Cuatro mil familias usuarias de los servicios del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif) son beneficiarias del subsidio #YoMeQuedoEnCasa que entrega el Gobierno a los hogares en situación de pobreza y extrema pobreza durante el estado de emergencia por el coronavirus.
Estas familias tienen entre sus integrantes a niñas, niños, adolescentes o adultos mayores que, en la actualidad, son usuarios de los Centros de Desarrollo Integral de la Familia (Cedif), de la Estrategia de Fortalecimiento Familiar Acercándonos y del Servicio de Educadores de Calle, administrados por el Inabif.
Desde el inicio del estado de emergencia y el aislamiento social obligatorio, el personal de los mencionados servicios realiza la vigilancia comunitaria de cada usuario, en la modalidad de trabajo remoto, por medio de llamadas telefónicas, correos electrónicos, videollamadas, chat y WhatsApp.
“Desde el primer día de cuarentena, todas y todos los trabajadores mostraron su compromiso con la población vulnerable que atendemos”, sostuvo la directora ejecutiva del Inabif, Jessyca Díaz Valverde.
“El equipo del Inabif realiza seguimiento permanente y brinda soporte psicológico, en especial a las personas adultas mayores, tal como hizo la colaboradora Jessica Castro, del Cedif Año Nuevo, Comas, quien orientó y acompañó a un usuario de 83 años a cobrar su bono”, comentó Díaz Valverde. “Ella y todos nuestros trabajadores son nuestras heroínas y héroes”.
Corazón solidario
Desde hace cuatro años, la trabajadora social Jessica Castro labora en el Cedif Año Nuevo. Allí atiende a 49 adultos mayores en riesgo social, un grupo valioso con el que realiza talleres de biohuerto, pintura y ejercicios físicos para mantenerlos activos y darles calidad de vida.
Cuando supo del bono #YoMeQuedoEnCasa, buscó a cada uno de “sus adultos mayores”. Uno de los beneficiados fue el señor Salustio Barrientos, de 83 años, quien vive solo y tiene dificultad auditiva.
“Él estaba desorientado y me pidió ayuda. Yo no dudé en dársela. Cuando llegué a su casita, le proporcioné una mascarilla y nos fuimos al banco. Estaba nervioso y yo solo pensaba en protegerlo. Al recibir su bono, don Salustio irradiaba felicidad”, relató la servidora.
“Si una persona me necesita, acudiría a ayudarla sin dudarlo”, agregó la trabajadora social del Inabif, programa del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
En las familias usuarias del Inabif que reciben dicho subsidio hay 1,408 niñas, niños, adolescente y personas adultas mayores usuarias de los Cedif; 1,470 hogares tienen una niña, niño o adolescente usuario del Servicio de Educadores de Calle; y 1,122 son hogares beneficiarios de la Estrategia de Fortalecimiento Familiar Acercándonos.
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(FIN) NDP/CCH
JRA
Publicado: 7/4/2020