Sentado en uno de los salones de la casona Orbegoso, ubicada en el centro histórico de Trujillo, en la región La Libertad, el investigador y arqueólogo Régulo Franco Jordán se toma una pausa para reflexionar y autoevaluar lo que fue su gestión como jefe del Parque Arqueológico de Machu Picchu, y los proyectos que deseaba impulsar como titular de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco en pro de lo que él denomina el ‘arqueoturismo’.
En febrero de este año, tras ser nombrado como asesor del despacho de asesores de la exministra Leslie Urteaga, el descubridor de la Señora de Cao fue designado de manera temporal como jefe del Parque Arqueológico de Machu Picchu, cuando los ánimos en la ciudad imperial estaban caldeados por un problema con el manejo de las entradas y los aforos.
Su experiencia durante más de 30 años en la dirección del Complejo Arqueológico El Brujo, en la costa de la región La Libertad, lo había preparado para darle solución a dicho problema. En diálogo con la Agencia Andina, afirma que su intervención permitió hallar puntos medios, donde la población se veía favorecida, pero minimizando el impacto a Machu Picchu.
Aforos y circuitos
“El nuevo
aforo de 5,600 personas diarios durante la temporada alta, fue un acuerdo en acta que firmó ministra Leslie Urteaga con las autoridades locales y la población; sin embargo, sabíamos que toda esa cantidad de turistas iba a afectar al patrimonio, por eso con el equipo técnico establecimos diferentes rutas de visita para descongestionar y minimizar el impacto”, subrayó.
Al final se establecieron 3 circuitos y 10 rutas. El circuito 1, denominado Panorámico, comprende cuatro rutas, dos de las cuales solo pueden hacerse en temporada alta; el circuito 2 es el clásico y se compone de 2 rutas; mientras que el circuito 3 - Machu Picchu Realeza contempla cuatro rutas y dos de las cuales también solo se puede hacer durante la temporada alta.
También se instalaron cámaras en el control principal de ingreso al Santuario, así como en el centro cultural de Aguas Calientes. De igual manera, asegura que se dejó en camino la gestión para que con apoyo de Promperú se instalen cámaras al interior del Santuario.
Venta de entradas
Franco menciona que dentro de su gestión también se logró que la Presidencia del Consejo de Ministros y el Ministerio de Cultura lancen una plataforma propia para la venta de entradas, y dar por concluido el contrato que se tenía con a la plataforma digital Joinnus, que era otro de los reclamos y exigencias de la población.
Otras de las acciones ejecutadas tras el cambio del aforo y, con apoyo de Promperú, fue la habilitación de obras para el tránsito de los 1,100 visitantes adicionales que el sitio iba a recibir de forma diaria. Se hizo tratamiento de pisos, señalización, escalinatas de madera y otros elementos orientados a recibir a las 5,600 personas desde el 1 de junio al 15 de octubre.
Sin embargo, el investigador alertó que luego de culminar la temporada alta se ha generado un caos porque las personas han estado adquiriendo entradas como si fuera temporada alta, y eso ha provocado que haya más personas esperando, por lo que sugiere implementar una estrategia que permita revertir dicha situación.
“Considero que ya no se debe continuar con el aumento de aforo a la maravilla porque va a en contra de la conservación del sitio, de lo contrario Machu Picchu no va a quedar para las próximas generaciones. Es cierto que a más personas entren son mejores oportunidades para la población local, pero no matemos a la gallina de los huevos de oro. Pasa que todos ven plata porque la maravilla genera 200 millones de soles al año”, acotó.
“El gobierno debe entender que el turismo es unas las fuentes productivas más importante de los países a nivel mundial, si no veamos los países viven del turismo como México, Italia, España, Francia y no tienen las maravillas que nosotros tenemos aquí”, comenta.
Buses
Otras de las dificultades que enfrenta el sitio relacionado al turismo es que la empresa que brinda el servicio de buses no cuenta con las unidades suficientes para cubrir el servicio, lo que genera problemas y malestar entre los visitantes, por lo que se debería articular para que aumentar el número de unidades, pero que sean modernas.
Proyectos de investigación
Sin duda, unos de los puntos más destacados de la gestión fue reanudar la investigación en Machu Picchu, algo que no se hacía desde hace 8 años, por un presupuesto de 8 millones 875 mil soles.
De esa manera se impulsó el Programa de investigaciones Arqueológica e Interdisciplinarias con fines de Conservación y Puesta en valor en el Santuario Histórico de Machu Picchu 2019 – 2024, en 19 monumentos arqueológicos y varios sectores del Santuario, entre los que se encuentra la ciudad Inca de Machuc Picchu, propiamente; así como la zona urbana del sector III de la llaqta (Andenes Orientales), zona IV (Montaña Wayna Picchu), Sector IV (Inkaraqay) y Sección Camino Inca Gran Caverna.
“Estoy seguro que el equipo técnico que está interviniendo pronto harán las respectivas publicaciones respecto a los trabajos que allí se han hecho”, apuntó.
DDC Cusco
Tras siete meses, Régulo Franco fue designado por el ministro de Cultura, Fabricio Valencia, como titular de la Dirección de la Dirección Desconcentrada (DDC) Cusco, y donde buscaba evitar que se siga alquilando locales y reunir a los 1,300 trabajadores en un solo predio que la entidad tiene en la calle Huáscar, en Cusco.
También buscaba actualizar el expediente de la construcción del Centro de Visitantes, y también (a pedido del ministro), y la elaboración de un gran catastro sobre los sitios arqueológicos de Cusco, a fin de promover su protección y conservación, y dar el inicio para elaborar el mapa arqueológico del país.
Régulo Franco está agradecido con la oportunidad que se le dio para dirigir el Parque Arqueológico de Machu Picchu, y señala que gracias a todo el equipo de trabajo que lo acompañaba pudo llevar la gestión en esos siete meses al 80 %, y que el resto depende del tiempo y ajustar las estrategias.
Se reafirma en su visión de que se puede hacer fortalecer el turismo a partir de los sitios arqueológicos, lo que llama constantemente arqueoturismo, y que busca un equilibrio para que todo el mundo pueda visitar estos espacios, pero con el mínimo impacto. Asegura que sí se cuenta con el dinero para ejecutar estas acciones en la maravilla, pero se tiene que gestionar.