Por Susana Mendoza“Puedo ver a mi familia, trabajar y hacerme cargo de mí misma”, afirma Ximena, joven de 32 años que ingresó el año 2015 a un establecimiento penitenciario por robo agravado y hoy es una de las 17 personas beneficiadas con el uso del grillete electrónico.
Desde el 1 de noviembre del 2017 usa ese dispositivo, que le ha servido para dejar la celda e iniciar su proceso de libertad fuera del penal. Es 80% mejor, dice, pues a pesar del tránsito restringido que debe cumplir hasta mayo del 2020 dejó la vida entre cuatro paredes.
Hasta esa fecha deberá tener colocado el grillete electrónico en el tobillo. No tiene ninguna opción de sacárselo. Ni siquiera mientras tome una ducha, es una de las condiciones.
“Ingresé al penal Virgen de Fátima en mayo del 2015, y hasta que empecé a utilizar el
grillete electrónico el tiempo pasó muy lento para mí. No me sentía bien, pero tuve la oportunidad de participar en la implementación del piloto y presenté mi solicitud”, cuenta a la
Agencia Andina.
Grillete electrónico
Los beneficiados con el grillete elecrónico son 12 hombres y cinco mujeres de los distritos de Cercado de Lima, San Miguel, Breña, La Victoria, Barranco, San Borja, Surquillo, entre otros. Son monitoreados diariamente, durante las 24 horas, por personal especializado del Instituto Nacional Penitenciario (INPE).
Son parte de la experiencia piloto que se desarrolla solo en Lima Metropolitana desde julio 2017. Este grupo tiene en común ser reos primarios y sentenciados con penas privativas de la libertad menor a 8 años. Son los requisitos indispensables.
El coordinador del Centro de Vigilancia Electrónica Personal del INPE, Clever Acuña Plaza, precisó que no aplican el uso de este dispositivo los internos sentenciados por violación, tráfico de drogas, secuestro o ser parte de una banda criminal. Este mecanismo es altamente seguro, mejor que un arresto domiciliario.
Vigilancia y monitoreo
Para que el juez dictamine que el reo cumple con los requisitos y pueda concederle el beneficio del uso del grillete se llevan a cabo dos procesos paralelos: uno está relacionado con el cumplimiento del protocolo de seguridad, y el otro con la implementación tecnológica.
El Poder Judicial (PJ) establece que la documentación del solicitante sea conforme, cumpla los requisitos, la empresa verifica si hay señal en su casa y el
INPE -vía el director del penal y el coordinador del centro de vigilancia- aseguran que al interno se le instale el grillete en su hogar.
“El interno debe haber hecho el primer depósito de 774 soles al Banco de la Nación antes de llegar a su hogar. Ese monto se abona cada mes hasta finalizar su pena”, indica Acuña Plaza, quien permitió a Andina acceder al centro de monitoreo.
La vigilancia y monitoreo empieza a partir del instante en que se unen los extremos del grillete (en casa) y aparece la señal en la pantalla del centro de vigilancia. Desde ese momento, expertos agrupados en turnos de 24 x 7 monitorean al interno de acuerdo con lo dispuesto por el PJ.
“El tratamiento fuera del penal, extramuros, continúa, nosotros hacemos la ruta según lo que determina el PJ. Por ejemplo, que pueda trasladarse de su casa al trabajo o a la universidad o centro médico. Todo el día se tiene contacto con el interno o interna. Esta medida es mejor que estar en la cárcel.”
Actualmente se encuentra en el Congreso de la República el proyecto de ley que modifica el Decreto Legislativo 1322 para regular la vigilancia electrónica personal. La norma crea una comisión administradora que tendrá la facultad de otorgar grilletes a internos con penas menores de cuatro años.
Objetivo: reducir hacinamiento
El uso de grilletes electrónicos es parte de la estrategia para reducir el hacinamiento en los penales que hoy supera el 131%. De acuerdo con estadística del INPE, en los 68 establecimientos penitenciarios se albergan 91, 018 internos a nivel nacional.
La capacidad que tiene la institución es para 39, 358 personas. Si además se toma en cuenta que diariamente ingresan entre 30 y 40 personas, la urgencia por disminuir la aglomeración es mayor.
Por eso este año, el INPE ha previsto la construcción de 3,800 unidades nuevas (camas) en seis penales, donde ampliará su infraestructura, se construirán más literas por celdas. Ademas empezará la construcción de dos megas penales, uno de los cuales está en Ica, para albergar a 3,200 internos.
También aplicará la conversión de penas privativas de la libertad por trabajo comunitario, y en coordinación con el
Minjus a través del área de Defensa Pública, armará expedientes de semilibertad y liberación condicional.
Actualmente 39% de la población penal tiene prisión preventiva, son procesados.
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(FIN) SMS/RRC
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Published: 1/10/2019