Por Karina Garay RojasEl doctor Elmer Quichiz, director ejecutivo de la Dirección de Control y Vigilancia de Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) explica en esta nota a quién llamar y cuál es el protocolo a seguir inmediatamente después de que alguien fallece a consecuencia del coronavirus (Covid-19).
Para comenzar, el experto refirió que es fundamental que la familia mantenga el distanciamiento físico con el cadáver hasta que este sea colocado en una bolsa hermética. Si el cuerpo se encuentra en su habitación, esta debe ser cerrada completamente hasta que lleguen las autoridades. Si está en un ambiente compartido, debe abandonarse el lugar y mantener una distancia prudencial.
“Existe la directiva sanitaria 187 para el manejo de cadáveres. En esta se indica que existe un equipo humanitario de recojo de cadáveres, el cual está conformado por un profesional de la salud, es decir un médico quien certificará el fallecimiento de la persona. A este se suma el personal de salud ambiental, responsable de desinfectar la superficie de la bolsa donde se coloque al fallecido, así como de la vivienda donde habitó dicha persona”.
Manifestó que dicho equipo está conformado también por personal de apoyo, encargado de colocar a la persona fallecida dentro de la bolsa. Y finalmente, el chofer de la móvil que traslada a todo el equipo, el cual irá provisto con un traje especial y las soluciones químicas que se requieren en estos casos.
1.- Como paso uno, se debe comunicar inmediatamente sobre el hecho a la central de emergencia de la policía, llamando al 105. De lo contrario, reportarlo a la comisaría de su jurisdicción. “La policía acudirá para certificar la autenticidad de la información” y verificar si se trata de una muerte natural a causa de la infección, “porque esta podría darse también a raíz de un acto criminal. Si encontrara indicios de que se trata de un caso que merece mayor investigación, la policía llamará al Ministerio Público” para que proceda como se amerita en estos casos.
2.- Se debe comunicar a la autoridad sanitaria de la jurisdicción sobre el deceso. “En el caso de la Lima son las Diris, direcciones de redes integradas de salud. En el caso de las regiones, serán las direcciones regionales de salud, las gerencias regionales de salud, que deben tener sus equipos humanitarios de respuesta para hacer la intervención”.
3- Tras certificarse el deceso, el equipo humanitario envolverá el cuerpo en una sábana y lo colocará en una bolsa impermeable. Una vez sellada, esta será rociada con una solución de hipoclorito de socio al 0.5% (lejía) para matar cualquier resto del agente infeccioso que haya podido quedarse en la superficie de la bolsa.
4.- Se debe llamar a la aseguradora que tenía la
persona fallecida. “Si es Essalud, esta activará su proceso administrativo para que inmediatamente remita sus servicios funerarios, lleve el ataúd y se coloque el cuerpo previamente embolsado. Si tiene un seguro privado o SIS, se llamará igualmente para que lleven los servicios funerarios. Si el difunto no tiene seguro, el SIS lo afiliará para que cuente con dichos servicios. “Nadie se queda sin tener los servicios funerarios que corresponden”.
5- Son dos los mecanismos a realizarse tras la colocación del cuerpo dentro del ataúd:
la cremación o la inhumación, es decir el entierro. Si no hay crematorio disponible ese día, se procederá al entierro del cuerpo. “Esto se realizará siguiendo los protocolos establecidos en la ley de cementerios y servicios funerarios, que desde el año 1994 señala que toda persona que ha fallecido tiene como destino final un cementerio”.
El especialista de Ministerio de Salud explicó que son dos los mecanismos de transmisión del agente infeccioso (Covid-19): vías respiratorias y contacto físico. El primero queda completamente anulado con la muerte de la persona, porque esta no respira.
La segunda podría darse al tocar las superficies que estuvieron en contacto con la persona que acaba de morir; estas
podrían ser una mesa, manijas de la puerta o incluso la pared. Este posible contagio con el virus queda desactivado con el lavado de manos con agua y jabón por más de 20 segundos.
El doctor Quichiz pidió a la población mantener la calma ante la ocurrencia de este tipo de fallecimientos y entender que una vez que el cadáver está en la bolsa hermética no hay riesgo de transmisión del virus, ni en la casa ni en la jurisdicción.
“El virus ha quedado confinado en la bolsa y morirá dentro. Mientras nadie la abra o esté tocando a la persona fallecida, no hay ningún problema. Por tanto hay que dejar en paz a la persona fallecida. Además estas personas no son las primeras que mueren por una infección. ¿Qué pasa con la persona que muere por tuberculosis, que es una bacteria muy peligrosa, por hepatitis o por VIH? ¿Acaso son motivos para cerrar un cementerio?”, se preguntó en alusión a la demanda de algunos pobladores de no recibir a fallecidos por
coronavirus.
Agregó que si bien los cementerios tienen la obligación legal de mantener áreas para fosa común donde se entierra a personas NN, en este momento el país no ha sobrepasado la capacidad instalada de sus campos santos, por lo cual no existe razón alguna para exigir entierros de este tipo.
El experto pidió a la población tener cuidado con las
“noticias maliciosas” que circulan en redes sociales que advierten sobre la existencia de cadáveres en el mar y que pueden transmitir la infección del coronavirus, lo cual es absolutamente falso.
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(FIN) KGR
Publicado: 17/4/2020