El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la música y danza Warak’eros de Sandia, que se practica en la provincia de Sandia, región Puno, precisa la Resolución viceministerial N° 215-2018-VMPCIC-MC publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano.
La norma indica que la danza Warak’eros de Sandia es una práctica musical y danzaria representada con una indumentaria tradicional de gran contenido estético y simbólico, que cumple un rol central en importantes procesos de socialización entre las comunidades de la provincia, constituyendo un mecanismo de evocación de la memoria histórica local y un medio de celebración del ciclo agrícola y la fertilidad.
Agrega que se encarga a la Dirección de Patrimonio Inmaterial, en coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno y la comunidad de portadores, la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de la expresión declarada, de manera que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.
En sus considerandos, la Resolución cita lo estipulado por el Unesco sobre este tema: “se entiende por Patrimonio Cultural Inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial que se trasmite de generación en generación es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia”.
Sobre la danza
Warak’eros es el nombre con el que se identifica a una forma de música y danza practicada durante el mes de febrero en el distrito de Sandia, sobre todo en las áreas rurales de la misma.
Agrega que en la actualidad existen conjuntos de Warak’eros en varias comunidades del distrito de Sandia tales como Laqueque Iguara Llamani, Apabuco, Ccapuna, Mororia, Tuana, Quiaca Ayllu, Queneque, Iparo y Aricato; así como en el distrito de Quiaca.
La danza Warak’eros de Sandia es tradicionalmente representada durante la temporada de carnavales, es una danza asociada a la celebración de la fertilidad y el florecimiento de los cultivos, pero también es descrita por sus portadores como una danza guerrera.
El carácter guerrero que se le atribuye tendría referencia en los relatos de origen en torno a la danza, los cuales se remiten al período de conflicto que sobrevino tras el declive de la cultura Tiahuanaco y la expansión del imperio Inca en la zona. La tradición oral local refiere que, en medio de tal contexto, la danza empezó a ser representada durante la apertura oficial de la época de siembra por parte del Inca, quien enterraba una chakitaqlla en los campos de cultivo. Luego, con la llegada de los españoles, la danza siguió un proceso de adaptación en el contexto de los carnavales.
La vestimenta de los danzantes y músicos es uno de los elementos más característicos de la expresión, destacando por sus múltiples accesorios y detalles decorativos, y por estar hecha principalmente en bayeta. Un elemento compartido por todos los participantes es la montera o t’ikacha montera, de paja y forrada en bayeta negra, decorada con ? ores rojas o amarillas. Estas son rodeadas por un círculo de flores blancas o multicolores que varía en función de que quien use la montera sea soltero o casado, respectivamente.
El atuendo de los varones tiene como base calzado de ojotas y dos prendas de color negro confeccionadas en bayeta. Un pantalón negro llamado wayta phuntillo y una camisa negra de manga larga llamada wayta murana, prendas que van sujetas por una faja bordada o chumpi. A esto se agrega un wiriti o ch’ullu blanco con detalles en rojo, azul, anaranjado y rosa que va por debajo de la montera; una lliqlla que va cruzada sobre el hombro y la espalda; y un pañolón grande de color blanco o pañu kunka, el cual cubre la parte superior de la espalda por encima de la lliqlla. Se suma a este atuendo dos soguillas de colores que van cruzadas sobre el pecho y los hombros llamadas t’ikacha warak’a, representando al arco iris.
Por último, el implemento más importante de los varones es la warak’a o zurriago de lana blanca y negra trenzada con cerdas de caballo y ch’awara. Cabe señalar que la indumentaria de los músicos tiene muchas semejanzas con la de los danzantes, aunque no incluye elementos como el pañu kunka, el karapi, la t’ikacha warak’a o la warak’a; reemplazando además el wayta phuntillo o pantalón negro por uno de color blanco.
La vestimenta de las mujeres tiene como base dos prendas negras confeccionadas en bayeta. Una chaqueta denominada yana huyuna o kurpiño decorada con líneas azules y verdes; y una pollera con alrededor de 200 pliegues debajo de la cual se viste hasta cinco faldas o p’istus de color blanco, rosa, naranja y rojo. Estas se sujetan a la altura de la cintura por una faja o chumpi.
La música que acompaña la danza es interpretada por una comparsa de músicos que tocan instrumentos de viento, la tukana, y de percusión, el tambor o tambora.
Las comparsas de warak’eros se ensayan con anticipación al inicio de las festividades, haciendo al empezar, con ? nes propiciatorios, el ritual de la ch’allasqa a los Apus y a la Pachamama. Su participación en las actividades festivas comienza el sábado previo al inicio de las celebraciones acompañando la ceremonia del wilakuy o velación de los llayt’us, coronas de flores y pan confeccionadas ese mismo día y que serán entregadas como muestras de respeto a las autoridades de cada comunidad.
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(FIN) MAO
Published: 11/19/2018