Ante el incremento de los precios de los alimentos en el mundo debido a diversos factores coyunturales, es importante que los estados protejan a los hogares más vulnerables para evitar que estas fluctuaciones los afecte, afirmó el director del Departamento de Finanzas Públicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) Vítor Gaspar.
“Debemos tomar en cuenta la enorme incidencia que tienen los alimentos sobre el gasto en los hogares y sobre todo en los países más vulnerables. Debemos proteger los hogares más propensos a estas fluctuaciones y la mejor manera de hacerlo es con programas de apoyo a los ingresos y, si es posible, reforzando las redes de seguridad social”, comentó durante su participación en la Conferencia Internacional por el Centenario del Banco Central de Reserva del Perú (BCR).
Asimismo, el funcionario se refirió al incremento de los precios de la energía, que también incide en la calidad de vida de las personas.
“Se puede aplicar un argumento similar al de los alimentos, desde un punto de vista humano, puede ser menos dramático, pero es importante contar con una seguridad energética y considerar las oportunidades que se plantean con relación a la transición hacia energías más verdes, tomando en cuenta factores como el cambio climático, que son una prioridad a mediano y largo plazo”, aseveró.
Reto
Gaspar sostuvo que la coyuntura por la que atraviesa el mundo es un reto para los marcos conceptuales vigentes y que los objetivos y control de la inflación se encuentran en el centro de la atención de todas las regiones del mundo.
“Los efectos producidos como consecuencia de la expansión del covid-19 son muy diferentes, por ejemplo, a lo producido en la década de 1920 con la gran depresión o con la crisis financiera global del 2008, tomando en cuenta que muchos analistas utilizan estos panoramas para comparar”, refirió.
Agregó que la pandemia, en realidad, tuvo un efecto mucho más repentino, pero solamente duró dos meses (marzo y abril) cuando hubo confinamiento general.
“Luego, observamos una recuperación vertiginosa. A fines del año pasado, vimos como la producción industrial en Estados Unidos y en Europa había repuntado y se había recuperado a niveles anteriores a la pandemia”, aseveró.
Aseveró que en el 2020, en respuesta a la pandemia del covid-19, la política fiscal asumió un papel crucial en la estabilización macroeconómica.
“A medida que los precios y la demanda se desplomaron y los bancos centrales de muchas economías avanzadas se vieron paralizados por tasas de interés que no podían bajar más, la política fiscal adquirió una nueva importancia, extendiendo las líneas de vida a los hogares y empresas vulnerables y limitando el impacto de los cierres de empresas en la actividad económica y el empleo. Las acciones fiscales se implementaron con decisión y rapidez”, expresó.
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JRA