La Semana Santa es la festividad de mayor arraigo religioso y cultural del Perú porque se celebra en todo su territorio desde hace más de cuatro siglos. Entre las muchas manifestaciones destacan algunas que han sido reconocidas Patrimonio Cultural de la Nación por su notable conjunción de sincretismo cristiano católico con entrañables tradiciones andinas y costeñas que identifican a sus poblaciones.
¿Cuántas y cuáles celebraciones de Semana Santa han sido reconocidas Patrimonio Cultural de la Nación?, ¿Dónde se ubican las localidades que cuentan con esta distinción otorgada por el Estado peruano a través del Ministerio de Cultura?, ¿Qué particularidades destacan en su celebración de la Semana Santa?
Patrimonio Cultural de la Nación
Suman hasta ahora diez las expresiones que han merecido hasta ahora el reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Nación por parte del Ministerio de Cultura, dado que en ellas confluyen fe, devoción, misticismo y costumbres muy vigorosas de la población, las cuales se sostienen y difunden por generaciones.
A continuación, conoce estas 10 celebraciones de la Semana Santa en Perú que han sido distinguidas como Patrimonio Cultural de la Nación.
Semana Santa de Ayacucho
Pese a su enorme tradición y convocatoria de participantes procedentes de todo el Perú y de otros países, la Semana Santa de Ayacucho ostenta la declaración más reciente de las diez que hasta ahora son Patrimonio Cultural de la Nación. Este reconocimiento fue oficializado por el Ministerio de Cultura el 17 de octubre de 2022.
La declaración como
Patrimonio Cultural de la Nación otorgada a la Semana Santa de Ayacucho responde -según la
norma que oficializa la distinción- a que constituye el evento de
fe e identidad cultural de mayor importancia dentro del calendario festivo de la región, reuniendo dentro de un mismo espacio festivo, ritual y performativo a una religiosidad de carácter litúrgico con una de carácter popular, sincretismo a través del cual confluyen los distintos sectores socioeconómicos que componen la sociedad ayacuchana y que fortalece el tejido social de la misma a través de la devoción religiosa.

La narrativa oficial construida alrededor de la festividad remite sus orígenes a la época virreinal, afirmándose al mismo tiempo que esta es realizada de manera ininterrumpida, desde hace más de 150 años. En ese sentido, se invoca un trasfondo histórico de alcance colonial, al mismo tiempo que se hace referencia a un horizonte temporal más cercano y situado a mediados o finales del siglo XIX.

La norma promulgada por el Ministerio de Cultura precisa que quedan excluidas de sus alcances al velay toro, al jala toro y al pascua toro en su versión contemporánea; a la aglomeración masiva de personas en la plaza de Armas asociada al consumo de bebidas alcohólicas; y la imitación de acciones festivas correspondientes a manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial de otros países.

Sobre estos aspectos, el Ministerio de Cultura ha hecho hincapié en el compromiso de las autoridades y comunidades de portadores en hacer frente a estas problemáticas, ya que su continuidad y desborde podrían cuestionar la condición de la Semana Santa de Ayacucho como Patrimonio Cultural de la Nación, y motivar que se revoque la declaratoria.
Semana Santa en Pampacolca
El 26 de julio de 2021 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación la Semana Santa en Pampacolca, uno de los 14 distritos de la provincia de Castilla, departamento de Arequipa, por tratarse de una festividad en la que se ve reflejada un original proceso de sincretismo a través de elementos como la veneración y el respeto hacia las varas, la división simbólica del espacio en mitades complementarias.

Asimismo, por la estructuración de un complejo sistema ritual y de organización social en torno al armado de los montes altares, aspecto especialmente característico de esta festividad cuya forma y función evidencian la profunda devoción de sus portadores, y cuyos elementos decorativos remiten a una celebración de la fertilidad y la abundancia.

La celebración de la Semana Santa en Pampacolca empieza con el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Pascua de Resurrección, ajustándose al calendario litúrgico católico. Sin embargo, la celebración local de esta festividad religiosa incorpora una serie de elementos distintivos, y que se observan principalmente en tres aspectos profundamente entrelazados: el sistema de autoridades tradicionales, la división ritual del espacio, y la construcción de montes altares.

