Andina

Música tradicional cubana se escuchará en Lima

Familia Valencia Miranda asegura que peruanos son el público que más conoce de música tradicional de la Isla.

Fotografía del conjunto de música tradicional cubana.

Fotografía del conjunto de música tradicional cubana.

18:57 | Lima, feb. 28.

José Vadillo Vila
“¿Qué nos vamo’ a comer?” “¡Sarandonga! ¡Candela!” así va guapeando y soltando los acordes la familia Valera Miranda que dicta cátedra del son tradicional de Cuba desde hace 37 años por Europa y toda América.  

Con ese conocimiento sabroso, Ernesto Valera, hijo del desaparecido fundador del conjunto santiaguero, don Félix Valera, asegura que “el peruano es uno de los públicos de América Latina que tiene un enorme conocimiento de la música cubana. Están muy metidos en la música tradicional y apreciaron todo el repertorio. De hecho, en nuestra primera visita, en el 2017, cambiamos la dinámica de nuestro ‘guión’, de nuestro repertorio, porque el público peruano exigía de los clásicos de la música tradicional cubana”. 

30 motivos para gozar
Entonces ahora vienen preparados: para la segunda visita del famoso conjunto tradicional cubano a Lima, han preparado un repertorio de 30 canciones. 

“Traemos un repertorio clásico muy bien preparado. Escogimos muchos temas que la vez pasada nos pidieron y no pudimos presentarles porque el cantante era de reciente integración. Pero eso ya lo resolvimos y los temas que traemos van a ser complacer a los que querían escuchar los clásicos del son cubano, música de Los Compadres, por ejemplo, que fueron éxitos, y le vamos pegar con los compadres”, dice el director musical y encargado de los cueros del bongo.

La primera vez que vino el conjunto fue en octubre de 2017. Su presentación en la Derrama Magsterial de Jesús María fue un suceso muy comentado entre los amantes de la música tradicional de la Isla. 

Mañana, 1 de marzo, el conjunto se presentará en el Centro de Convenciones Maracaná (Jr. Huáscar 1654, Jesús María). 
 
Pioneros de la tradición 
La Familia Valera Miranda grabó en 1982 el primero de sus doce álbumes, con el sonido tradicional del son cubano, y fue la precuela del éxito que luego lograría el Buena Vista Social Club (BVSC), con las viejas y elegantes voces de Cuba, un documental de 1999 que produjo el guitarrista Ry Cooder y que lanzaría al estrellato a estos cantantes recuperados en la sapiencia de la tercera edad (Omara Portuondo es una de sus grandes figuras que sigue en sosegada actividad).    

“Buena Vista Social Club fue un proyecto musical que se disparó sobre la base del boom de la música tradicional que ya existía –recuerda Valera hijo–. No fue algo novedoso sino que tuvo un apoyo mediático, de propaganda y de promoción que les permitió, sobre la base de lo que ya existía, colocarse y llegar a un nivel muy alto”. 

La base del éxito fue el boom de los conjuntos santiagueros que ya venía elaborando la familia Valera Miranda y el desaparecido Compay Segundo, entre otros proyectos. 

Valera avala sus palabras en el hecho que ya estos conjuntos de música santiaguera o tradicional, tenían mucha aceptación, fuerza y vigencia en toda Europa, antes que el gringo Cooder olfatee y lleve a la estratósfera de la popularidad el proyecto BVSC. 

¿Y qué pasa hoy con la tradición? 
Entonces la pregunta cae como la manzana de la ley de Newton, ¿y hoy los jóvenes cubanos siguen mirando a la tradición, a la música santiaguera? 
 
“No le voy a mentir, a nivel de los jóvenes, la música tradicional no es una música que hoy tenga la pegada como la tienen elementos foráneos como el regguetón, el rap, el hip hop… Nosotros nos mantenemos luchando nuestros espacios para que nuestra música no desaparezca. Porque no tenemos un apoyo fuerte, pero nosotros seguimos cultivando la identidad de nuestra nación”, dice Valera con la convicción de alguien que bebió directamente de la tradición. 

Sin embargo, cuenta que algunos jóvenes van comprendiendo que no es una música del pasado, sino su identidad, y se suman a la movida. 

Otro aspecto que resto es que Cuba tenía dos eventos musicales importantes: el famoso festival del Son, que se desarrolla siempre en setiembre y el Festival de la Trova (de trova tradicional santiaguera, la que sigue la tradición creada por Pepe Sánchez a fines del XIX), en la quincena de marzo. Pero el primero, debido a cuestiones económicas, se ha dejado de realizar, lo que ha tenido un impacto significativo en la promoción de esta música. 

Para el músico, así como se habla y cuida el ron y el tabaco, como parte de la identidad cubana, la política cultural de su país debería de salvaguardar más a los proyectos musicales para así conservar la raíz, a la cultura, que no se pierda. 

La pérdida de don Félix 
A fines del año pasado, falleció don Felix Valera, luego de pilotear el timón del conjunto por 36 años. “Él fue un catalizador para afianzarnos más a la idea de conservar nuestra música. Mi padre fue el eslabón directo entre mis ancestros y nosotros. Porque es una herencia musical y ahora mi hijo de 11 años de edad está interesado en seguir los pasos. A mí me paso que comencé a 7 años de edad a hacer música, luego estudié medicina y me alejé de la música, pero al final pude seguir haciendo la música y dejé la medicina. A lo mejor eso le pasará a mi hijo”.

Félix Valera dejó un gran vacío porque fue el compositor principal de los 12 discos que tiene el conjunto. Ahora, el hijo mayor, Félix Enrique, está componiendo unos temas, y el guitarrista José Luis Lozada también está empezando siempre siguiendo la línea creativa dejada por el patriarca del conjunto, que es su identidad sonora. 

El piano de los pobres
“Salomé no está llorando los martirios de tu pena”, cantan en una canción antigua la familia Valera Miranda, y ahí está fraseando “el cuatro”, que es una variante del tres cubano,  instrumento del “monte”, de la tradición, el también llamado “piano de los pobres”. 

La familia Valera utiliza el cuatro para su formato tradicional, ¿por qué?  “El cuatro son cuerdas dobles, que nos da más recursos armónicos y melódicos. Nos ofrece un sonido de más peso”. Cuenta con orgullo que son uno de los pocos conjuntos tradicionales santiagueros que utiliza este instrumento como voz líder dentro del combo. 

El conjunto utiliza un “formato típico de septeto sin trompeta”: se toca el cuatro, la guitarra, el bajo, el bongo, la tumbadora, la clave y las maracas. 

Hoy en día, el conjunto Valera Miranda pasa más tiempo en Cuba. Porque aunque tienen muchas peticiones para tocar en el exterior, la crisis económica repercute y mañana en Lima es una de las pocas ocasiones que podremos beber de su tradición directamente. ¡Música con fuego! (JVV)

Publicado: 28/2/2019