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Coronavirus en México: la larga espera en la frontera acaban con el sueño americano

AFP

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07:07 | Matamoros, may. 26.

El coronavirus ha propagado el desánimo entre migrantes solicitantes de asilo en EE. UU. y algunos ya han pedido apoyo a su consulado para salir de Matamoros, municipio del nororiental estado mexicano de Tamaulipas.

Después de más de un mes de cuarentena en la Casa del Migrante "Juan Diego", el matrimonio de salvadoreños Víctor Manuel Martínez Pineda y Claudia Yamileth Martínez Andrade han pedido a sus representantes diplomáticos que les ayuden a abandonar la frontera del norte de México.

En este éxodo fallido, ahora les tocará enfrentarse a su realidad en su natal San Martín, municipio de San Salvador, El Salvador. A través del programa "Remain in México" (Permanecer en México), impuesto hace más de un año por el Gobierno de Estados Unidos, se instauró que miles de personas esperen en varias ciudades fronterizas mexicanas la resolución de su solicitud de asilo en Estados Unidos.

La presión incrementó en la frontera desde finales de marzo, cuando Donald Trump ordenó negar la entrada al país a todos los solicitantes de asilo debido a la pandemia de covid-19, que acumula cerca de 100.000 muertes en Estados Unidos y 7.400 en México.

El golpe anímico se ha expendido entre los migrantes tras el cierre de las fronteras por covid-19 que ha impuesto la administración estadounidense al aplazar las citas para presentarse ante las cortes para revisar sus casos. "Los trámites prácticamente los cerraron hasta nuevo aviso, nos han dejado una cita para julio. Ya no queremos seguir con eso. Uno salió de El Salvador buscando una vida mejor, pero si no se puede es también resignarse, rendirse prácticamente y retornar", declaró este lunes Efe Víctor Martínez.

Martínez salió con sus dos hijos y su esposa en abril de 2019 de su país, llegando en marzo de 2020 a Matamoros. Él es uno de los cerca de 2.000 migrantes que hoy forman parte del programa "Permanecer en México" y esperan en Matamoros a que se continúe con la operación del programa. Mientras, aguardan en asentamientos que se han conformado en la orilla del río Bravo o en albergues, y subsisten como pueden.

Entre sueños y realidades


"Es un sueño truncado, para mí es difícil asimilarlo porque hemos venido luchando ya un año. Cuando llegué por primera vez al Puente Nuevo y vi el río, me quedé viendo tanto que pensé: 'Después de todo ya estoy aquí, vamos a entrar (a Estados Unidos)', pero no ha sido así", explicó a Efe Claudia Yamileth.

Pero además de cumplir con el sueño de vivir y trabajar en Estados Unidos y dejar atrás la pobreza en El Salvador, la mujer de 28 años tiene otra realidad más apremiante. Tiene siete meses de embarazo y no ha llevado un control estricto, por lo que a la fecha no ha logrado realizarse un ultrasonido para conocer el sexo del bebé. No obstante, relató, tiene la certeza que está bien porque se mueve en su vientre.

En este contexto, volver a su natal San Martín y renunciar al deseo de dar una vida mejor a sus hijos es difícil de asimilar.

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(FIN) EFE/JAM

Published: 5/26/2020