Lima, dic. 28 (ANDINA).- La acción letal del terremoto y sismos del domingo 26 en el sudeste asiático se vio facilitada porque los pobladores ignoraban la regla de oro: si se está muy cerca al mar y hay un sismo muy fuerte, de inmediato y sin esperar alerta alguna hay que ganar altura.
Lima, dic. 28 (ANDINA).- La acción letal del terremoto y sismos del domingo 26 en el sudeste asiático se vio facilitada porque los pobladores ignoraban la regla de oro: si se está muy cerca al mar y hay un sismo muy fuerte, de inmediato y sin esperar alerta alguna hay que ganar altura.
Así lo señaló Mateo Casaverde, asesor científico del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), quien aseguró que pudieron ser menos muertes de las 30 mil que se han producido hasta el momento, porque la supervivencia de los pobladores en caso de desmanes naturales depende de algunos aspectos claves.
Uno de ellos, dijo, es la existencia de instituciones "ad hoc" -como el Indeci en nuestro medio- y el otro es "la responsabilidad y disciplina de la misma población que debe saber atender los consejos preventivos".
"Ninguna de los dos aspectos, al parecer, había en la mayoría de los países afectados por los desastres del domingo 26", recalcó.
Añadió que los simulacros, la distribución de folletos, la difusión de videos por televisión y audios por la radio, tiene que ser permanente y pertinaz en los países con riesgo sísmico.
"Los reportes recibidos indican que en más de uno de los países afectados carecían de entidades similares al Indeci, de modo que no tenían información ni sistemas de alerta", afirmó.
Sobre la regla de oro mencionada, dijo que ella se justifica de modo pleno porque todos los estudios coinciden en que un terremoto originado en el mar siempre produce un tsunami de fuerza variable.
En el caso del Perú, indicó, lo que ocurre en las profundidades marinas es una pugna entre la masa continental que avanza muy lentamente hacia el Oeste y la placa de Nazca que avanza en sentido contrario.
Por eso ocurren grandes fracturas que desatan fuerzas descomunales, anotó.
"Cuando esa fractura bajo el mar se produce en los 10 kilómetros superficiales de la masa sólida, la fuerza desfoga hacia arriba, hacia el agua, y eso genera olas gigantescas que avanzan en todas las direcciones", explicó.
En el caso de los países afectados el domingo 26, señaló, su geografía facilitó la acción destructora de esos fenómenos, porque son territorios en gran parte boscosos pero con pocas elevaciones notables.
(FIN) ACS / JBR - 28/12/04 15:08
Publicado: 28/12/2004