Por Cecilia FernándezAunque el grueso del público lo identifique como animador y actor, lo cierto es que Adolfo Aguilar ha logrado encontrar en la dirección cinematográfica su oasis profesional. Así, lo vemos dirigiendo exitosas cintas para su propia productora, Big Band Films, la última es La peor de mis bodas 2, que en sus primeras semanas ha llevado al cine a más de 200,000 espectadores.
–El cine peruano ha tomado impulso con producción constante, ¿en qué momento decidiste ser parte de esta ola como director?
–Considero que el momento fue cuando mi socio, Sandro Ventura, me propuso dirigir una película. Pensé que ya estaba listo y lo único que quería era dirigir a Maricarmen Marín, ya que genuinamente creo que es una excelente actriz. Poco a poco, me di cuenta de que la dirección es lo que más me gusta hacer en la vida.
–Como en todo inicio siempre hay obstáculos, ¿cuál te hizo, en algún momento quizá, revaluar tu decisión?
–Sentir que no estaba listo, que no era el momento, que no tenía la capacidad, que era muy difícil... Y es que hay que tomar demasiadas decisiones en esa posición. Todo pasa por tu filtro, es muy complicado. Lo bueno es que me rodeé de gente muy inteligente, que sabe más de cine que yo, con la cual no solo pude desarrollar películas, sino que también me permitieron un aprendizaje maravilloso.
–Hoy tienes una doble mirada del trabajo, desde el lado de actor y como director en esta cinta, ¿qué aspectos positivos encuentras?
–Creo que ser actor te ayuda a dirigir mejor a los actores. Con esto no digo que los directores que no sean actores no puedan dirigir; lo hacen muy bien, pero probablemente es mucho más fácil siendo actor, ya que te da una capacidad de expresión superbuena.
–Hoy existen plataformas como Netflix, por ejemplo, para mostrar el trabajo y las historias.
–Creo que las plataformas digitales son el futuro del sistema audiovisual mundial. Pero también soy un convencido de que el cine tiene su propio y particular encanto que no debe desaparecer. Pero para llegar a más gente en este mundo globalizado, los streamings son un punto muy favorable.
–La inversión en cine es considerable, siempre hay la posibilidad de perder, ¿cómo se enfrenta ese riesgo en esta industria?
–La posibilidad de perder existe en cualquier ámbito, en cualquier forma, en cualquier punto de nuestras vidas. Si vas a vivir ese temor, mejor no te arriesgues y no hagas nada. Arriesgarse es positivo, en todos los sentidos. Al final, así pierdas, lo aprendido ya es ganancia.
–¿Cuándo se dan cuenta de que tenían que generar su propia fuente de trabajo?
–Fue algo de lo que nos dimos cuenta desde el inicio en Big Bang Films. El negocio está en tener un punto de equilibrio bajo, es decir, no hacer una producción millonaria.
–El financiamiento es un punto vital.
–Por eso es tan importante llegar a la empresa privada que apoye y crea en el cine. Creo que es una plataforma en la cual todos se lucen, todo está cuidado y controlado. Antes se invertían grandes cantidades de dinero, pero ahora todo se va ajustando de acuerdo con la realidad de cada mercado.
–Acaban de lanzar una nueva cinta y están ya rodando otra, ¿cuál es la expectativa?
–Mi única gran expectativa cada vez que lanzamos una película es que a la gente le guste. Nada más.
–Trabajar con Maricarmen Marín se ha hecho una constante para ti, ¿siempre vas a tenerla en tus cintas?
–Trabajar con ella es grato para mí en todos los sentidos. Es extremadamente profesional, talentosa, bonita y trabajadora. En cada película que haga siempre quisiera trabajar con ella. Me gustaría que esté presente de alguna manera. Siempre estoy evaluando, viendo formas y posibilidades de tenerla en mis cintas. La amo.
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(FIN) CFS/CFS
Publicado: 21/1/2019