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Universidades vuelven a la presencialidad: ¿qué debería mantenerse de lo virtual?

Psicóloga advierte que enfrentar una nueva rutina puede incrementar los niveles de estrés y ansiedad

La experta señaló que la modalidad de educación híbrida no debe ser vista como algo pasajero, sino como una necesidad.  Foto: ANDINA/Renato Pajuelo

La experta señaló que la modalidad de educación híbrida no debe ser vista como algo pasajero, sino como una necesidad. Foto: ANDINA/Renato Pajuelo

14:36 | Lima, jun. 24.

A partir del segundo semestre académico del 2022, las universidades públicas y privadas, así como las escuelas de posgrado, volverán a prestar el servicio educativo de manera presencial, de acuerdo con una resolución del Ministerio de Educación publicada el sábado 18 de junio.

La presencialidad en las universidades ya había comenzado desde el primer semestre académico, momento en el que se implementaron modelos mixtos que combinaban clases teóricas virtuales y laboratorios de forma presencial, aunque en los primeros ciclos primaba lo virtual.

¿Es oportuno volver totalmente al presencial tras haber conocido los beneficios del virtual durante la pandemia? ¿qué debería mantenerse de lo virtual, tanto para estudiantes como para docentes? y ¿en qué etapa de la enseñanza es más importante el aspecto social y a partir de qué ciclos podrían instaurarse modelos híbridos?

Susana Roggero Rebaza, psicóloga y docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, consideró que el retorno a la presencialidad debe ser progresivo, a fin de seguir mejorando el sistema educativo pospandemia.

Señaló que la modalidad de educación híbrida no debe ser vista como algo pasajero, sino como una necesidad. “La virtualidad ha llegado para quedarse, pues ha traído beneficios no solo en el tema pedagógico, sino también en la investigación”.


Actualmente, la comunidad universitaria puede enseñar y aprender sin que el lugar físico sea un obstáculo, gracias a las innovadoras plataformas y herramientas tecnológicas que se emplearon durante estos dos últimos años.

Desde un punto de vista académico, dijo la experta, hay ciertas características de la educación virtual que deberían mantenerse, como las asesorías virtuales de investigación que permiten, tanto para maestros y estudiantes, manejar mejor los tiempos de reunión.

“Gracias a esta organización del tiempo, las asesorías son más continuas y hay más posibilidades de finalizar con éxito los proyectos de investigación, de la misma forma con las tesis. Entonces, definitivamente es un gran apoyo para la investigación”.


Teniendo en cuenta que el covid-19 sigue presente, los cursos teóricos deben llevarse de forma virtual, añadió. "Así el estudiante puede avanzar de acuerdo a su ritmo, gracias a las sesiones grabadas. Esta medida permite aminorar costos de traslado y facilitar el repaso de las clases fuera de horario".

Sobre la presencialidad


Una de las principales secuelas de la educación virtual fue la escasez de prácticas vivenciales. Al respecto, la docente sanmarquina resaltó la importancia de la experiencia física y el campo laboral para el proceso de aprendizaje.

Por ello, con el regreso a la presencialidad, deben priorizarse los talleres, laboratorios y cursos prácticos, especialmente con las carreras que necesitan del aprendizaje experimental para su formación, apuntó.

Recordó, no obstante, que la vida universitaria no se resume en lo académico, por lo que, destacó, es importante también el desarrollo de habilidades sociales y la interacción de los jóvenes fuera de las horas de clase.



Roggero recomendó a las instituciones de educación superior realizar actividades artísticas, culturales, de responsabilidad social y otras que contribuyan con el bienestar personal, donde realmente se aproveche la presencialidad.

Asimismo, advirtió que enfrentarse a una nueva rutina puede incrementar los niveles de estrés y ansiedad en los estudiantes, ya que implicará un proceso de readaptación, similar a lo ocurrido con la virtualidad.

Hay una serie de circunstancias que van a tener que reestructurarse con este retorno, señaló. Por ejemplo, el tiempo y costo de traslado diario, comer fuera de casa, dejar de lado algunas responsabilidades en el hogar y con la familia, entre otros factores.

“El principal desafío después de dos años de educación virtual es asegurar la infraestructura y todas las condiciones de bioseguridad. Protección tanto para los alumnos como docentes -algunos de los cuales son adultos mayores- que van a salir de casa después de mucho tiempo”, comentó.

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(FIN) SQH/RRC
JRA

Publicado: 24/6/2022