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Cusco: conoce la sacrificada labor de los bomberos forestales que protegen Machu Picchu

Conoce la sacrificada labor de los bomberos forestales que protegen el Santuariio Histórico de Machu Picchu y sus zonas de amortiguamiento, región Cusco. ANDINA/Difusión

Conoce la sacrificada labor de los bomberos forestales que protegen el Santuariio Histórico de Machu Picchu y sus zonas de amortiguamiento, región Cusco. ANDINA/Difusión

09:03 | Lima, nov. 1.

Por José Vadillo

Los bomberos forestales son la primera línea de respuesta ante cualquier incendio que amenace el patrimonio natural del Santuario Histórico de Machu Picchu y sus zonas de amortiguamiento, ubicados en la provincia de Urubamba, región Cusco. Conozcamos algunas de las experiencias que vivieron para enfrentar los siniestros.


“Ir, planificar, actuar y liquidar el incendio”, esa es la forma de operar de los bomberos forestales. Jessica, Elmer y Roberto son parte de la primera línea de respuesta contra el fuego forestal en el Santuario Histórico de Machu Picchu y sus zonas de amortiguamiento.

Roberto Quispe


Aunque ha sofocado 70 incendios forestales, Roberto Quispe no será nunca un héroe. Se lo jura a Milagros, su esposa, cada vez que sale de madrugada al llamado de emergencia, cuando el fuego arde en algún rincón del Santuario Histórico de Machu Picchu (SHM). “Yo quiero que seas un bombero forestal responsable, no quiero un héroe”, le advierte.

El riesgo acompaña como el zumbido de un moscardón a los bomberos forestales (BF), a pesar de sus trajes hechos del ignífugo “nomex” porque cada incendio forestal se comporta distinto. Ha habido deflagraciones donde el “combustible” (pajonales, árboles, y otros) o las condiciones del viento cambiaron intempestivamente y el personal tuvo el tiempo contado para movilizarse, con el fuego lamiéndoles las botas.

O cuando una de las cuadrillas no operó correctamente la “liquidación” del fuego y otro grupo se vio rodeado por las lengüetas de fuego. Afortunadamente, el sistema de comunicación que manejan los BF del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) les permitió encontrar el camino seguro de regreso.

“Preparación” es la palabra clave de los BF –46 en la actualidad– de esta área natural protegida (ANP). “Como tienes a cargo vidas, debes de manejarlo de una manera castrense”, explica Roberto, quien desde el 2013 es instructor de bomberos forestales.


En el 2017 fue el comandante de incidente de los 21 combatientes que envió Sernanp como parte de la delegación peruana que apoyó a la lucha contra los incendios forestales en Chile.

A sus colegas de otros lares les llamó la atención su metodología: los peruanos trabajaban de madrugada hasta el mediodía. Así aprovechaban los factores climáticos (temperatura baja, humedad alta) y se efectivizaban los esfuerzos. Destacaron por su capacidad física para subir pendientes altas. Y explicaron que se sube a sofocar incendios hasta 4,000 metros sobre el nivel del mar en el santuario inca.

El éxito se lo deben al trabajo metodológico. “Cuando vamos a cubrir, instituimos en un comando de incidentes. Es una estructura ordenada para combatir un incendio forestal. Ahí ordenamos a todo el recurso humano. Y damos funciones específicas del comandante de incidentes, al jefe de operaciones, jefes de cuadrilla, hasta los combatientes”, explica.

Roberto ingresó en el 2009 al SHM como guardaparque. A los dos meses, lo ayudó en labores logísticas en su primer incendio. Esa experiencia lo marcó cuando vio cómo trabajaba el equipo: a pesar del cansancio, los combatientes liquidaban el fuego para que no afecte más a la cobertura vegetal ni a la fauna silvestre del santuario. Fue un gran estímulo, al año siguiente ingresó al curso de brigadista y luego al curso de BF. Hoy comparte sus labores como especialista de monitoreo en el SHM con la de instructor de BF.

Elmer Quiñones


Cuando era niño, Elmer Quiñones –hoy guardaparque del puesto de control de Huayabamba, en el Camino Inca– los comuneros del pueblo de su abuela, en Machu Picchu, hacían la “charamosca”, un trabajo colectivo donde todos iban a apagar las brasas del fuego que se acercaba a las chacras.

“Ahora que han visto que los BF del SHM estamos organizados y somos la primera respuesta, la gente nos apoya, sobre todo para el acarreo del agua porque no podemos perder un bombero, con todos sus implementos, para que vaya a traer agua al río”, dice el instructor de BF.


Hace 7 años ingresó como guardaparque del SHM. Dos años después empezó a formarse como BF voluntario, y luego se fue capacitando porque cada año en “temporada seca” empiezan las amenazas de incendio: si antes era de junio a setiembre, ahora, con el cambio climático, recién en octubre empieza a llover parcialmente en la parte alta, no con la fuerza de antes.