El sistema de autoridades tradicionales que interviene en las celebraciones de la Semana Santa está compuesto por los altareros, los padrinos, los alcaldes y los denominados barones o judíos.

Para la realización de la Semana Santa en Pampacolca, el espacio y la población local se organiza en cuatro secciones denominadas cuarteles, definidos por el cruce de las calles 28 de Julio y Castilla en el centro de la localidad. Esta división simbólica del espacio, específica a la celebración religiosa, responde a una estructura de mitades complementarias que se ve expresada en el uso de los términos arribeños y abajeños para denominar a quienes viven para arriba o para abajo de la calle 28 de Julio, respectivamente. Cada cuartel es autónomo y encabezado por sus altareros, que se encargan de construir un monte altar por cada cuartel.
Por otro lado, las comunidades campesinas de Río Blanco y Tuhuallque participan de manera organizada en la Semana Santa, representadas por sus alcaldes que tienen a su cargo la construcción de un monte altar en la portada principal de la Iglesia Matriz de Pampacolca.
Semana Santa de Chancay
Esta festividad, celebrada en el distrito de Chancay, provincia de Huaral, departamento de Lima, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, el 22 de mayo de 2018 por congregar a numerosas organizaciones religiosas, sociales, familias y devotos de todas las edades que organizan y participan en el culto de las distintas imágenes que protagonizan numerosas procesiones y actividades asociadas; y por tratarse de una fecha en que el fervor religioso de los chancayanos se integra a su memoria histórica, en la cual las imágenes religiosas tienen un rol como protectoras del pueblo.

La Semana Santa se inicia tradicionalmente en Chancay el Viernes de Dolores, viernes previo al Domingo de Ramos, día en que se rinde homenaje a la Virgen de los Dolores, también conocida como Virgen de la Amargura, Virgen de la Piedad, Virgen de las Angustias o La Dolorosa, todas ellas advocaciones que representan los dolores de la Virgen María ante el sufrimiento de su hijo. Si bien dentro de la cronología de la Semana Santa la muerte de Jesús se conmemora el Viernes Santo, a la Virgen de los Dolores se le celebra desde la semana previa y su culto continúa a lo largo de los días siguientes.

De acuerdo a la tradición oral local, la Virgen de Dolores de Chancay fue hallada por unos pescadores dentro de una caja de madera, entre las peñas de la playa Chorrillos, en el siglo XVI. En la actualidad la imagen es resguardada en su santuario, donde antiguamente se encontraba el Convento de San Buenaventura. El Viernes de Dolores, a partir de las cinco de la tarde, se inicia la procesión de la Dolorosa, que es acompañada por las autoridades de la localidad y centenares de fieles, quienes recorren las principales calles de la ciudad. La procesión de la Virgen de los Dolores tiene un sentido especial para sus devotos, quienes no solo expresan su fe individual o en familia, sino que reavivan la memoria colectiva que designa a la Virgen como guardiana de la comunidad chancayana a partir de la Guerra del Pacífico.
Semana Santa de Catacaos
En la resolución del 12 de febrero de 2018, que declara a la la Semana Santa de Catacaos Patrimonio Cultural de la Nación, el Ministerio de Cultura destaca que esta tradición es una festividad que condensa el fervor religioso con el relato histórico y la reivindicación étnica.

En ese sentido, afirma que la Semana Santa de Catacaos es una tradicional celebración que configura un universo cultural por medio del cual la población cataquense expresa su devoción católica, su herencia prehispánica y su afirmación de tallanidad como símbolos de orgullo e identidad.
La Semana Santa de Catacaos se inicia el Viernes de Dolores, a cargo de la Cofradía de Devoción de la Virgen María Dolorosa de la Soledad. Empieza con la reunión de los miembros de la cofradía en casa de su procurador, desplazándose al Templo San Juan Bautista de Catacaos, considerado como el de mayor fervor católico en todo Piura, para celebrar la misa en honor a la imagen de María Dolorosa de la Soledad, acompañados por una banda de músicos.

