Después de 35 años, uno de los templos más antiguos de la costa norte del Perú, el sitio arqueológico Puémape, ubicado en el distrito de San Pedro de Lloc, provincia de Pacasmayo, revela nuevos secretos sobre los orígenes de la arquitectura ritual y los vínculos con el culto a los ancestros en el valle de Jequetepeque, región La Libertad.
En 1990 se produjo el primer intento por realizar una investigación en el templo de Puémape, un monumento arqueológico ubicado en medio del desierto del Valle de Jequetepeque. Las evidencias halladas entonces documentaron una larga secuencia ocupacional vinculándolo al desarrollo de la cultura Cupisnique.
El lugar fue uno de los primeros en advertir la presencia de arquitectura monumental prehispánica vinculada a la cultura Cupisnique. Sin embargo, tras aquel esfuerzo pionero, el lugar había quedado en el olvido hasta hoy.
En 2024, casi 35 años después el Programa Arqueológico Chicama de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, encabezados por Henry Tantaleán Ynga y Carito Tavera Medina, retomó la posta con apoyo de tecnología moderna y una renovada perspectiva científica y este año se realizó una nueva etapa de esta investigación científica.
En diálogo en exclusiva con la Agencia Andina, Henry Tantaleán revela que los trabajos recientes han confirmado que el templo fue ocupado alrededor del año 1000 a.C., e incluso se han encontrado evidencias de actividad humana desde el 2200 a.C., lo que convierte a Puémape en uno de los centros rituales más antiguos conocidos de la costa norte peruana.

Sostuvo que gracias a fechados radiocarbónicos actualizados, se ha determinado que el edificio tuvo una prolongada ocupación de más de 3,000 años.
El arqueólogo de San Marcos afirmó que este año se descubrió el frontis completo del edificio con una escalera de acceso y muros construidos con grandes bloques de piedra. El equipo ha recolectado también muestras para análisis de microvestigios botánicos y materiales faunísticos que permitirán conocer la dieta, flora y fauna de la época.
Más allá de Cupisnique
El investigador afirmó que aunque inicialmente se vinculó el templo con la cultura Cupisnique, los investigadores actuales advierten notables diferencias arquitectónicas con dicha cultura que podrían ubicarlo en un desarrollo paralelo o posterior, aún por esclarecer.

"Lo cierto es que Puémape fue un lugar de peregrinaje y de enterramientos rituales, como evidencia una gran zona cementerial alrededor del templo", subrayó.
Hallazgo de individuos enterrados, de alrededor de 400 a.C.
Uno de los hallazgos más impactantes de esta campaña ha sido el descubrimiento de al menos 14 individuos enterrados por la cultura Salinar, alrededor del 400 a.C., unos 600 años después del abandono original del templo. Muchos de ellos muestran signos de violencia: golpes, fracturas y posiciones inusuales (boca abajo, con manos atadas en la espalda). Estas características sugieren posibles sacrificios rituales o entierros posteriores a un conflicto armado.

Estos hallazgos lo llevan a considerar dos hipótesis principales: que se trató de un rito de sacrificio o el entierro de los caídos en una batalla.
“La forma en que fueron enterrados, sugiere que este templo fue reutilizado como huaca sagrada, un espacio de conexión con los ancestros”, afirma el investigador principal del proyecto, quien enfatiza que los enterramientos se concentraron exclusivamente dentro del área del templo.
Un detalle que refuerza la idea de un acto ritual es que los cuerpos están colocados de una manera muy particular: boca abajo y en algunos casos con las manos atadas a la espalda. Esta práctica, junto con el hecho de que solo se enterraron en el área del templo y no en otros sitios, sugiere un significado profundo y sagrado para los Salinar.

El cementerio incluye no solo a hombres jóvenes, sino también a mujeres y niños, todos con signos de haber muerto de manera violenta. Aunque los hallazgos son preliminares, el equipo de investigación maneja la posibilidad de que se trate de un cementerio vinculado a sacrificios o de un lugar de entierro sagrado para los caídos en un conflicto.
La amenaza del clima
Tantaleán explicó que el abandono del templo hacia el año 1000 a.C. coincidió con un fuerte proceso de arenamiento que lo cubrió con más de un metro de arena eólica. Este fenómeno se relaciona con ciclos de sequía posteriores a eventos del Fenómeno El Niño, como se ha observado también en sitios como Caral. Estas condiciones climáticas extremas habrían forzado el éxodo de las comunidades de la zona.
Un centro de integración social
Puémape no solo fue un templo monumental, sino también un punto de encuentro para diversas comunidades del litoral y los valles cercanos. Su ubicación estratégica, cercano al mar y en el valle de Jequetepeque, lo convirtió en un espacio ideal para rituales funerarios, peregrinaciones y probablemente también para el intercambio económico y cultural.
El futuro de Puémape
Las excavaciones ya han culminado por este año, pero se espera que el análisis de datos recolectados, incluyendo fotografías aéreas, muestras botánicas y restos óseos, brinde una imagen más completa de la historia de ocupación del sitio. Se espera que los resultados consoliden a Puémape como un hito fundamental para entender el surgimiento de los cultos ancestrales en los Andes peruanos y el papel de la arquitectura ceremonial como eje de cohesión social.
En palabras de Henry Tantaleán: “Este templo podría representar una de las primeras expresiones monumentales del culto a los ancestros en la costa norte del Perú”.

El Programa de Investigación Chicama cuenta con la participación de especialistas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, del Dr. Charles Stanish de la University of South Florida, y se contó con el apoyo institucional de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Municipalidad de Pacasmayo.