Andina

Declaran Patrimonio Cultural de la Nación a la Semana Santa de Catacaos

Por ser una festividad que condensa fervor religioso con relato histórico y reivindicación étnica

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la Semana Santa de Catacaos, del distrito del mismo nombre, provincia y departamento de Piura, por tratarse de una festividad que condensa el fervor religioso con el relato histórico y la reivindicación étnica. ANDINA/Vidal Tarqui

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la Semana Santa de Catacaos, del distrito del mismo nombre, provincia y departamento de Piura, por tratarse de una festividad que condensa el fervor religioso con el relato histórico y la reivindicación étnica. ANDINA/Vidal Tarqui

11:11 | Lima, feb. 14.

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la Semana Santa de Catacaos, del distrito del mismo nombre, provincia y departamento de Piura, por tratarse de una festividad que condensa el fervor religioso con el relato histórico y la reivindicación étnica.

Mediante una Resolución Viceministerial publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano, se establece que esta tradicional celebración configura un universo cultural por medio del cual la población cataquense expresa su devoción católica, su herencia prehispánica y su afirmación de tallanidad como símbolos de orgullo e identidad.


La Semana Santa de Catacaos inicia el Viernes de Dolores, a cargo de la Cofradía de Devoción de la Virgen Dolorosa de la Soledad. Estas inician con la reunión de los miembros de la cofradía en casa de su procurador, desplazándose al Templo San Juan Bautista de Catacaos para celebrar la misa en honor a la imagen de María Dolorosa de la Soledad, acompañados por una banda de músicos. 

La imagen ha sido vestida de luto, adornada con joyas de oro y plata, y colocada sobre su anda. Tras la misa, es sacada en procesión, pasando frente al Palacio Municipal para luego quedarse en el local de la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro. Desde aquí será sacada nuevamente en procesión por la tarde para el Vía Crucis a cargo de la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro, culminando con su retorno al templo.


Al día siguiente por la mañana, un grupo de miembros de la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro se reúne en la Plaza de Armas de Catacaos, portando machetes y escaleras, para dirigirse a la parcela de una familia del distrito de Cura Mori, de la cual extraerán las palmeras a usar durante el Domingo de Ramos. 

Estas son proporcionas gratuitamente como parte de una promesa realizada por los dueños de la parcela, y son distribuidas entre las capillas desde las que partirán los recorridos procesionales del domingo, así como para el decorado del templo San Juan Bautista de Catacaos.


Durante el Domingo de Ramos se desarrollan dos liturgias, por la mañana y por la tarde, consistentes en la concentración para la Bendición de Palmas en distintas locaciones, y el posterior desplazamiento al Templo San Juan Bautista de Catacaos para celebrar la misa. En ambas liturgias se hacen presentes los miembros de las cofradías, incluyendo al Doliente y al Depositario, junto a los feligreses.

La liturgia de la mañana comienza con la concentración de asistentes en la Capilla Virgen de las Mercedes del barrio Pueblo Nuevo. La liturgia de la tarde se da en la Capilla San Miguel Arcángel del sector Monte Sullón, desde la que parte la Procesión del Señor Triunfante o Señor de Ramos, cuya imagen es trasladada sobre el lomo de una burrita blanca. Estas actividades son coordinadas por la Sociedad del Señor de Ramos, que hacia la década de 1980 todavía se mantenía como cofradía.


Los días posteriores siguen un patrón similar, evocando diferentes pasajes de la Pasión de Jesús y celebrando a una imagen distinta. El Lunes Santo se recuerda el regreso de Jesús a Jerusalén y la expulsión de los mercaderes del templo, siendo dedicado el día a celebrar la imagen del Señor Cautivo. Al menos hasta la década de 1980 era la Cofradía de Devoción del Señor Cautivo la que se hacía cargo. 

El Martes Santo se evoca la despedida de Jesús de Jerusalén, quien parte a Betania seguido de sus discípulos a quienes anuncia su muerte. Las celebraciones de este día, a cargo de la Hermandad de Nuestro Señor del Prehendimiento, se dedican al Señor del Prehedimiento. El Miércoles Santo se recuerda a Jesús en Betania y la pronta traición de Judas. La festividad de este día se dedica al Señor Jesús Nazareno, a cargo de la Sociedad de Jesús Nazareno y la Sociedad de Damas de Santa Verónica.


Jueves y Viernes Santo


El Jueves Santo y el Viernes Santo son los días principales de la Semana Santa de Catacaos. En el Jueves Santo se recuerda la última cena y la negación de Pedro, estando las celebraciones de ese día dedicadas al Santísimo y a cargo de la Cofradía Jurada del Santísimo Sacramento. 

El Viernes Santo se revive la muerte de Jesús en la Cruz; siendo conducidas las actividades de ese día por la Cofradía Jurada del Santo Cristo y centradas alrededor del Cristo Yacente. Durante estas fechas se vuelven especialmente relevantes las figuras del Depositario y el Doliente, así como la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo.