La imagen ha sido vestida de luto, adornada con joyas de oro y plata, y colocada sobre su anda. Tras la misa, es sacada en procesión, pasando frente al Palacio Municipal para luego quedarse en el local de la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro. Desde aquí será sacada nuevamente en procesión por la tarde para el Vía Crucis a cargo de la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro, culminando con su retorno al templo.

Al día siguiente por la mañana, un grupo de miembros de la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro se reúne en la Plaza de Armas de Catacaos, portando machetes y escaleras, para dirigirse a la parcela de una familia del distrito de Cura Mori, de la cual extraerán las palmeras a usar durante el Domingo de Ramos.
En el Domingo de Ramos se desarrollan dos liturgias, por la mañana y por la tarde, consistentes en la concentración para la bendición de palmas en distintas locaciones, y el posterior desplazamiento al Templo San Juan Bautista de Catacaos para celebrar la misa. En ambas liturgias se hacen presentes los miembros de las cofradías, incluyendo al Doliente y al Depositario, junto a los feligreses.

La liturgia de la mañana comienza con la concentración de asistentes en la Capilla Virgen de las Mercedes del barrio Pueblo Nuevo. La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén se escenifica de singular manera. A las 06:00 horas abre sus puertas la Capilla Virgen del Carmen para la entrega de numerosas hojas frescas de olivo, previamente bendecidas por el sacerdote, a decenas de fieles que se apostaron desde la madrugada en el frontis de dicha casa de oración.

Los devotos forman dos filas frente a frente, a manera de corredor humano, a lo largo de la calle Trujillo que conduce a la Plaza de Armas de Catacaos y también a la Iglesia San Juan Bautista, destino final de un peregrinaje y escenario de la misa de Domingo de Ramos.
Personas de todas las edades y condición social, entre ellas gestantes y adultos mayores, encabezadas por la Hermandad de Caballeros del Cristo Resucitado, acompañan al sacerdote, sus acólitos y al mayordomo, con cánticos alusivos al ingreso triunfal de Cristo a Jerusalén.

Incienso y melodías interpretadas por una banda de música complementan la atmósfera de este tradicional ritual religioso que se remonta a los albores de la conquista española. El Templo de San Juan Bautista se convierte en el epicentro de esta celebración y su interior se colma de cientos de fieles que con la hoja del olivo rinden reverencia al ingreso de la comitiva liderada por el párroco.

Esta iglesia, construida en 1547, es la primera que se edificó en Catacaos y es la principal casa de oración en este distrito, considerado como el de mayor fervor católico en Piura. En la liturgia se leyeron pasajes bíblicos alusivos al ingreso triunfal de Cristo a Jerusalén, circunstancias previas a su pasión, crucifixión y resurrección. La liturgia de la tarde se da en la Capilla San Miguel Arcángel del sector Monte Sullón, desde la que parte la procesión del Señor Triunfante o Señor de Ramos, cuya imagen es trasladada sobre el lomo de una burrita blanca.

Estas actividades son coordinadas por la Sociedad del Señor de Ramos, que hacia la década de 1980 todavía se mantenía como cofradía.
El Jueves Santo y el Viernes Santo son los días principales de la Semana Santa de Catacaos. En el Jueves Santo se recuerda la última cena y la negación de Pedro, estando las celebraciones de ese día dedicadas al Santísimo y a cargo de la Cofradía Jurada del Santísimo Sacramento.

El Viernes Santo se representa la muerte de Jesús en la cruz, siendo conducidas las actividades de ese día por la Cofradía Jurada del Santo Cristo y centradas alrededor del Cristo yacente. Durante estas fechas se vuelven especialmente relevantes las figuras del Depositario y el Doliente, así como la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo.
El Sábado de Gloria está marcado por un clima de recogimiento, siendo el acto más significativo la Vigilia Pascual. Al día siguiente, la Semana Santa finaliza con el Domingo de Pascua de Resurrección, fecha marcada por la Misa de Resurrección celebrada en la madrugada, seguida por la salida en procesión de la imagen de Cristo resucitado.

