personalidad, incluso cuando pelea.

“Desde que la conocí, mantiene el mismo espíritu. Su único secreto es entrenar con alegría, competir con pundonor. El deporte, en muchos casos, es mezquino y ya tenemos una historia desde hace 21 años. El ejemplo y los consejos que le doy, ella los toma sin discutir. Es como una hija para mí”, afirma el técnico Roberto Reyna, quien acompaña a la campeona en todas sus competencias.

Reyna es el entrenador personal de Alexandra y le da consejos deportivos desde que ella cumplió 8 años. Mantenerlo como preparador no fue fácil. La campeona luchó para que el técnico la acompañase en sus peleas.

“Desde que sé que mi deporte será olímpico, mi mente vuela más allá. Siento que voy a clasificar. Estoy segura de que será duro lograr el cupo. Obtener una medalla olímpica es un anhelo. Pienso seguir viajando para sumar los puntos necesarios que me permitan estar en esa cita. Esto no acabará acá, recién comienza. Soy bicampeona panamericana, campeona mundial y solo me falta una medalla olímpica”, dice la karateca.

Cábala y agradecimiento


Alexandra Grande

Alexandra Grande es una deportista atípica en el circuito nacional. Elogia a su senséi en sus cuentas personales, juega con los más jóvenes de la selección y, por cábala, no da declaraciones antes de una competencia tan importante como los panamericanos.

Sobre todo, es una persona agradecida. No solo con su país o con su entrenador, sino también con la vida. Y con su madre, que guiada por un impulso protector mantuvo la guardia baja en aquel combate en el que noqueó a su rival, sacrificando un título nacional, solo para proteger, sin saberlo, a esa gran campeona que ya llevaba en el vientre.

Alexandra Grande

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Publicado: 19/8/2019