El estado de Rio de Janeiro y la ciudad de Sao Paulo, principales focos del coronavirus en Brasil, se declararon el martes en "estado de emergencia", imponiendo restricciones al funcionamiento de restaurantes y de los transportes públicos.
Aunque Brasil todavía no registra casos mortales de COVID-19, varias medidas de restricción fueron anunciadas en el diario oficial este martes, entre ellas el cierre durante 15 días de lugares turísticos emblemáticos como el Pan de Azúcar o el Cristo Redentor del Corcovado, en Rio de Janeiro.
"Evite salir de su casa, por el amor de Dios y por el amor de sus padres y abuelos", pidió a la población el gobernador de Rio, Wilson Witzel, el lunes por la noche en una conferencia de prensa.
El decreto determina "la reducción del 50% de la capacidad [de los autobuses], que llevarán solo personas sentadas, así como en los barcos, trenes y metros", dijo Witzel la mañana de este martes en una entrevista con el canal TV Globo.
Los restaurantes deberán funcionar a un 30% de su capacidad y deberán privilegiar los servicios de entrega a domicilio o la venta de comida para llevar, en tanto que solo los servicios de alimentación podrán permanecer abiertos en los centros comerciales.
El decreto establece restricciones a la asistencia a las playas cariocas, donde el lunes vehículos de bomberos instaban a los bañistas a regresar a sus hogares.
En Sao Paulo, la mayor metrópolis de América Latina, el alcalde Bruno Covas decidió que la municipalidad dejará de hacer licitaciones para comprar suministros vinculados al combate contra la propagación del COVID-19, a fin de agilizar su adquisición.
En el transporte público, el gel desinfectante deberá estar sistemáticamente a disposición de los usuarios, especialemente en las estaciones de metros o de tren en las afueras de la ciudad.
Brasil ha registrado hasta el momento 234 casos confirmados de Covid-19, ninguno de ellos mortal, pero prevé una intensificación de la pandemia en las próximas semanas.