Mientras está conectada a una máquina que cumple las funciones que su riñón dejó de realizar cinco meses atrás, Alessandra cuenta con ilusión los días que faltan para celebrar sus primeros 15 años de vida, y con una tierna sonrisa menciona que su deseo es vestir de princesa la primera semana de noviembre.
Ella es parte del programa de Hemodiálisis del servicio de Nefrología del Instituto Nacional de Salud del Niño, ubicado en Breña, área donde acude puntualmente tres veces por semana. Ingresó a esta unidad durante la segunda ola por Covid-19, tras ser diagnosticada de enfermedad renal crónica, hoy su mayor sueño es recuperar su salud, afectada por el lupus eritematoso sistémico.
“Sus riñones ya no funcionaban debido al lupus, enfermedad autoinmune, que afecta muchos órganos y tiene especial predilección por el riñón y en su caso la afectación fue muy severa”, detalló la dra. Gisela Pimentel, jefa del servicio de Nefrología.
Gracias a los cuidados del personal médico, enfermeras especialistas y técnicas asistenciales, ahora Alessandra se encuentra con una salud estable y puede continuar asistiendo a sus clases virtuales, siendo la primera alumna en el curso de matemática.
Milagros, madre de la adolescente, está agradecida por la buena atención y sobre todo por el cariño que le demuestran a su hija. “En plena pandemia los doctores y licenciadas no dejaron de trabajar, para ellos no hay feriados, estoy muy agradecida”, expresó la progenitora.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria y debido al tipo de pacientes que recibe, esta área no dejó de atender a los niños y adolescentes que forman parte de los programas de Hemodiálisis y Diálisis Peritoneal, que agrupan a 40 y 25 menores, respectivamente.
Diferencia entre hemodiálisis y diálisis peritoneal
Según indica la especialista, “en ambos casos se trata de eliminar el exceso de toxinas y líquidos, pero la membrana que se usa es diferente”.
Hemodiálisis, permite circular la sangre a través de un filtro fuera del organismo (con ayuda de una máquina de hemodiálisis), que es bañado por un líquido especial y así se logra desintoxicar al paciente. Su tratamiento es tres veces por semana, tres horas por sesión, en promedio.
En el caso de la diálisis peritoneal, se coloca un catéter en la cavidad abdominal y el líquido en este caso se le infunde en dicha cavidad y el intercambio se realiza a través de la membrana peritoneal del abdomen y luego se drena. “En este caso es un procedimiento que el padre o tutor aprende a realizar y sólo vienen una vez al mes para su evaluación”, acotó la especialista.
Por su parte, la Lic. Consuelo de la Cruz García, enfermera especialista en nefrología y pediatría de la Unidad de Hemodiálisis, detalló que se encargan de monitorizar las funciones vitales durante el tratamiento, curación de los accesos vasculares, administración de vitaminas, eritropoyetinas para mejorar los niveles de hemoglobina, entre otros, además; de permanecer en contacto con los padres o tutores, incluso cuando están en casa y presentan alguna complicación.