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Culinaria peruana cumple 13 años como Patrimonio Cultural y su ADN está en las picanterías

Pese a limitaciones de aforo por la pandemia, santuarios gastronómicos regionales siguen conquistando paladares

Las picanterías son los templos del sabor y del saber que sustentan la riqueza de la gastronomía regional peruana.  ANDINA/archivo

Las picanterías son los templos del sabor y del saber que sustentan la riqueza de la gastronomía regional peruana. ANDINA/archivo

18:19 | Lima, oct. 16.

Un día como hoy, hace trece años, la gastronomía peruana fue proclamada Patrimonio Cultural de la Nación. Al respecto, cabe recordar que nuestra culinaria es la suma de tradiciones ancestrales enriquecidas con el mestizaje cultural que se expresa en las cocinas regionales que conservan el ADN y la sabiduría que nos identica como una de las mejores cocinas del mundo.

La cocina regional tiene en las picanterías y chicherías a los auténticos “santuarios del sabor y del saber”, donde perduran los elementos distintivos de la cocina peruana: la gran biodiversidad de la costa, sierra y selva que aporta los insumos, y las tradiciones heredadas para convertirlos en suculentos potajes que cautivan paladares.


En las picanterías, por ejemplo, se veneran a los ajíes peruanos, utilizándolos con maestría en la preparación de comidas que tienen el sello de identidad cultural de la región donde se encuentran. 


Difundidas desde los albores de la época colonial, las picanterías han sido siempre lugar de encuentro para la tertulia y discusiones políticas y sociales, en medio del compartir de platos elaborados con sabiduría por cocineras y cocineros que dominaron el uso de los ajíes en aderezos, salsas, cremas y otras creaciones.


El ambiente de las picanterías de antaño se mantiene en ciudades como Arequipa, Chiclayo, Cusco y Piura. Sin embargo, desde mediados del siglo XX algunas se han transformado en lugares turísticos, mientras que otras se han ubicado en los alrededores de mercados o se han desplazado a barrios populares o a la campiña, donde reciben a comensales que desean degustar, reconocer y registrar perennemente en su paladar el “sabor de las regiones”.


En el sur son famosas las picanterías arequipeñas de Yanahuara, Sachaca, Tiabaya y Cerro Colorado, como “La Lucila”, “La Palomino” y “Sol de Mayo”; mientras que en el Cusco son legendarias “La Chomba” y “La Chola”.


Al norte del Perú podemos visitar “La Chayo” y “La Casa del Teniente Gobernador” en Catacaos, región Piura, así como los “chicheríos” de Punto Cuatro y la legendaria “Rosita Inga” en la provincia de Ferreñafe, región Lambayeque.

Chicherías

Aunque hablar de picanterías y chicherías parece lo mismo, los especialistas culinarios sostienen que en realidad no lo son. La diferencia radica en que, en la picantería, los platillos regionales son lo más importante y la chicha (bebida fermentada a base de frutas, cereales u otros insumos vegetales) es un acompañamiento.


En la chichería, por su parte, los visitantes asisten básicamente para beber y la comida cumple la función secundaria de asentar lo bebido.


En todo caso, el maridaje de nuestras cocinas regionales, que llevan en su matriz a los ajíes, entre otros singulares insumos, y nuestras también afamadas bebidas tradicionales como la chicha en sus diversas variedades, representan la riqueza de la gastronomía peruana y la ubican en un lugar privilegiado en el mundo culinario.

Reconocimiento mundial

La gastronomía peruana viene gozando de un creciente reconocimiento internacional que valora la gran biodiversidad, tradiciones ancestrales y técnicas que la han convertido en una de las principales culinarias del planeta.


Reactivación

Si bien la pandemia del covid-19 obligó al cierre temporal de los restaurantes, picanterías y chicherías, con la reactivación económica empezaron a recibir ávidos comensales que extrañaban el cautivante sabor de los potajes allí preparados.


Aunque de momento, el aforo está limitado al 40 %, las picanterías y chicherías están volviendo a ser los santuarios cuyos feligreses no dejan de acudir para saborear lo que brota de sus ollas y fogones, y sentirse plenamente identificados con sus raíces regionales y peruanas.

(FIN) LZD/MAO 


Publicado: 16/10/2020