La imagen es cargada por la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro y es seguida por las imágenes de la Santísima Cruz, la Santísima Virgen del Tránsito, la Virgen de la Luz, San Juan Bautista y la Virgen de la Verónica.

El recorrido abarca la Plaza de Armas de Catacaos, culminando con la "gran despedida" en que Jesús resucitado y su madre la Virgen María se encuentran antes de que el primero ascienda simbólicamente al cielo.
Semana Santa de Bolívar
El Ministerio de Cultura declaró, el 2 de febrero de 2012, Patrimonio Cultural de la Nación a la Semana Santa que se celebra en la provincia de Bolívar, en la región La Libertad, en tanto constituye una versión particular y original de esta fecha del cristianismo, y es una expresión de la identidad de la población de la provincia de dicha localidad.

Una de las manifestaciones más características de esta celebración es la recolección de hojas de palma, a cargo de una Comisión de Palmeros, integrada por doce personas voluntarias que representan a los doce apóstoles de Jesús. Los palmeros realizan un viaje de penitencia al oriente, a la zona de la selva alta, para recolectar las hojas de palma. Este peregrinaje es arduo y algo riesgoso, teniendo en cuenta que la provincia de Bolívar está ubicada a 3,185 metros sobre el nivel del mar, y el trayecto de ida y retorno tarde alrededor de tres días.
Semana Santa de Huambo
El 6 de diciembre de 2012 esta tradicional festividad fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación. Según la Resolución del Ministerio de Cultura, la celebración de la Semana Santa en Huambo, distrito de la provincia arequipeña de Caylloma, consta de una serie de procesiones de imágenes veneradas, cuya secuencia rememora la pasión, muerte y resurrección de Cristo, acompañadas de imágenes de la Virgen Dolorosa y San Juan Bautista.

La procesión de las imágenes pasa por rutas determinadas por los barrios Hanansaya y Urinsaya, en un recorrido que atravesará cuatro esquinas (dos en cada barrio). En cada esquina la procesión hace un alto para decir la oración por la salud y prosperidad del pueblo y en particular de las familias de los pasantes.
Semana Santa de Huancavelica
El 25 de octubre de 2013 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, por ser una manifestación de fe religiosa en la que confluyen elementos andinos y católicos, y que moviliza significativamente a los pobladores del distrito, provincia y departamento de Huancavelica.

La celebración de la Semana Santa en la ciudad de Huancavelica se realiza, de acuerdo al calendario católico, en fecha movible entre los meses de marzo y abril y tiene una duración de diez días.

Sin embargo, en el transcurso del año se realizan actividades -como las misas previas de novenas y setenas- que son consideradas parte de la festividad. Los diez días de la celebración se inician un viernes con el traslado de la imagen de Cristo y las procesiones en el barrio de San Cristóbal, para finalizar un Domingo de Pascua de Resurrección con la quema de un muñeco que representa a Judas. La festividad congrega una participación masiva de la población local y regional que expresa de manera pública y colectiva su fe.

El origen de esta festividad data del siglo XVI en las minas de Santa Bárbara, donde se encuentra la segunda iglesia construida en Huancavelica y donde, en aquel entonces, se realizaban las primeras procesiones nocturnas. Cabe mencionar la importancia de estas minas, ya que a partir de su explotación es que Huancavelica se independiza pronto del corregimiento de Huamanga y se convierte en provincia colonial y luego en provincia republicana. Actualmente, las imágenes de las procesiones de aquellos tiempos se encuentran dentro de la iglesia de esta localidad.
Semana Santa de Moche
Declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 20 de marzo de 2015, en este distrito de la provincia de Trujillo, región La Libertad, la Semana Santa tiene una duración de 10 días. Se inicia el llamado Viernes de Dolores y culmina el Domingo de Pascua de Resurrección.

La duración de esta celebración en Moche constituye un rasgo particular que la distingue de otras celebraciones de Semana Santa, las que duran solo siete días, y da cuenta de la importancia que tiene la tradición ritual en este pueblo norteño.

