Los Centros de Emergencia Mujer (CEM) revelaron que la modalidad de violencia más denunciada por las mujeres durante el 2017 fue la psicológica, dejando atrás la violencia física que durante décadas ocupó el primer lugar.
La viceministra de la Mujer, Silvia Loli Espinoza, precisó que de las 96,000 denuncias que recibieron en ese año, el 50.8 % fue por violencia psicológica, el 39.3 % por violencia física, 9.5 % sexual y 0.5 % patrimonial o económica.
Agregó que las féminas que se acercaron a los CEM son féminas en edad reproductiva, entre 18 y 45 años, y en su mayoría viven en zonas urbanas. Precisó que son de diferentes realidades socio económicas, culturales y geográficas, pero el reporte de violencia en la zona rural aún es menor porque el MIMP desconoce si usan los juzgados de paz al vivir alejadas de un CEM.
“Si las denuncias por violencia psicológica son más frecuentes es porque hoy la sociedad, y la propia mujer, reconoce su integridad psicológica y la de los menores que pueden vivir situaciones de violencia en sus hogares. Las mujeres han aprendido que las frases ofensivas son ‘mala onda’ y afectan su autoestima porque ‘las baja’ …” comentó a la agencia Andina.
Violencias psicológicas
Sin embargo, aclaró, las victimas llegan a los 300 CEM que tiene el ministerio, para denunciar que fueron maltratadas físicamente, pero durante la entrevista que le hace la profesional que la atiende, declaran que no solo es golpe lo que recibe, sino insultos y ofensas también.
“En ese momento cuentan que su pareja hasta la bota de la casa, y si discuten porque hay crisis económica familiar, las acusas de ser inútiles. Las frases humillantes se vuelven constantes. Entonces, no solo un empujón o un puñete afecta su autoestima”
La Ley 26260 de protección contra la violencia familiar, incluyó la violencia psicológica como una nueva modalidad de maltrato a la mujer. Hoy se admite que palabras o comportamientos ofensivos “también afectan su mundo interno e integridad psicológica”, sostiene Loli.
La ministra refiere que el silencio, no hablar a la pareja, ignorarla son modalidades de violencia como las frases ofensivas: “no sirves” “no vales nada” o las alusivas a su cuerpo o color de piel. Todas, muy usuales y progresivas en una relación tóxica, precisa.
“Las palabras y actitudes ofensivas afectan la autoestima de la mujer. Por eso desde que la ley considera la violencia psicológica, los informes de evaluación psicológicos pueden mostrar el grado de afectación de la víctima. A veces llega a niveles tales que afecta su salud mental.
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(FIN) SMS/LIT
Publicado: 27/1/2018