Cientos de miles de argentinos siguen con fascinación la transmisión en vivo por YouTube de un robot submarino que explora las profundidades del Atlántico Sur, revelando animales desconocidos a casi 4.000 metros bajo el mar. La misión es comentada en tiempo real por los propios científicos, generando un fenómeno viral en redes sociales.
La expedición, de carácter científico y binacional, se desarrolla por primera vez en el Cañón Submarino Mar del Plata, frente a la ciudad balnearia del mismo nombre, a unos 400 kilómetros al sur de Buenos Aires. El material audiovisual, captado por el vehículo robótico SuBastian, ha despertado un inédito entusiasmo por la biología marina entre usuarios de todas las edades.
La interacción en el chat en vivo permite a los espectadores participar activamente de la experiencia. Cuando el robot muestra una criatura blanca de aspecto extraño, una de las científicas pregunta: “¿Lo queremos?” Inmediatamente, decenas de usuarios responden: “¡Sí, sí, lo queremos!”. Poco después, se observa en pantalla cómo el succionador del robot aspira al espécimen para su estudio.
"Ay, los re amo a los bichitos", escribe una usuaria. "¡Estoy obsesionada!", comenta otra. “¡El chiquitito no se lo lleven!”, suplica un tercero. El entusiasmo colectivo ha superado el millón de visualizaciones desde que la transmisión comenzó a difundirse también por televisión.
"Hay corales de agua fría con los colores del Caribe, idénticos. ¿Cómo puede ser? ¡A 3.000 metros de profundidad!", se asombra Pablo Penchaszadeh, biólogo y pintor que participa en la misión como artista a bordo.
Patricio Estrella y otros protagonistas marinos
La expedición, titulada Oasis submarinos del Cañón de Mar del Plata, tiene una duración de 20 días y culmina el 10 de agosto. Participan 25 científicos, en su mayoría del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), integrantes del Grupo de Estudios del Mar Profundo (GEMPA), con el apoyo del Instituto Schmidt Ocean de Estados Unidos.
Desde el buque Falkor (too), los expertos operan el robot, que puede descender hasta 4.500 metros, recolectar muestras con brazos robóticos y enviar imágenes en alta definición.
“Que cualquier persona pueda conectarse desde su casa y ver en vivo lo que estamos viendo es una oportunidad única. La ciencia deja de ser algo lejano o inaccesible y se vuelve parte del día a día”, destacó Daniel Lauretta, director de la expedición.
La aparición de una estrella de mar con bultos simétricos desató una ola de memes en redes sociales, donde los usuarios bromearon con que se trataba de Patricio Estrella, el personaje de Bob Esponja. A partir de ahí, la transmisión ganó aún más popularidad. Otros ejemplares también fueron bautizados por el público: la centolla drag queen, el pepino de mar Batatita, la langosta Merenguito y el camarón escapista.
Un hallazgo científico en contexto adverso
Es la primera vez que se documenta en tiempo real este ecosistema profundo, donde confluyen las corrientes de Malvinas y Brasil, lo que propicia una elevada biodiversidad marina. “Ya vemos cosas increíbles: animales que nunca se habían registrado en esta zona, paisajes submarinos que parecen de otro planeta y comportamientos que sorprenden hasta a los científicos más experimentados”, añadió Lauretta.
Pero el entusiasmo convive con un contexto difícil para la ciencia argentina. El Conicet atraviesa una severa crisis presupuestaria bajo la gestión del presidente Javier Milei, quien ha aplicado recortes drásticos al gasto público. Solo en 2024, el presupuesto cayó 21 % y los salarios se han reducido un 35 % desde diciembre de 2023, lo que ha provocado un éxodo de investigadores.
En medio de este panorama, la transmisión se ha convertido también en un símbolo de apoyo a la comunidad científica. “¡Viva el Conicet!”, se lee con frecuencia en el chat.
“Ver pasión por un trabajo es atractivo”, reflexiona Tomás Atilio Luppi, biólogo del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras del Conicet en Mar del Plata, quien no participa directamente de la expedición. “Y eso ocurre en un momento muy difícil, tanto desde lo financiero como desde los recursos humanos. Que se esté generando este furor es como un faro de luz”.