14:14 | Pacaraima, Roraima, ago. 20.
El flujo de peatones y vehículos en la frontera entre Brasil y Venezuela es normal este lunes, aunque los migrantes venezolanos en Pacaraima expresan temor de ser blanco de nuevos ataques como los del sábado, cuando residentes quemaron sus pertenencias.
La presencia de tropas de la Fuerza Nacional brasileña es notoria en las inmediaciones del puesto fronterizo, antes incluso de la llegada de los refuerzos prometidos el domingo por el presidente Michel Temer.
Los recuerdos de los incidentes del sábado son traumáticos y muchos vendedores de comida o cambistas de dinero que cruzan a diario desde la ciudad venezolana de Santa Elena de Uairén aseguran que nunca vieron algo parecido.
Los ataques se desataron tras la agresión a un comerciante brasileño, que resultó herido. Familiares de la víctima responsabilizaron a los inmigrantes y decenas de vecinos de Pacaraima, en represalia, atacaron los dos principales campamentos improvisados de los inmigrantes y quemaron sus pertenencias. Unos 1,200 huyeron, cruzando la línea divisoria de vuelta a su país.
"Pagamos justos por pecadores. Nosotros no tenemos la culpa de que nuestro gobierno esté haciéndolo mal", lamentó Jorge Idrogo, un venezolano de 22 años, que sustenta a su familia vendiendo comida del lado brasileño.
El coronel Zanatta, comandante de la base de Pacaraima de la Operación Acogida, estima que este lunes se registren unos 900 venezolanos en el centro de recepción de esta localidad amazónica.
La jornada coincide con el inicio de la reconversión monetaria en Venezuela,
decidida por el gobierno del presidente Nicolás Maduro con nuevos billetes que restan cinco ceros al bolívar, en un intento de paliar los efectos de la inflación. Sin embargo, hasta inicios de la tarde no se veían los nuevos billetes en Pacaraima y los cambistas seguían operando con los bolívares viejos.
(FIN) AFP/MAE
GRM
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Published: 8/20/2018