Ambas fechas tienen esquemas similares de actividades por la mañana. El Jueves Santo la Cofradía del Santísimo Sacramento recrea la Sagrada Mesa de la Última Cena, para lo cual sus miembros llevan imágenes de Jesús, sus apóstoles y pequeños ángeles. El Viernes Santo la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro arma el Santo Calvario en el Altar Mayor, montando la imagen de Jesús en la Cruz Mayor, así como las imágenes de San Dimas y Gestas.

La importancia y cuidado que demanda esta acción ritual hace que inicie por la madrugada, quedando designados algunos miembros de la Hermandad para custodiar el Santo Calvario. Por la mañana se dan las concentraciones en las casas de los procuradores de las cofradías del Santísimo Sacramento y del Santo Cristo, desde las cuales se inicia el recorrido hacia las casas del Depositario y el Doliente en los días de Jueves Santo y Viernes Santo respectivamente.

Estos son recogidos por la comitiva de cofradías, autoridades y devotos, acompañados siempre por bandas de músicos para ser llevados al Templo San Juan Bautista en donde el párroco conducirá dos ceremonias.


El Jueves Santo este hace la imposición de la Sagrada Llave del Santo Sepulcro al Depositario, la misma que deberá ser resguarda por este durante el resto de la festividad. Mientras que el Viernes Santo se da la imposición de la Sagrada Insignia de Luto o Insignia de Duelo, también conocida como Banda de la Dolencia, al Doliente. 

En ambos días, las ceremonias de imposición son seguidas por el izamiento de banderas, lo que tiene lugar en la Plaza de Armas de Catacaos con la presencia de los devotos y las múltiples autoridades del distrito. Tras esto, tanto el Depositario como el Doliente invitan a los asistentes a degustar el tradicional almuerzo o banquete de los Siete Potajes, que consiste en una sucesión de siete platos distintos con la salvedad que los servidos el día viernes no contienen carne roja sino pescado o mariscos.

El Jueves Santo las actividades se retoman por la tarde con la celebración de la Misa Vespertina de la Cena del Señor, en la que el párroco realiza el lavado de pies a un grupo de 12 niños que representan a los 12 apóstoles. Tras esto se lleva a cabo la Procesión del Santísimo con dirección a la Capilla del Carmen del Centro. 


De acuerdo al historiador local Jacobo Cruz, por la noche del Jueves Santo se realizaba el acto de Tinieblas en que un grupo de mayordomos recorría las calles de la ciudad con matracas para hacer ruido y espantar al demonio. Esto ha dejado de practicarse, lo que ha llevado a intentos recientes por recuperar la práctica.

Las actividades de Viernes Santo se retoman inmediatamente después de los Siete Potajes con el Sermón de las Tres Horas o Sermón de las Siete Palabras, a cargo de sacerdotes invitados por el párroco o el mismo párroco. Tras esto tiene lugar el Solemne Descendimiento de Nuestro Señor, a cargo de los Santos Varones y un comité de integrantes de la Hermandad, en que la imagen de Jesús es bajada de la Cruz y envuelta en un manto blanco. Antes de ser puesto en el Santo Sepulcro, la imagen de Jesucristo es presentada ante los devotos reunidos al interior del templo, quienes manifiestan su sentir lanzando chorros de agua bendita.

Una vez cerrado el Sepulcro se inicia una liturgia seguida de la Eucaristía. Por la tarde, la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo inicia con la Procesión del Cristo Yacente o del Santo Sepulcro, imagen que es acompañada por la Banda Santa Cecilia de Catacaos. Este recorrido, que dura hasta la madrugada del día siguiente, es considerado como el más importante de toda la Semana Santa. La imagen recibirá homenajes en múltiples lugares, tales como las casas del Doliente y del Depositario y el local de la Municipalidad Distrital. La procesión es multitudinaria, con el Santo Sepulcro siendo seguido por todas las imágenes que han salido anteriormente a recorrer las calles durante la Semana Santa.


El Sábado de Gloria está marcado por un clima de recogimiento, siendo el acto más significativo la Vigilia Pascual. Al día siguiente, la Semana Santa llega a su fin con el Domingo de Resurrección, fecha marcada por la Misa de Resurrección por la madrugada seguida por la salida en procesión de la imagen de Cristo Resucitado. Esta es cargada por la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro y es seguida por las imágenes de la Santísima Cruz, la Santísima Virgen del Tránsito, la Virgen de la Luz, San Juan Bautista, y la Virgen de la Verónica. El recorrido abarca la Plaza de Armas de Catacaos, culminando con el Gran Despedimiento en que Jesús Resucitado y la Virgen María se encuentran antes de que el primero ascienda simbólicamente al cielo.

La Resolución Viceministerial encarga a la Dirección de Patrimonio Inmaterial en coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Piura y la comunidad de portadores, la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de la expresión declarada, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.

La norma lleva la firma del viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Jorge Arrunátegui Gadea.


(FIN) LZD/

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Published: 2/14/2018