Otro de los elementos que sobresale en la Semana Santa de Moche es la tradicional Sopa Teóloga, plato típico del distrito de Moche, provincia de Trujillo, y singular de esta festividad, que consiste en un caldo de pava, pavo o gallina de corral, al cual se le añade pan cortado en rodajas, azafrán y manteca de chancho y que va adornado con garbanzos, aceitunas, tajadas de huevo duro, perejil picado y tomatito de chisco o tomatito silvestre, propio de la zona, cubierto por un aderezo de azafrán en polvo, cebolla de rabo y un tipo de ají denominado "uña de gavilán".

Este tradicional plato, suele ir acompañado de pepián de arroz con cabrito, la zarandaja o lenteja bocana, también conocida como "jeta", previamente remojada, sancochada y molida a batán, y una rosca de manteca. Algunos pobladores de Moche aseguran que su nombre se debe a que este fue un plato consumido en los conventos desde la época colonial.
Durante la Semana Santa de Moche es tradición que, en la entrada de algunas casas del pueblo, se cuelgue un buche de pavo inflado, cebolla de cola o de rabo, unas ramas de culantro y ají escabeche, en señal de que ahí se ha preparado la sopa teóloga y se puede consumir.
Semana Santa de Omate
Esta celebración de este distrito de la provincia de General Sánchez Cerro, región Moquegua, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 30 de junio de 2010, atendiendo a su importancia local, riqueza de contenidos y originalidad contribuye a la afirmación de la identidad colectiva regional y nacional.

El elemento particular de esta tradición religiosa son las “posas” o zonas de descanso, versión original de las capillas mortuorias establecidas en la liturgia católica. Al parecer, proceden de una costumbre española establecida en Nueva España de hacer cuatro capillas piramidales en los extremos del atrio al exterior de la iglesia para el descanso de las procesiones. Las imágenes colocadas en las posas son de todo el santoral católico peruano, desde el Corazón de Jesús hasta la Virgen de Chapi.
Semana Santa del Centro Histórico de Lima
El Ministerio de Cultura declaró, el 20 de marzo de 2018, Patrimonio Cultural de la Nación a la Semana Santa del Centro Histórico de Lima, por tratarse de una celebración que congrega tanto a la población del propio Centro Histórico de Lima como a los habitantes de otros barrios de la ciudad que se sienten representados en la conmemoración de esta importante fecha del calendario católico, cuya continuidad se ha alcanzado gracias a la organización de una activa comunidad de fieles que rinde culto a diversas imágenes religiosas que se integran en un mismo corpus ritual.

El programa central de la Semana Santa del Centro Histórico de Lima está compuesto principalmente por las procesiones de las diversas imágenes de Jesús y la Virgen resguardadas en las iglesias y templos del centro de la Ciudad. A este programa se suman las misas y ritos de cada congregación religiosa. Además, durante estas fechas se observan manifestaciones de religiosidad popular que incluyen representaciones del Via Crucis a cargo de las cofradías y grupos de fieles de la ciudad.

La celebración tiene una duración de ocho días, iniciándose el Domingo de Ramos y culminando el Domingo de Resurrección. Sin embargo, su preparación comienza el miércoles de ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma, periodo que conmemora los cuarenta días que Jesús ayunó en el desierto y durante los cuales la comunidad católica se dedica a preparar los ritos de la Semana Santa. Si bien cada año hay algunas variaciones en los recorridos procesionales y organización de las procesiones, varias de las cofradías y hermandades participantes han mantenido sus roles tradicionales en estas fechas.
Un hecho significativo de la historia de la Semana Santa de Lima es que el Sermón de las Tres Horas o, como también se le conoce, de las Siete Palabras de Cristo, es originario de esta ciudad, en donde fue instaurado por el sacerdote jesuita Francisco del Castillo, en 1660. La costumbre del Sermón fue continuada por Alonso Messia Bedoya, discípulo del padre Del Castillo y fue adoptada por la Iglesia universal, realizándose actualmente en gran parte de los templos católicos a nivel mundial, incluyendo la ciudad de Roma, donde el Sermón de las Tres Horas es realizado por el Papa, obispo de la ciudad y líder mundial de la Iglesia católica.
(FIN) LZD/MAO
JRA
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Publicado: 20/4/2025