Pone un ejemplo: esta semana en Ollantaytambo hubo un incendio. Se dijo que se había liquidado, pero el fuego se avivó a pesar de que es época de lluvias. “Años atrás no teníamos en estos meses estos eventos”, cuenta Elmer. Enseña a sus alumnos sobre el “triángulo de fuego” (calor, oxígeno y el combustible); las partes de un incendio y las técnicas para apagarlos.

Ser BF implica un esfuerzo sobrehumano. Se camina de madrugada, cargando una mochila y una herramienta, por pendientes con ángulos de entre 30 y 70 grados.

Los amarillos cumplen sus funciones como guardaparques en los distintos puestos de las 37,000 hectáreas del SHM. Al llamado de un incendio se juntan en grupos. A pesar de la emergencia, deben estar sujetos a los horarios de los trenes para que los trasladen de un tramo a otro. “Se sigue trabajando con las empresas privadas para que nos den esas facilidades, porque es complicado que los combatientes vayan caminando con sus equipos especiales de protección (EEP) y luego deban subir hasta la zona del incendio”, dice Elmer. El año pasado le tocó liderar a grupos en tres incendios.

Jessica Morón


En teoría todo se ve fácil. Pero la primera vez que la ingeniero agrónoma Jessica Morón fue combatiente sintió “una mezcla de sentimientos”, desde el temor de quemarse hasta lo que podría pasar a su equipo. Sucedió en Chachabamba.


No lo olvidará porque cuando las cuadrillas de “amarillitos” ya habían “liquidado” el incendio tras dos días de trabajo, les informaron que en otro zona de amortiguamiento se había iniciado otro incendio. “Tuvimos que caminar bastante, aplicar el contrafuego. Llegamos a Machu Picchu pueblo a la medianoche muy cansados, pero con la alegría de que todos estábamos bien”.

Es responsable de la actividad de prevención y control de incendios forestales en el SHM. Lo primero que ve cuando hay un incendio forestal en el santuario o sus zonas de amortiguamiento, son las condiciones de seguridad para las cuadrillas de BF y prever la logística por los días que tomará esta labor de campo.

“El cuidado y la práctica te hacen ir seguro y saber muy bien que un incendio va a progresar o se contendrá en algún momento. Conocer el área geográfica nos permite saber por dónde debemos de atacar”. Asegura que hoy lo máximo que toman los trabajos de control y liquidación en un incendio son de 3 días, cuando antes del 2003 había incendios de hasta 15 días. Hoy, también, las extensiones de los incendios son más limitados, de 5 hectáreas a menos.

Recuerda que desde el 2003 se han dado grandes pasos en la lucha contra el fuego en el santuario, con la adquisición de equipos y formación de bomberos. En el 2008 ya contaban con 15 instructores de BF, gracias al apoyo de Usaid. Y la capacitación es permanente.

“Ahora lo que estamos viendo es la prevención. Vamos a poder salir a hablar con las poblaciones y no solo atender los incendios”. Lo que se busca desde el Sernanp es trabajar en el cambio de mentalidad de la población y que las “quemas controladas” que hacen en sus parcelas sean monitoreadas por los especialistas del SHM para asegurar que el fuego sea controlable.

Agrega que falta también mucho trabajo desde la academia en cuanto al tema de “la ecología del fuego”; conocer si los ecosistemas peruanos son “dependientes” del fuego.

Señales de alarma


El jefe del SHM, Ernesto Escalante, recuerda que los incendios forestales han sido afectados por el cambio climático. “Antes de la creación del SHM, en 1981, se tenía más de 10,000 hectáreas afectadas por incendios. Hoy se ha logrado reducir cerca del 90 % de incendios forestales en el ANP y sus zonas de amortiguamiento. Estamos trabajando en la previsión y llegando un poco más allá del área del ANP, para que los incendios no afecten al santuario”. Además, desde hace 18 años manejan la data del Incachiriasca, uno de los 12 glaciares que integran el nevado Salkantay. “Las cifras indican que hemos perdido cerca del 25 % del glaciar”. En noviembre, el Sernanp hará una nueva visita a la zona.

Datos

Desde hace 22 años, tres instituciones trabajan en forma articulada en el Santuario Histórico de Machu Picchu: Sernanp, Mincul y la Municipalidad Distrital de Machupicchu. Este modelo se está escalando y repitiendo en otras regiones del país.

Luego de la etapa de liquidación, los especialistas del área natural protegida trabajan en la recuperación de los ecosistemas dañados por el incendio. El 99 % de los incendios forestales en el Perú son producidos por las actividades del hombre.

Por último, se informó que el costo de cada uno de los equipos especiales de protección (EEP) de los bomberos forestales del Sernanp asciende a S/ 7,000.

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Published: 11/1/2021