A fin de ejecutar una respuesta oportuna y adecuada ante la ocurrencia de un gran terremoto, el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) aprobó el Plan de Contingencia Nacional ante Sismo de Gran Magnitud seguido de Tsunami frente a la costa central del Perú.
El plan, aprobado mediante Resolución Ministerial N° 011-2020-Vivienda, comprende las regiones de Lima, Ica, Áncash y la provincia del Callao, que constituyen zonas altamente vulnerables a dichos eventos naturales. Solo en Lima, se estima que, de liberarse toda la energía sísmica acumulada, se podría generar un terremoto no menor a 8.8 grados en la escala de Richter.
El plan de contingencia establece acciones coordinadas y orientadas a la protección de la población. Asimismo, contiene metodologías para identificación de vulnerabilidad de la infraestructura en vivienda y saneamiento y potenciales daños, y establece los procedimientos de alerta, coordinación, respuesta y continuidad de los servicios.
El procedimiento de alerta se desarrollan durante las primeras 24 horas de ocurrido el sismo y tsunami y comprende la obtención de información de daños. En la etapa de coordinación, las entidades adscritas y programas del MVCS atienden los daños generados y trabajan en la continuidad de los servicios.
Luego se procederá a determinar las acciones de respuesta inmediata para el abastecimiento de agua potable a la población damnificada, así como la implementación de soluciones habitacionales temporales y accesibilidad urbana. Todo ello en coordinación con los gobiernos locales y regionales.
Acciones en vivienda
De acuerdo al plan de contingencia, se han establecido 214 potenciales albergues en Lima y Callao (parques, colegios, institutos, universidades, almacenes y otros), donde se podría atender a más de 1 700 000 personas.
Ante un sismo de gran magnitud en Lima y Callao, el plan estima que los daños en saneamiento se darían principalmente en las redes secundarias y conexiones domiciliarias de agua, así como en las de desagüe. Además, más de 970,000 viviendas podrían resultar dañadas e inhabitables.
(FIN) NDP/RRC